El miércoles en horas del mediodía se dio una extraña situación en las inmediaciones de la Villa 351 de Paraná. En las vías y Paracao a personal policial de la División Trata de Personas, les llamó la atención la salida por ese sector de una camioneta con patente de Paraguay trasladando a dos muchachitas menores de edad del interior del conglomerado alejado de la civilización, no por la distancia del centro, sino por la extrema pobreza y marginalidad que se observa.
Tras solicitar las identificaciones se estableció que los mayores de edad eran ciudadanos de la República del Paraguay y que las dos adolescentes vivían en la 351.
Lo que sí sonó muy raro fue el motivo de la llegada y el traslado de las niñas. Cortarles el pelo en un lugar más seguro, supuestamente de Paraná, donde les pagarían al padre de las pibas la suma de 3.000 pesos por los mechones de las dos criaturas.
Con la intervención de la Justicia federal, se tomaron el tiempo de cinco horas para revolver cielo y tierra a fin de confirmar las primeras sospechas de que se estaba frente a un posible cuadro de trata de personas.
Sin embargo los indicios quedaron ahí, ya que el padre defendió a capa y espada la “novedosa comercialización capilar” en Paraná.
Si bien a las autoridades de la Justicia de Paraná como de la Policía no les cerró nunca el argumento, nada se pudo hacer con los sospechosos, habida cuenta de que no se logró afirmar con elementos de certeza en el arranque de la investigación.
¿Por qué es raro? Primero que desde Asunción del Paraguay vengan exclusivamente a la Villa 351 a buscar largos cabellos negros y teñidos para tratamientos capilares. En ese país o las provincias fronterizas argentinas con el Paraguay, ¿no hay mujeres con estas mismas características? ¿Por qué son tan particulares las chicas de la villa marginal de Paraná?
Las personas demoradas no registran actividades comerciales en Argentina y en Paraguay son considerados monotributistas.
Es de entender que avalando la versión, los pagos se hacen en negro a los familiares mayores.
Tampoco pudo aclararse cómo es que se contactaron los padres de las dos hermanas de condición humilde con los paraguayos que demostraron tener un poder adquisitivo interesante.
Paraguayos que dicen comprar pelo en Paraná
En su decir, desde hace dos años vienen exclusivamente a Paraná a comprar pelo. Da la sensación de que producto del azar, la Policía los vio movilizarse y tras identificarlos y demorarlos en la averiguación debieron permitir su libre desplazamiento.
En la División Trata de Personas de Paraná se tiene conocimiento de que fuera de Entre Ríos existe un mercado dedicado exclusivamente a reclutar menores para ser incorporadas al mundo de la prostitución. No sería de extrañar que estas bandas, involucradas en la trata de personas, lleguen hasta los barrios más pobres e indigentes de las ciudades, y con la colaboración de los familiares, se las lleven a “conocer el mundo”.
Por eso más que nunca, y partiendo de la desconfianza de que no es sostenible el argumento de comprar cabello en Paraná, es que alertamos de esta nueva forma de captación de menores. El delito no se ejecutó por la llegada de la Policía y la Justicia, y al ni siquiera establecerse la tentativa es que todos quedaron en libertad y las niñas retornadas a su hogar, donde por un tiempo determinado serán “visitadas” a fin de verificar que todo esté bien.
Penoso debe ser tener familiares que a cambio de dinero permiten que niñas sean prostituidas. Casos hay numerosos, lo que debe llevar a la población a estar atentos ante estos raros pedidos de pelos largos.