Los clubes de rugby de la provincia están volviendo de a poco a la “nueva normalidad”. La habilitación de otras disciplinas establecida desde el jueves hace que el movimiento en las entidades sea otro, claro está con todos los recaudos que se requieren para evitar cualquier dolor de cabeza. El rugby no es la excepción y con un entusiasmo que es entendible, los jugadores tienen la posibilidad de saltar a la cancha para hacer trabajos físicos y tocar un poco la pelota. Todo a la espera de algo que parece imposible este año: tener competencia. El regreso fue tomado con mesura en la Unión Entrerriana de Rugby, a sabiendas que hay que cumplir etapas y respetar un protocolo estricto al cual se deben apegar todas las entidades. Rodrigo Zapata Icart, Oficial de Desarrollo Provincial de la UER, analizó cómo se vivieron los meses de inactividad y las tareas que implementaron ordenadas por la UAR.
Rugby: "El 2021 será de reestructuración"
Por Mauro Meyer
“La verdad es que hubo que reinventarse, creo que nos faltó ponernos la nariz de payasos porque después hicimos de todo. Fue bastante raro primero, después fue todo muy incierto y no tuvimos mucha información. No se sabía cuándo íbamos a volver, de qué manera y hasta quizás pensamos que ya no volvíamos. A partir de eso, desde UAR se inició un plan de acción para tratar de retener o de mantener el vínculo entre el jugador y el entrenador, y también con el club. En base a eso se desarrollaron un montón de acciones que se bajaron hacia las Uniones provinciales. En ningún momento estas acciones fueron deliberadas o sin una planificación, al contrario. Se pensó mucho todo y tratando de mantener siempre el espíritu del rugby, tratando de fortalecer el sentido de pertenencia. Se diseñaron acciones que fueron desarrolladas semana a semana en cuanto a la participación de los jugadores a través de entrenamientos por Zoom, con diferentes temas”, afirmó en diálogo con Ovación. Zapata Icart expresó con orgullo el nivel de interés que hubo de parte de los jugadores entrerrianos.
“En la UER nuestro porcentaje fue de un poco más del 50 por ciento de participación, un 10 por ciento más de la media del país. Al inicio optimizamos el tiempo a través de unas jornadas de capacitación que se hicieron para dirigentes, preparadores físicos y entrenadores. Conforme iba avanzando el tema de la pandemia trabajamos entrenamientos virtuales en diferentes edades. Desde la UAR también se organizó un programa de espacio restaurativo con acciones hacia el 2030, un plan a diez años, donde se intenta reformular la imagen del jugador de rugby. Es una propuesta muy buena que se está haciendo. Nosotros acompañamos todas las acciones y observamos lo que se hacía en los clubes”, sostuvo.
En otro orden, el dirigente contó cómo se intentó manejar la ansiedad de los jugadores ante tanta incertidumbre: “Nunca se dio por finalizado el año y tampoco se les brindó una fecha estimativa de regreso. Siempre hubo información buena y mala dando vuelta en el ambiente. La UAR fue puntual en eso, pusieron plazos hasta el 31 de este mes para dar de baja las competencias nacionales. Así que todavía estamos dentro del plazo donde se pueda hacer algo, pero tenemos que ser cautelosos con eso. La pandemia nos agarró cerrando la pretemporada en todos los clubes y a pocos días de empezar los campeonatos. Así que se trató de que los jugadores se mantengan en actividad, pero con el tiempo se fue diluyendo. A mitad de año el encuentro virtual se tornó prácticamente nulo. Se perdió el entusiasmo y por eso los clubes hicieron actividades solidarias para mantener vivo el espíritu. También lo hizo la UER con una comida para los comedores de la ciudad y todos los clubes trabajaron en diferentes aspectos. Ahora la idea es replicarlo en Concordia antes de fin de año”.
Zapata Icart también mostró entusiasmo por este regreso a las canchas, sin tener contacto. “Se vislumbra otro panorama. Paulatinamente creo que vamos a recuperar las ganas de los jugadores. Este protocolo nos habilita a tocar la pelota nuevamente, con las restricciones claras, pero eso va a favorecer que los jugadores vuelvan a los clubes. Todas las entidades armaron su protocolo en base a los lineamientos que bajó la UAR. Después lo deben hacer cumplir y para eso tuvieron que designar un referente Covid-19 que es el encargado que se cumplan y de transmitir todos los cambios que se produzca. Las burbujas sanitarias funcionan muy bien. El problema es la responsabilidad social de lo que se genera afuera, ahí es donde tenemos el principal inconveniente. Adentro los chicos se portan de la mejor manera y tenemos que trabajar en convencerlos que afuera de los clubes se deben comportar igual”, sentenció.
En cuanto a lo que resta del año, Roy señaló: “La UER está trabajando en varios frentes. Todavía no tenemos ninguna definición sobre el Seven de la República que es el evento de cierre de temporada. Por lo pronto tenemos toda la estructura armada. Si la situación mejora y UAR nos autoriza, está claro que lo podremos hacer. Como te dije hasta el 31 de este mes tenemos tiempo para que se confirme o lo den de baja”. Si no hay competencia este año, ya se piensa en lo que puede pasar el próximo. “La UAR hizo una proyección a cuatro años y el 2021 será de reestructuración, de volver a captar a los jugadores, con un inicio de temporada seguramente a nivel provincial dependiendo mucho de como se den las realidades de la pandemia en las diferentes provincias. Dependemos de eso, de cómo este Rosario y Santa Fe. El Desarrollo Provincial va a estar muy condicionado por las habilitaciones. En un plan a cuatro años y siempre es complicado pensar lo que va a pasar a futuro, pero acá es al revés. Es difícil saber qué es lo que sucederá en lo inmediato, porque hay mucha incertidumbre. A partir de eso no se puede hacer una proyección”, expresó.
Más allá del optimismo que pueda existir en cuanto a poder tener algún torneo este año, Zapata Icart dejó en claro que desde lo deportivo, el año está “prácticamente perdido”. Claro que luego apuntó a esa frase que indica que de toda crisis siempre surge una oportunidad. “Para la UER fue un año de fortalecimiento institucional, porque se acompañó mucho a los clubes de nuestra provincia. Lo mismo hizo la UAR. Como toda crisis sirvió para unir lazos y compartir experiencias que quizás en otro momento no se podían hacer. Si tenemos que buscar un aspecto positivo de todo esto, sin dudas que es ese”, dijo. Por último, se refirió a la posible caída de fichajes de jugadores que puede haber luego de un año sin tener actividad competitiva. “Este año no se va a notar, porque fueron los mismos fichajes del año pasado. Si creo que el próximo tendremos una disminución, no sabemos de cuánto. Pero para eso se desarrollaron diferentes acciones para tratar de que esa sangría sea lo menos dolorosa posible. La situación en el interior de la provincia es similar a la de acá. En algunos lugares será más sencillo el regreso, porque no hay tantos casos de Covid y los clubes son más chicos al no ser tan polideportivos”, finalizó.