La parroquia Santa Teresa de Los Andes del municipio entrerriano de Colonia Avellaneda vive hoy su celebración patronal. La iglesia católica recuerda cada 13 de julio la fiesta litúrgica de la religiosa carmelita que nació en Chile y fue canonizada 30 años atrás por el Papa Juan Pablo II.
Colonia Avellaneda: fiesta de Santa Teresa de Los Andes
Con procesión por las calles de los barrios de Colonia Avellaneda se tiene previsto vivir el día patronal. A las 15.30 comenzarán las actividades que finalizarán a las 16 con la celebración de la santa misa y posteriormente se compartirá una chocolotada y mesa dulce entre los asistentes.
Además de los festejos patronales, la comunidad también celebra su primer aniversario como parroquia. El 13 de julio del año pasado -durante la patronal en honor a la joven carmelita-, monseñor Juan Alberto Puiggari declaró a la cuasi parroquia Santísimo Sacramento y Santa Teresa de los Andes como parroquia.
Fue el corolario a un largo camino que comenzó a mediados de la década del '70 cuando Colonia Avellaneda era una zona muy poco poblada, sólo contaba con una capilla (San Pío X) en la zona rural, atendida por la parroquia San Benito Abad. La zona más cercana a la ruta fue poblándose lentamente en la década del '80, lo que hizo necesario su atención pastoral, para lo cual se fijó como centro la escuela N°170, II Brigada Aérea, donde se daba catequesis y se celebraba la misa.
"Promediando la década del ‘90, el presbítero Luis Zanitti, que residía en el seminario, comenzó a recorrer la zona con algunos seminaristas, obteniendo un terreno (media manzana) de la entonces Junta de Gobierno. En dicho terreno se pudo construir un pequeño salón, que hacía las veces de capilla, donde se daba catequesis y celebraba la misa, entre otras actividades. Se eligió como patrona de esta capilla a Santa Teresa de los Andes", indicó el sitio de información católica, Aica.
La población siguió creciendo, por lo que se vio la necesidad de tener una escuela, que se fundó el 28 de febrero de 2011. Como la escuela ocupaba las instalaciones existentes, se comenzó con la construcción de un templo, el actual, de dimensiones importantes, ya que el crecimiento poblacional estaba dando pasos agigantados con la creación de 1.200 casas del Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda (IAPV), en esta zona.
Todo este crecimiento demográfico instó, desde la parroquia San Benito, a hacer las gestiones correspondientes ante el Arzobispado para la creación de una parroquia con presencia sacerdotal permanente y la atención pastoral adecuada a la nueva situación de la población.
Fue así como se creó la cuasiparroquia Jesús Sacramentado y Santa Teresa de los Andes, el 21 de marzo de 2015. Después de siete años de trabajo en comunidad y mucho crecimiento espiritual, será declarada parroquia este 13 de julio
La santa chilena
Santa Teresa de Los Andes nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900. En la pila bautismal fue llamada Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar. Familiarmente se la conocía con el nombre de Juanita.
Su niñez se desarrolló normalmente en el seno familiar: sus padres, don Miguel Fernández y Lucía Solar; sus tres hermanos y dos hermanas; el abuelo materno, tíos, tías y primos.
La familia gozaba de muy buena posición económica y conservaba fielmente la fe cristiana, viviéndola con sinceridad y constancia.
Juana recibió su formación escolar en el colegio de las monjas francesas del Sagrado Corazón. Entre la vida estudiantil y la vida familiar se desarrolló su corta e intensa historia. A los catorce años de edad, inspirada por Dios, decidió consagrarse a El como religiosa, en concreto, como carmelita descalza.
Su deseo se realizó el 7 de mayo de 1919, cuando ingresó en el pequeño monasterio del Espíritu Santo en el pueblo de Los Andes, a unos 90 kilómetros de Santiago.
El 14 de octubre de ese mismo año vistió el hábito de carmelita, iniciando así su noviciado con el nombre de Teresa de Jesús. Sabía desde mucho antes que moriría joven. Más aún, el Señor se lo había revelado, pues ella misma lo comunicó a su confesor un mes antes de su partida.
Asumió esa realidad con alegría, serenidad y confianza. Segura de que continuaría en la eternidad su misión de hacer conocer y amar a Dios.
Después de muchas tribulaciones interiores e indecibles padecimientos físicos, causados por un violento ataque de tifus que acabó con su vida, pasó de este mundo al Padre al atardecer del 12 de abril de 1920. Había recibido con sumo fervor los santos sacramentos de la Iglesia y el 7 de abril había hecho la profesión religiosa en el artículo de la muerte. Aún le faltaban 3 meses para cumplir los 20 años de edad y 6 meses para acabar su noviciado canónico y poder emitir jurídicamente su profesión religiosa. Murió como novicia carmelita descalza.
Esa es toda la trayectoria externa de esta joven santiaguina. Desconcierta, y crece en nosotros el gran interrogante: ¿y qué hizo? Para tal pregunta hay una respuesta igualmente desconcertante: Vivir, creer, amar.
La santidad de su vida resplandeció en los actos de cada día en los ambientes donde se desarrolló su vida: la familia, el colegio, las amigas, los inquilinos con quienes compartía sus vacaciones y a quienes, con celo apostólico, catequizó y ayudó.
Su vida monacal desde el 7 de mayo de 1919 hasta su muerte fue el último peldaño de su ascensión a la cumbre de la santidad. Sólo once meses fueron suficientes para consumar su vida totalmente cristificada.
Fue beatificada en Santiago de Chile por Su Santidad Juan Pablo II, el día 3 de abril de 1987. El mismo pontífice la canonizó el 21 de marzo de 1993 en la Ciudad del Vaticano.
Santa Teresa de Jesús de los Andes es la primera santa chilena, la primera santa carmelita descalza fuera de las fronteras de Europa y la cuarta Santa Teresa del Carmelo tras las Santas Teresas de Avila, de Florencia y de Lisieux.












