Paula Eder / De la Redacción de UNO
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Es 1985, los hermanos Sergio y Antonio Musicardi, están dentro de una cupé dorada frente a la villa miseria donde vive su hermana más pobre, Emilia. Antonio (Brandoni) es el único Musicardi que ha logrado amasar una pequeña fortuna gracias a negocios de dudoso origen; sube al ostentoso vehículo casi escapando del monocromo de la pobreza, suspira y entonces ocurre uno de las escenas más recordadas del cine argentino. “¡Qué miseria, che! Tres empanadas que les sobraron de ayer para dos personas! Lo único que se puede hacer es no pensar”, dice Brandoni, mientras mastica una de esas empanadas y agradece la “miseria digna” en la que viven sus hermanos, según su óptica, afortunados. La indiferencia, el cinismo y la hipocresía que representa la escena, resultan una cachetada a la clase media argentina.
Desde la asunción del nuevo Gobierno, los medios más importantes del país parecen haber viajado en el tiempo para sentarse en el asiento trasero de la cupé de Antonio Musicardi. En los últimos años, el rol del periodismo se ha discutido hasta el hartazgo, pero poco se ha hablado del poder que detentan los medios masivos en la conformación de sentido común.
Por estos días se puede detectar -sin demasiado esfuerzo- una curiosa campaña mediática cuyo eje está en los elogios a la austeridad relacionada a la vida cotidiana, la economía doméstica, la alimentación y el ocio. Consejos de ahorro disfrazados de moda. Tras casi tres meses de cortes de luz diarios, un noticiero del mediodía dedicó un segmento a recordar el viejo lavado a mano. Y a recordar que el aire acondicionado propicia enfermedades respiratorias.
También nos enteramos de las bondades de tener y disfrutar del “tiempo libre” -parece que no tener trabajo, es mucho mejor que tenerlo- y que el turismo virtual a través de Google es furor. Y que vivir en monoambientes alquilados es una tendencia europea que en nuestro país pisa muy fuerte. La semana pasada, un titular llegó a asegurar que la inflación es positiva ya que “aporta al conocimiento”. Y es que a veces la realidad supera la parodia. ¿Estaremos lejos de que se nos diga que lavar la ropa en una piedra a orillas del río fortalece las uñas y forja el carácter de los niños? ¿La historia de quienes gracias a haberse inundado crearon lazos indestructibles en un galpón de evacuados, tardará mucho en llegar?
En redes sociales los usuarios se hicieron eco de la campaña mediática y basta con clickear el hastahg #MilitandoElAjuste para recorrer uno a uno, los artículos. Si hay pobreza, que sea cool, es el mensaje. Alguien se está comiendo la tercera empanada y parece que no va a dejar ni las migas.
Tres empanadas
15 de febrero 2016 · 06:25hs