El martes el gobernador, Gustavo Bordet, conformará oficialmente junto a otros dirigentes justicialistas -especialmente gobernadores e intendentes- su pertenencia a un sector del peronismo con perfil nacional, programa de acción y aspiraciones de construcción política.
Bordet juega todas sus fichas a la segunda renovación peronista
El entrerriano integra el sector que el martes se conformará oficialmente. No reniegan del kirchnerismo, pero lo consideran superado, y buscarán hacer pie en la elección legislativa de 2017. Impulsan un apoyo crítico al gobierno de Mauricio Macri
4 de septiembre 2016 · 07:55hs
La fecha elegida para el lanzamiento rememora el triunfo de Antonio Cafiero sobre Juan Manuel Casella en la disputa por la provincia de Buenos Aires en 1987. La misma fecha en la que Jorge Busti triunfó sobre el radical Ricardo Lafferriere, que al igual que Casella, tenían a priori las mayores chances de victoria.
La de la fecha no parece una elección azarosa, sino más bien apuntada a establecer similitudes, al menos de formas, entre ambos procesos. No falta quien pretenda incluso emparentar en sus modos el peronismo comandado por Lorenzo Miguel y Herminio Iglesias que cayó en ese momento y el kirchnerismo.
Después la cafieradora terminó perdiendo contra Carlos Menem la interna por la candidatura presidencial el 10 de julio del 89 y por la vigencia de la verdad número 21 del peronismo: ir siempre en auxilio del ganador, la renovación cafierista quedó bastante desdibujada, pese a lo cual marcó definitivamente la historia del peronismo.
Hace una semana el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, la estrella más refulgente del nuevo firmamento renovador, dialogó con UNO. Ante la pregunta de si se reeditaría la liga de gobernadores justicialistas, tal como se la conoció durante la gestión de Fernando De la Rúa; la respuesta fue que no hay que enamorarse de las herramientas. Además, se sobreentiende, que para Urtubey, Macri no es De la Rúa. Tal vez retroceder casi tres décadas buscando una referencia para espejarse tendió a evitar comparaciones más cercanas y polémicas, y a la vez dejar claro que se pretende romper con algo del pasado reciente.
En este punto, hay que decir que para el sector, romper no es el término preferido, sino la idea de superar lo que ya está agotado como conjunto, pero de lo cual se rescatan varios aspectos.
En las presentaciones preliminares los nuevos renovadores han destacado que no reniegan del kirchnerismo y reivindican algunas políticas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pero entienden que se trata de una etapa superada y discrepan con los referentes K más duros acerca de la postura a tomar frente al gobierno de Macri. La consigna "cuanto peor, mejor" que parece alentar a los ultra K, encuentra a los renovadores en las antípodas
Asimilar la derrota
El sector entiende que el peronismo tiene que asimilar la derrota de 2015 y recién a partir de allí definir los liderazgos y una nueva propuesta que vuelva a enamorar a los argentinos. Algunos hablan de darse el tiempo necesario para hacer el luto, mientras otros no quieren tantos días de duelo sino empezar a pensar en la elección legislativa del año que viene, donde lo que se plebiscitará es la gestión de Macri.
A los primeros, encabezados por Urtubey, la elección legislativa de medio término parece no desvelarlos, incluso en el mencionado reportaje, el salteño la presentó como un conjunto de elecciones provinciales.
Urtubey ha tomado posiciones de cercanía funcional al macrismo que le valieron críticas, pero en los últimos días parece querer recuperar terrero en lo que denominan la segunda renovación peronista, un espacio político que reconoce otros impulsores además del salteño, como por ejemplo en el Grupo Esmeralda de intendentes bonaerenses, con Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gabriel Katopodis (San Martín) como figuras más conocidas.
Hubo también señales que le advirtieron de estas situaciones excesivamente autorreferenciales. Su llegada a Paraná ocurrió pocos días después de uno de estos episodios. El salteño había compartido fugazmente un encuentro con la conducción de la mesa chica del PJ (José Luis Gioja, Daniel Scioli y Miguel Pichetto) la semana anterior a su llegada a la capital provincial, pero no se enteró de que el mismo día se reunían el chaqueño Domingo Peppo, la entrerriana que gobierna Tierra del Fuego Bertone y Bordet. Dicen los medios porteños que Urtubey se venía cortando solo, y eso fue un llamado de atención.
