Tres sorbitos de caña con ruda en ayuna y hacer un pozo en la tierra y echar tres "tragos" para la Pacha Mama, con el objetivo de ahuyentar enfermedades y malas ondas, es una tradición muy arraigada en la región, de cada 1 de agosto. Uno de los lugares clásicos donde se vende la caña con ruda en en la feria de Salta y Nogoyá.
Caña con ruda: la tradición de cada 1 de agosto
Caña con ruda: la tradición de cada 1 de agosto
Una de las puesteras indicó La Radio de UNO (88.7 La Red Paraná) que ya han vendido unas 300 botellitas, entre las presentaciones de cuarto (250) con un costo de $300. "Se puede tomar durante todo el mes de agosto y se puede tapar herméticamente y volver a tomar el año que viene", aclaró Liliana.
Las cañas pueden ser saborizadas con el agregado de ruda. En el puesto de la feria hay una versión con sabor a durazno y ruda.
Un secreto
Si te venden una botella con la hoja de ruda color verde es porque la prepararon en el momento y no en Semana Santa, como corresponde. "La hoja debe estar blanca bien cocinada por el alcohol", confió la puestera quien aseguro que las que vende ella fueran preparadas el Viernes Santo.
"Se hace en Semana Santa para sacar las malas ondas y purificar la sangre", ilustró Liliana.
Una arraigada tradición
La tradición es popular en el nordeste del país donde tiene mucha fe en la caña con ruda “para mejorar la salud, prolongar la vida, espantar la mala suerte, promover alegrías y despojar a la gente de los malos augurios”.
La caña con ruda es una mezcla de caña blanca paraguaya o ginebra con hojas de ruda, una hierba calificada como medicinal por sus excelentes efectos en el aparato digestivo y también en el circulatorio.
En general, se busca tomar la bebida en ayunas. Suele hacerse de madrugada o a primera hora del día. En cuanto al ritual, se toma en tres sorbos, siete sorbos o de un trago largo.
La Pachamama
La Pachamama es la principal deidad femenina de los quechuas, diosa máxima de los peruanos, bolivianos y del nordeste argentino. Son numerosos los pueblos que este día, siguiendo el ritual a rajatabla, entierran en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida, para ofrendar a la Pachamama elementos de la tierra con el fin de madurar los frutos, multiplicar el ganado y amparar al viajero, entre otras cosas.
La idea es finalizar un ciclo, renovarse y comenzar nuevos proyectos y agradecer a la Madre Tierra (Pachamama).