Almacenes de los barrios son los más afectados por la fuerte caída del consumo Según las mediciones de consultoras privadas, la inflación acumulada en lo que va del año –incluyendo septiembre– alcanzará el 21%. Asimismo, estiman que a pesar de los controles de precios en alimentos y bebidas, el promedio de aumentos registrados el mes pasado llegará el 3%.
Almacenes son los más afectados por la caída del consumo
En este contexto, la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados se profundiza y repercute en una marcada caída del consumo de productos de primera necesidad, incluyendo a alimentos básicos: en agosto fue del 5,4% a nivel nacional y en setiembre calculan una baja de 2,5%. Además, advierten que existe un preocupante retroceso de 3,1% en artículos como harina, yerba, arroz y azúcar.
Consultados sobre esta situación, referentes de almacenes y autoservicios de diferentes zonas de Paraná coinciden en que hay un fuerte retroceso en la demanda de productos en general, y el rubro alimenticio no escapa a esta tendencia.
A su vez, aseguran que un mayor uso de la tarjeta de crédito en las compras cotidianas refleja que hay menos efectivo circulando, al menos en este tipo de locales comerciales.
Sobre este tema, Mario Sarli, integrante del Centro de Almaceneros de Paraná y propietario de una despensa en barrio Lomas del Sur, comentó a UNO: “Hay una caída del consumo en general, en los productos de todos los rubros, pero se está notando más últimamente en la carne y también en los panificados. Nosotros teníamos una determinada venta de bizcochos y facturas a la mañana y ahora prácticamente no se venden, al menos acá, que es un comercio chico. Uno por ahí piensa que a lo mejor se le van los clientes a otro lado, pero yo creo que directamente no están comprando algunas cosas”.
El comerciante opinó que en el caso de los panificados no se trata de una baja estacional. “No se ve que haya un cambio de hábitos en este consumo y que se recupere por otro lado, como mayor venta de frutas o bebidas, que es lo que suele pasar cuando llegan los días de más calor”, explicó.
Si bien afirmó que en marzo y abril subieron las ventas en los locales de los barrios, sostuvo: “A partir de mayo ha ido bajando, a un ritmo del 10%, que es una caída importante. Cuando se reflejan las estadísticas nacionales, a nosotros nos pega un poco más fuerte”.
Por otra parte, mencionó que aunque haya precios de determinados productos que no registran subas importantes, “las cosas van subiendo todos los meses un poquito”, y como ejemplo de lo que más subió, mencionó que los enlatados, como el choclo en grano, se fueron arriba de los 100 pesos, pero aclaró que casi no se consiguen en los mayoristas. “Hay subas dispares. Con las cervezas pasó que aumentaron un montón pero después bajaron, volviendo a los precios de antes, porque sino nadie compraba. Una cerveza de litro está hoy a 120 pesos, y las de primeras marcas o premium rondan los 170”, indicó.
También comentó que subieron los vinos entre un 8% y un 15%, dependiendo de las marcas, al igual que las gaseosas.
Mario González, de un autoservicio de avenida Ramírez al 2300, concordó en que se nota una fuerte caída en el consumo, y opinó: “La gente está desanimada. Tenemos un negocio que gracias a Dios siempre funcionó bien, pero en este momento no tenemos el mismo nivel de ventas. Hay una cuestión anímica en los clientes, más allá de que las cosas han subido y de que les alcanza cada vez menos la plata”.
“Normalmente nos encontramos con que hay menos verduras en esta época, pero advertimos que antes llevaban un kilo de tomate y ahora buscan dos unidades. Compran lo justo. En todos los artículos cayeron los niveles de venta, estimo que entre un 15% y un 20% que es muchísimo”, dijo, y agregó: “Se nota la falta de plata y la gente se mide mucho. Hay cosas que están muy caras, como la naranja y la mandarina, que se fueron entre 80 y 90 pesos el kilo. Y la manzana buena está alrededor de 180 pesos. La carne va subiendo entre un 2% y un 5% cada tanto, y van comprando cada vez menos”.
En este marco, lamentó: “No hay un día que me vaya a mi casa pensando en que tuve buenas ventas. Hay una gran depresión en el consumo y se tarjetea más”.
Sonia, de un autoservicio de calle Laprida al 500, también remarcó que cayó el consumo en su negocio en este último tiempo. “Nuestro fuerte es la carnicería, pero vemos que últimamente la gente lleva más pollo, porque es lo que más le conviene. A la gente no le alcanza y van seleccionando a la hora de comprar. Tenemos patamuslo, alita, que lo más barato y rinde. El pollo ahora volvió a aumentar, pero vendemos por ejemplo tres kilos de patamuslo por 390 pesos, y los tres kilos de alita están a 280 pesos”.
También mencionó que bajó el consumo de lácteos: “La leche no tanto, pero los otros productos sí. Y se está viendo más el uso de la tarjeta de crédito en vez del efectivo”, señaló, y estimó: “Por lo que vemos, van a seguir aumentando los precios. No hay buenas perspectivas en eso: si se están incrementando tanto hoy, no quiero imaginarme para las Fiestas”.
Marcelo Marchetta, propietario de un tradicional comercio centenario de Paraná de Alameda de la Federación y Santiago del Estero, refirió: “Se nota la caída de las ventas. En mi negocio lo noto en las gaseosas de primeras marcas y las comidas hechas; no tanto en el vino y la cerveza. También cayó la demanda de los lácteos más caros y los aceites más costosos; rotan con menos fluidez. Se advierte la merma en la demanda”.
Por último, contó que también recibe más pagos con tarjetas de crédito: “La gente tarjetea más y se nota la falta de dinero. O sino, si tiene un poco de efectivo, mi percepción es que capaz que lo guarda por las dudas”, concluyó.