Si bien la mirada de los grandes medios porteños sobre el tema suele ser interesada; y muchas veces le han otorgado relevancia solo en función de demostrar el debilitamiento del kirchnerismo; el dato sirve, en todo caso, para graficar que la nueva renovación no tiene un jefe, al menos por ahora. En todo caso, el salteño es un primus inter pares, tal vez por su mayor presencia mediática y las tres gobernaciones en su haber.
Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan), Bertone (Tierra del Fuego), Bordet, Peppo (Chaco), Hugo Passalacqua (Misiones) y Sergio Casas (La Rioja) tienen peso específico en este espacio, aunque se destaquen un poco más los mandatarios entrerriano y chaqueño en el armado del sector.
El grupo no parece estar buscando un candidato presidencial, sino como se dijo, hacer pie en la legislativa, donde el territorio bonaerense es el que presenta mayores complicaciones. Una de las alternativas que están vigentes es una confluencia con el massismo; aunque para tomar esas decisiones falta algún tiempo.
Entienden que deben imponerse en el armado de las listas del año que viene para comenzar a expresar la nueva propuesta peronista para 2019.
"Hay un hilo conductor"
Protagonista de este momento del peronismo, con creciente visibilidad en la escena nacional, Bordet respondió algunas preguntas sobre el armado y los objetivos del sector.
—Hay sectores que hablan de la segunda renovación peronista al referirse al espacio en el que usted se encuentra. Esta semana hubo una reunión en la Casa del Chaco y el 6 de setiembre van a producir un hecho político. ¿Es correcto hablar de renovación?
—Primero, acá hay una cuestión que es el hilo conductor que une a quienes estuvimos en esta reunión (de la Casa del Chaco) y que en realidad hace tiempo venimos teniendo charlas. Esto tiene que ver con la responsabilidad de gobernar en distintos territorios, ya sean provincias o municipios y, también con la responsabilidad en cuanto a la articulación en el Congreso Nacional, con los bloques de diputados y senadores. En este sentido, nosotros entendemos que este tiempo político tiene que estar signado por distintos acuerdos que permitan desarrollar nuestro programa de gobierno, en cada una de las provincias y municipios, en articulación con el gobierno nacional.
—¿Aún flexibilizando posturas?
—Esto no significa deponer ninguna actitud, no significa claudicar ni arriar banderas. Esto significa llevar adelante nuestros compromisos, con los cuales nos presentamos a la sociedad, que nos eligió para gobernar. Entonces, en esta construcción de una oposición con madurez y con seriedad, que nos permita ser una alternativa en el justicialismo para las elecciones que vienen, es que hemos decidido reunirnos. Entendemos que una actitud confrontativa, como la marcha que hubo el fin de semana (Marcha de la Resistencia), no aporta absolutamente nada. Es muy fácil enunciar consignas y después no tener, al otro día, absolutamente ninguna responsabilidad territorial.
En ese sentido hemos planteado esta posibilidad de avanzar juntos y también tener un espacio donde, en el devenir de la gestión, podamos ir tomando posiciones e ideas conjuntas. Igualmente, poder trabajarlo en un marco legislativo, en el Congreso Nacional, de modo que nos permita cumplir este rol de oposición cabal, como debe ser.
—Por eso hablan de renovación, entonces...
—Por eso quizás algunos lo han denominado a esto como una neorrenovación, que no tiene nada que ver, que son situaciones completamente diferentes la de principios de los 80 con la actual; nada es igual. Pero lo que no ha cambiado es la voluntad inquebrantable que tuvieron hombres y mujeres en el 85, en el 87, de renovar el justicialismo, y que es lo que nosotros también planteamos. Si no entendemos qué mensaje nos dejaron los ciudadanos en las urnas en las últimas elecciones, cuando perdimos muchos distritos, y donde hay responsables por haber perdido esos distritos, sobre todo el más importante que es el nacional; vamos a volver a cometer exactamente los mismos errores y, la verdad, no se gobierna ni con consignas ni con nostalgia.
—¿Qué significación tiene hoy, como perspectiva, lo que pueda ser la elección legislativa próxima? ¿Se pone a prueba la idea de renovación en esa elección, o van por carriles separados?
