Una campaña solidaria convive con un foro de debate sobre las dudosas competencias de la maestra de 4º grado. La foto de la tarea para los que no copiaron del pizarrón circula junto al video de una pelea que los chicos tuvieron en el patio y a un comunicado oficial sobre la organización del próximo acto escolar. Todo eso puede encontrarse en el “chat de mamis”, un canal de comunicación de alto impacto que tiene la capacidad para hacer circular información, desinformación y debates varios al mismo tiempo. A veces un arma de doble filo donde la utilidad y la negligencia se encuentran cara a cara.
El chat de mamis: entre la utilidad y los malos usos
Por Paula Busnadiego
Hay escuelas que han establecido protocolos para los chats, porque se habían convertido en un lugar donde los adultos dirimen otras cuestiones.
El grupo WhatsApp de madres fue uno de los medios de comunicación mas utilizados por la comunidad educativa durante la pandemia y el que permitió la vinculación de gran cantidad de familias con la escuela. “Su utilidad radica en que agiliza muchísimo la dinámica de funcionamiento de las familias, es una manera de mantenerse cerca de lo que está pasando en la vida de los chicos y en la vida de las instituciones a las cuales sus hijos asisten. Permite sobrevolar la vida que tu hijo tiene en la escuela y lo que la institución necesita de vos”, destaca la especialista en comunicación Natalia Brusa como aspecto positivo de este espacio, al tiempo que reconoce que el fenómeno también tiene sus sombras y que “debe darse el debido uso”. Brusa es periodista y licenciada en comunicacion social de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y colaboró con su madre —la psicopedagoga Liliana González— en el libro Aprender a mirarnos. Allí escribió un capítulo llamado “Padres de WhatsApp”, donde además de analizar el fenómeno puntea una serie de “reglas para el buen uso”.
Lo que circula
La comunidad virtual que se crea a través del “chat de mamis” permite la circulación de información útil para el desarrollo de las actividades escolares. ¿Pero qué más circula? “Hay instituciones que han armado protocolos para los chats, porque de repente se habían convertido en un lugar donde los adultos dirimen otras cuestiones. Circulan simpatías políticas, emprendimientos personales, propagandas de todo tipo y cosas que no tienen que ver con la vida institucional de los chicos. En algunos casos, se convierte en un reducto de muchísimas expresiones violentas. Por ejemplo, cuando hay adultos que exponen frente a la mirada de 30 o 40 padres situaciones áulicas entre niños que deberían abordarse en al escuela”, dice la especialista, que alerta sobre el impacto que tienen en los chicos y chicas, estos comportamientos adultos que ponen en jaque la propia intimidad de los estudiantes.
La exposición de situaciones particulares donde los alumnos son protagonistas conspiran contra la intimidad de los propios niños, niñas y adolescentes. Además, estos hechos generan roces y conflictos. Los adultos comienzan a conocer a esos estudiantes, no a través de su persona, sino por los hechos particulares expuestos. Hasta llegan a producirse foros de debate sobre problemáticas escolares personales o relaciones entre estudiantes. “Si una madre dice «hoy la profesora de lengua le dijo a mi hijo tal cosa», ese no es un tema para charlar en el chat de mamis, sino que es un tema para pedir una reunión con la docente, para tratar esa situación en particular en el colegio. No se puede abrir la conversación a todos”, ejemplifica Brusa y destaca: “El chat debe ser un lugar donde se participe sobre las cuestiones que atañen al colectivo, no sobre cuestiones particulares”. La viralización de imágenes de chicos no es un tema menor, y aquí es de vital importancia el comportamiento responsable de los adultos.
El chat también es el espacio donde muchas madres buscan obtener información que debería ser aportada por sus propios hijos: tareas, fechas de evaluaciones, horarios de entradas y salidas. Cuestiones que deberían ser gestionadas por los propios estudiantes. La pregunta es: ¿Qué lugar le deja el chat de mamis a sus hijos e hijas para ejercer sus propias responsabilidades? La especialista responde: “Hay un relajamiento en ese sentido. Está el niño que no copia lo que está en el pizarrón porque sabe que su mamá va a pedir por el chat que le manden la foto de la tarea. Los padres tenemos que aprender a decir «no te lo voy a gestionar», porque sino pasamos a estar adentro del aula, y ese no es el lugar que nos corresponde a los padres. Los chicos tienen que desarrollar la propia responsabilidad y los padres sostener el chat como una herramienta que da utilidad en el acontecer diario”.
Pero hay mucho más. Las expresiones de malestar hacia docentes y autoridades escolares también son contenidos de circulación, y suelen ser el resultado de rumores, trascendidos e información no oficial. Frente a esto la comunicadora aconseja la existencia de padres / madres delegados, que hagan de nexo entre el grupo de padres y la institución escolar, y sean los encargados de comunicar las decisiones institucionales en el chat.
Roles y responsabilidades
El chat de mamis resulta ser una comunidad en maqueta donde se lucen liderazgos de todo tipo, se habilitan ciertos discursos y prácticas y se censuran otros. “Está el jefe de la manada, el aplaudidor, el padre solidario que siempre está dispuesto y se puede ocupar. Hay un juego de roles bien definidos”. apunta Brusa, y agrega: “Si le miramos el lado positivo, hay que decir que es un espacio donde también se genera empatía, donde surgen cadenas para ayudar al que no puede comprarse un libro o pagarse un viaje, donde se gestionan movidas solidarias que son interesantes, y también se construye comunidad escolar”.
Las comunidades virtuales tienen el potencial de favorecer el vínculo entre familias y maestros, del mismo modo que tienen la capacidad para ponerlo en riesgo cuando los adultos miembros no asumen un comportamiento responsable. Al respecto Brusa afirma que la autoregulación es posible y reitera la importancia de la figura del delegado representante del grupo de padres que haga de nexo ante la institución. “El delegado tiene un rol vital, porque es quien brinda la información oficial y desactiva los rumores”, dice. Afirma que si los adultos le dan a este espacio virtual la finalidad que tiene, el chat puede ser extremadamente útil para cuestiones logísticas y organizativas que favorezcan a toda la comunidad educativa.
Por último, la especialista también analiza el fenómeno desde una mirada de género y habla de la importancia de que el chat no sea solo de “mamis” y comience a plantearse como el grupo virtual de padres y madres. Invita a no dejar afuera a nadie y a propiciar que tanto madres como padres participen de las actividades que atañen a sus hijos. Una mirada pertinente que propone revisar aquellas conductas que reproducen un estatus quo patriarcal, donde las tareas de cuidado son exclusivamente femeninas.