Cruzar un semáforo en rojo, a una velocidad mayor a la permitida, al mando de un colectivo con una licencia de conducir profesional es un cúmulo de situaciones graves que, en el caso de provocar una tragedia, hacen que la responsabilidad sea mayor y que el peso de la ley caiga con más fuerza. Según una pericia y un video, entre otras pruebas, esta parece ser la circunstancia de la fatalidad que se cobró la vida de dos hermanos jóvenes al amanecer del sábado en Paraná, que podría llevar al chofer de la línea 6 Roberto Oscar Mangona a una pena de prisión efectiva teniendo en cuenta otros casos ocurridos en la provincia. Por esto, entre otras razones, el hombre quedó con 30 días de prisión preventiva domiciliaria tras la imputación por Doble homicidio culposo agravado formulada por el fiscal Mariano Budasoff.
Pericia y video complican al chofer que mató a dos hermanos
La pericia realizada por la División Accidentología Vial de la Dirección Criminalística de la Policía provincial ha determinado una “probable cadena de acontecimientos”, con una hipótesis que compromete la situación penal de Mangona.
La misma refiere a que el ómnibus Mercedes Benz del servicio de transporte de la empresa ERSA, iba por el carril central de avenida De las Américas en dirección hacia Oro Verde; el auto Renault Megane circulaba por calle Lisandro de la Torre, desde el oeste con intenciones de ingresar a la avenida para dirigirse hacia Paraná. El colectivo embistió en el lateral izquierdo al auto en el que iban los hermanos Damián y Jésica Cancio Bupo, y el tercer pasajero sobreviviente Sebastián Zárate.
Hay varias pruebas que acreditan que el colectivero cruzó ese semáforo en rojo: entre ellas, un testigo y el video registrado por la cámara de seguridad de un comercio cercano.
En los instantes previos al impacto el conductor del colectivo clavó los frenos “estampando sobre la calzada un par de huellas de frenadas con una longitud de 4,30 metros –desde el comienzo de la visualización de la huella hasta el comienzo del derrape o zona de contacto estructural– la cual no fue suficiente en espacio para evitar la colisión”, sostienen los peritos.
Luego del impacto, el colectivero no soltó el pie del freno y el vehículo continuó hasta detenerse 38 metros más adelante. Es decir, una frenada total de 43 metros, según la medición realizada en la escena del siniestro.
Respecto del auto, “luego del impacto y producto de la energía cinética que le transfiere el colectivo, realiza una roto-traslación completa (360 grados) en sentido antihorario, avanzando a su vez hacia el cardinal sur-este, estampando huellas de derrape de una longitud total de 14,20 metros”, describe la pericia, y quedó detenido sobre el carril central de la mano de la avenida que va hacia el norte.
Los peritos pudieron establecer, en base a la longitud de las huellas de frenada del colectivo y otros factores del campo de la física la velocidad aproximada a la que circulaba el vehículo al momento de un choque. Pero en este caso, además, contaron con los datos del sistema de monitoreo municipal que controla los ómnibus de trasporte de pasajeros, que ha permitido concluir con exactitud que el colectivo circulaba a 79 kilómetros por hora al momento del impacto, en una arteria donde la velocidad máxima permitida es de 60.
Esta es una de las evidencias cruciales que agravan la conducta de Mangona en la tragedia vial. La otra prueba fundamental que el fiscal ha incorporado al legajo es un video.
Se trata de las imágenes de la cámara de vigilancia de un local comercial ubicado en avenida De las Américas al 5500 “que muestra que el imputado intentó el cruce de la intersección de esa arteria y Lisandro de la Torre cuando el semáforo se encontraba con luz roja, esto es, realizó un cruce prohibido”, aseguró.
“Todo ello como evidencia la grave violación de los deberes de cuidado en la conducción de Mangona, que derivaron en el fallecimiento de dos víctimas”, sostuvo Budasoff para pedir la prisión preventiva del chofer, y agregó que “si bien el imputado posee arraigo, la pena a imponer en caso de condena no necesariamente sería de ejecución condicional”. Es decir que Mangona podría ser otro conductor que paga con la cárcel su fatal negligencia.
Es que miles de conductores cruzan semáforos en rojo a cada rato en Paraná. Pero si de alguien se espera que no viole esa norma de tránsito elemental es de los choferes de colectivos (además de los conductores y conductoras de transportes escolares, por ejemplo).
Observaciones del accidente y para el tránsito en general
Algunas de las observaciones realizadas en la pericia elevada por la División Accidentología Vial de la Policía resultan importantes tanto para el caso que se investiga como para el tránsito en general:
- La intersección de avenida De las Américas y Lisandro de la Torre se encuentra regida por semáforos que al momento de la inspección se encontraban en buen funcionamiento y sincronizados.
- Sobre avenida De las Américas se observó señal vial vertical y horizontal de velocidad máxima 60 km/h y sobre calle Lisandro de la Torre: Pare, Bicisenda, y Ceda el Paso (a peatones). Asimismo, el paso en la encrucijada se encuentra regida por semáforos.
- Los conductores en la vía pública deben circular con cuidado y prevención, conservando en todo momento el dominio efectivo del vehículo, teniendo en cuenta los riesgos propios de la circulación y demás circunstancias del tránsito, que cualquier maniobra deben advertirla previamente y realizarla con precaución, sin crear riesgos ni afectar la fluidez del tránsito.
- No se pudo determinar con certeza el uso de cinturones de seguridad por parte de los ocupantes del auto (quizás las autopsias puedan dilucidarlo).
- El automóvil Renault Megane cuenta con sistema de seguridad pasivo de Airbag frontales (no así laterales o de cortina), los cuales no fueron desplegados por tratarse de un impacto lateral y no frontal.
- Debido a los daños que presentaban ambas unidades intervinientes, no fue posible comprobar el sistema lumínico.