Como se dijo aquí, y en otros cientos de lugares, la agenda de temas electorales incluye más o menos lo mismo de siempre: tópicos ligados a calidad educativa, seguridad, empleo y desarrollo. Los que puedan exponer la mejor manera de atacar las principales preocupaciones que acechan a la ciudadanía serán los que ganen. En la maroma de spots publicitarios, mensajes en redes y demás herramientas de comunicación los postulantes intentarán llegar a la gente. El asunto será que les crean. Por caso, vale la pena imaginar a un candidato sentado ante un grupo de productores del campo, digamos que de carne porcina. Quien vaya por los votos del sector tiene que saber que el sector genera 36.000 puestos de trabajo en forma directa, además de otros tantos de manera indirecta como se consignó en el sitio de noticias campoenaccion.com, y que mayormente se encuentran en situación de riesgo ante la grave crisis que atraviesa la actividad, debido fundamentalmente al fenomenal aumento de los costos de producción que no es acompañado por el precio de venta.
Por una campaña inteligente
24 de febrero 2019 · 09:02hs
Ya se conocen los nombres de todos los aspirantes a conducir el Estado entrerriano desde fin de año. Desde la Gobernación a los concejos deliberantes, pasando por diputados y senadores. La campaña está en marcha. Si bien para unos hace meses que hacen lo que creen apropiado para capturar la voluntad de los ciudadanos, en determiados ámbitos políticos se dice que la verdadera campaña electoral empezará luego del feriado de carnaval; vale decir la semana próxima. Incluso por estas horas algunos de los nominados se tomaron un puñado de días libres para “juntar fuerzas de cara a lo que viene” como deslizó a UNO un veterano armador de listas.
En rigor, la mesa nacional de producción porcina solicitó al gobierno de Mauricio Macri que incluyan al sector dentro del Decreto Nº 128/2019 que establece reducciones a las contribuciones patronales para varias actividades productivas de las economías regionales. En otras palabras, no pueden pagar sueldos y a su vez no logran aumentar los precios de venta porque la gente no tiene plata en el bolsillo. Y por el otro extremo los consumidores consideran que abonar 160 pesos por un kilo de modesto corte de carne de cerdo es exagerado, y ni hablar si se trata de lomo o matambre, que superan los 200 pesos. En Campo en Acción informaron que, para los productores, a la hora de argumentar la necesidad de este alivio impositivo se advierte que esta situación crítica que viven ya ha provocado pérdidas de puestos de trabajo, lo que se traduce en migración de los campos a las ciudades, generando desarraigo rural, entre otros fenómenos. El pedido concluye que el sector porcino no puede ni debe seguir a la deriva, ni debe ser dejado de lado en las políticas que beneficien el aumento de trabajo y la disminución de la informalidad laboral por el bien de la actividad y las familias que la integran. Lo dicho, al candidato que hable con los productores le conviene dejar el verso para otra ocasión, porque puede que en tal caso el sector le dé la espalda.