En Argentina se celebra hoy el Día de la Ancianidad. Esta fecha se instauró en 1948, al reivindicar una serie de derechos de los adultos mayores, que en la actualidad se mantienen vigentes pero a la vez se renuevan, atento a que las expectativas de vida de las personas se extendieron.
Adultos mayores se abren camino en una sociedad que suele vulnerar sus derechos
Entre Ríos se destaca por ser una de las provincias con mayor incremento poblacional de adultos mayores que hay en la provincia: ya en el censo del 2010 había 14,3%, superando por el doble de lo que considera la OMS una población envejecida, que es el 7% de ancianos respecto de la población total.
Este creciente envejecimiento poblacional evidencia la necesidad de atender problemáticas particulares de esta franja etaria, en un contexto en que los paradigmas tienden a cambiar y proponen articular acciones que promuevan un mejoramiento en la calidad de vida de quienes transitan este camino, en el que lejos ya de pensarse en las limitaciones que supone la madurez, sino en sus posibilidades.
No obstante, en la cotidianidad existen derechos que en general no se respetan, aun cuando se requiere un mínimo esfuerzo para satisfacer muchos de los requerimientos de las personas de edad. Norma Alonso, licenciada en Psicología Clínica, gerontóloga con una amplia experiencia en el campo comunitario y una de las impulsoras del Foro por los Derechos de los Adultos Mayores en Entre Ríos, reflexionó sobre algunas de las situaciones que en el día a día podrían considerarse para lograr mejorar la calidad de vida de las personas de edad y señaló a UNO: “Un adulto mayor tiene todos los derechos de una persona adulta. Debe tener el derecho de transitar por la ciudad donde vive, de ir a hacer sus compras, de decidir qué quiere comprar, cuál será su presupuesto. Además de las cajas con prioridad en los bancos, supermercados y demás, pedimos que se pongan changos un poco más chicos, que sean más fáciles de mover. Hay diseños que son en profundidad la mitad de los que se ven habitualmente, y son mucho más livianos y le facilitan la tarea a la persona que va a elegir sus productos”.
Asimismo, subrayó que la ciudad tendría que ser accesibles. Sobre este punto, observó: “Paraná tiene la mayoría de sus veredas rotas, lo que genera que la gente se caiga muy a menudo, sobre todo los adultos mayores, que por distintas circunstancias por su eje de gravedad se van hacia adelante. Las autoridades deberían exigir a los frentistas que lo resuelvan, y si ellos no estuvieran en condiciones de hacerlo, se podrían poner baldosones de cemento y que tengan incrustados nombres de poetas, escritores, pintores o árboles de la región, mediante un convenio con la carrera de Bellas Artes o con emprendedores. Además de contribuir a que las veredas estén en condiciones, se embellecería la ciudad. Hay localidades en Argentina y en el mundo que lo implementaron”.
También se refirió a los edificios públicos, cuestionando las estructuras con grandes escalones que afectan la accesibilidad de los adultos mayores, y que por lo general las reparticiones estén diseminadas en diferentes puntos de la ciudad y obligan a trasladarse para unir importantes distancias en el caso de que tengan que concretar sus trámites: “Paraná debería reunir los edificios públicos en algún centro cívico, para no tener que ir de una punta a la otra”, indicó.
En este sentido, la especialista argumentó: “La accesibilidad favorece la autonomía, que es uno de los factores de salud de las personas, para que puedan continuar sintiéndose dueñas de su vidas, de poder planificar sus cosas, resolver sus trámites, de hacer sus compras y poder residir en viviendas adecuadas, donde no se accidenten ni tengan que invertir dinero para refaccionarlas”.
Otra aspecto a mejorar que mencionó la especialista es el de la educación vial: “Hay que hacer una campaña para promover el respeto hacia los peatones. El conductor de un auto o una moto debería aminorar la marcha cuando esté cruzando un peatón. Además, las paradas de colectivos están situadas en las esquinas cuando deberían estar a mitad de cuadra, porque quien viene detrás no ve qué pasa en la bocacalle”, mencionó.
Alonso, que viene de dar una conferencia sobre temas vinculados a la ancianidad en Quito, Ecuador, y fue convocada a realizar lo propio en Lima, Perú, y también en Santiago de Chile, evaluó: “La vejez es la etapa más larga de la vida. Entonces, las políticas públicas sobre envejecimiento deben apuntar a resolver a tiempo estas cuestiones”.
“Hay países que atraviesan una problemática similar a la nuestra, con la tendencia a convertirse en lugares con la mayor población envejecida de Latinoamérica, como ocurre en Chile, o también en la ciudad de Buenos Aires. Por todo esto tenemos que pensar y reivindicar el respeto por los derechos de los adultos mayores”, dijo a modo de conclusión.
Harán actividad alusiva en el Centro de Salud Santa Lucía
El 28 de agosto de 1948 se plasmó en el país el Decálogo de la Ancianidad, una lista de derechos de los ancianos que fueron incorporados luego en la Constitución Nacional en 1949.
Los 10 Derechos de la Ancianidad enumerados entonces eran asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto.
En el marco de este conmemoración del Día de la Ancianidad, desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Humano y Familia, informaron que se llevará a cabo hoy la entrega de aportes a instituciones que asisten a adultos mayores y se realizará la pintada de un mural sobre los derechos de los mismos.
La cita es a partir de las 14 en el Centro de Salud Santa Lucía, ubicado en calle Alicia Moreau de Justo 265, en el barrio Santa Lucía de Paraná.