—Creo que está muy lejano el escenario electoral para 2017. Lo que creo también es que cuando se renueven las legislaturas provinciales, en este caso Entre Ríos, nosotros vamos a garantizar que haya un escenario donde cada sector pueda expresarse en elecciones internas. Pero también, desde nuestra posición de gobierno, queremos tener legisladores que representen nuestros intereses, no los intereses de agrupaciones minoritarias.
—La semana pasada entrevistamos al gobernador Urtubey, y dijo que no quería dar nombres de quienes no van a estar en la renovación, pero decía que tiene en claro que al gobierno nacional hay que ayudarlo a que llegue de la mejor manera posible a completar su mandato; y hay otros sectores que creen que cuanto peor, mejor. ¿Coincide con esta visión?
—La consigna 'Cuanto peor, mejor' que fue una consigna que se levantó en los años 70, hoy no tiene ninguna aplicabilidad porque, la verdad que en esa época lo que vino fue lo peor de todo, que fue la dictadura. La verdad es que si al gobierno nacional le va mal, a nosotros nos va peor, eso lo entendemos. Por otro lado, interpretamos que tenemos que generar las condiciones básicas para poder llevar adelante las distintas gestiones, sin dejar de marcar con fuerza los errores, las críticas, que es lo que hacemos permanentemente.
—Por ejemplo...
—Esto lo hemos hecho y hemos conseguido doblar decisiones importantes, la de las tarifas es una de esas. La primera oposición al cuadro tarifario, cuando surge en los primeros días, se da de la reunión de gobernadores que tuvimos en Córdoba con el ministro del Interior (Rogelio Frigerio), donde le planteamos decididamente que no íbamos a aceptar ese cuadro tarifario. Y ahí se comenzó a trabajar en modificaciones que después terminaron en la judicialización de este proceso. Entendemos que pasa por ahí la construcción política.
—¿Y respecto de quiénes están y quiénes no en el nuevo espacio?
—El peronismo siempre fue un movimiento de inclusión, que tendió puentes para hacer grandes frentes electorales. En los últimos años nos convertimos en lo contrario, un movimiento de exclusión. Del 54% de votos en 2011, pasamos al 35% de votos en 2015. Esos votos que se perdieron son de personas que se fueron porque hay ciudadanos y dirigentes que se sintieron excluidos. Es lo que hay que recuperar, y para ello hay que tener una convocatoria muy amplia.
—Esta relación que usted tiene con el gobierno nacional, de diálogo, y si se quiere de colaboración en la gestión, ¿siente que tiene retribución y se ve expresada en su relación con los intendentes y legisladores de Cambiemos?
—Sí, mire, con los intendentes tenemos una muy buena relación, con todos los agrupamientos. Con la liga de intendentes justicialistas, con el foro de Cambiemos y con los intendentes vecinalistas. Y hemos hecho un esfuerzo muy importante, desde la Provincia, para tener al día la remisión de los recursos del fondo de garantías, que es incremento de un 2% del monto coparticipable; este fue un gran esfuerzo que hizo la Provincia. Teníamos un atraso de más de 10 meses con la remisión de estos fondos, y hoy estamos al día, y esto posibilitó que los municipios no tengan la caída de la recaudación, que sí tuvo la Provincia, porque los ingresos aumentaron un 29% en todo el primer semestre, cuando, por ejemplo, solamente la masa salarial, por los aumentos que hemos dado, aumentó un 40%. Que es también lo que marca la inflación en nuestro país. La relación con los intendentes es muy buena porque además no hemos generado ninguna condición para favorecer a algunos o perjudicar a otros, en razón de su color político.
—¿Y con los legisladores?
—Respecto de lo de la Legislatura, con las discusiones lógicas, normales que tenemos porque justamente se trata de eso, hemos aprobado leyes que han sido muy importantes y durante años no se habían podido consensuar. Hemos sacado por unanimidad por ejemplo la Ley de Ética Pública, la resolución a una situación que se daba con el Tribunal de Cuentas y la acefalía. Y así yo le puedo citar muchas otras leyes más. Cuando uno plantea las cosas claramente y sin esconder absolutamente nada, es mucho más fácil lograr estas relaciones.