Un repaso por las crónicas policiales de los últimos tres años publicadas por UNO demuestra que en los barrios Consejo, 1° de Julio y La Palangana de Paraná la violencia ha aumentado de la mano del narcotráfico. La Policía allana, detiene, secuestra cocaína y marihuana, pero el negocio del narcomenudeo no se frena, sino que cambia de manos. Los apellidos de los cabecillas son conocidos, ya que muchos han estado presos, o peor, aún lo están. La desaparición y muerte de Gonzalo Calleja, un joven contador que fue a calles Suipacha y Pringles a vender dólares, pone otra vez en el radar de las autoridades una zona conflictiva que necesita más que un abordaje policial y judicial.
La zona donde desapareció Gonzalo Calleja, lugar de disputa de bandas delictivas
En los barrios Consejo, 1° de Julio, La Palangana y San Roque hay disputas de poder concretas, dicen a UNO policías con experiencia en la calle.
Sin ir muy lejos en el tiempo, el viernes 25 de junio el único imputado por el triple crimen con sello narco ocurrido en el barrio Los Paraísos de Paraná el año pasado, que se encontraba libre con restricciones, fue detenido por participar de balaceras en el Consejo.
Según se dice Ramiro Pañal Colman se vio involucrado en varios hechos de violencia en el Consejo y el 1° de Julio, todos ellos relacionados a disputas por la venta de drogas, según los datos que maneja la Policía. Otro nombre que surgió de esa investigación policial por la violencia de la última semana de junio fue el de Machuca, hermano de un condenado por el asesinato del contador Ricardo Lizarraga ocurrido en 2014 en Puerto Viejo.
En la zona se comenta que los narcos compran dólares y oro para capitalizarse y también para pagar la mercancía. UNO contó en la edición del viernes que otros vendedores de dólares fueron atacados a balazos cuando fueron a realizar transacciones al lugar cercano al predio de la Escuela Hogar. Se supo que la Fiscalía ya contactó a uno de esos vendedores de divisa y le pidió datos que podrían llegar a ser útiles para la investigación del caso Calleja. Si bien aún continúa la búsqueda del celular del contador de 29 años, hay otros datos que los investigadores manejan que los podría llevar hasta la persona que lo contactó y citó en calle Suipacha y Pringles.
El hallazgo del aparato telefónico es importante, pero los investigadores cuentan con otros elementos para avanzar en la investigación, que ya probó que Calleja fue asfixiado. Ahora habrá que esperar los exámenes médicos más rigurosos para conocer más en profundidad qué y cómo se desencadenó la muerte.
Sin detenidos
El joven de 20 años que el viernes se había entregado por su presunta participación en el homicidio del contador Gonzalo Calleja, hallado sin vida el jueves en un campo en calle Montiel y Báez, fue liberado ayer luego de que la Fiscalía determinara que al momento del hecho estuvo en otra localidad.
A las 10.30, el fiscal Santiago Alfieri se reunió con el abogado Claudio Berón, defensor del joven. Tras varias horas de análisis de pruebas, tomó la decisión de liberarlo sin siquiera indagarlo. No obstante, el abogado del sospechoso, identificado como Brandon Comas, entregó el teléfono celular del muchacho para que sea peritado en profundidad.
A través de un comunicado se informó que el letrado “entregó un dispositivo de telefonía celular, con su contraseña, en la que exhibió diversos elementos que probablemente ubican al joven detenido en una ciudad de la provincia fuera del Departamento Paraná”. Alfieri “requirió la intervención de un oficial de la Dirección de Inteligencia Criminal, quien corroboró la información de dichos archivos, sin perjuicio de que fue entregado el dispositivo a las autoridades para alcanzar las certezas”.
“Ante esta situación y la función del deber objetivo de investigación, se dispuso la libertad del joven, quien fuera señalado por vecinos de inmediaciones del lugar del hallazgo del auto de la víctima; pero continuará vinculado a la investigación en tanto se realicen las pericias necesarias”, añadió el comunicado.
Al respecto, Claudio Berón, abogado de Comas, dijo a UNO que su cliente no llegó a ser imputado dado que las pruebas presentadas determinaron que había estado en Concepción del Uruguay. “No hubo imputación porque pudimos alejar las sospechas, la Fiscalía lo dejó supeditado a la causa con algunas restricciones en caso de que lo requiera, pero acreditamos lo que veníamos diciendo desde un primer momento”, afirmó. Berón añadió que, incluso, confeccionó un “listado con todas las cámaras de la zona de Concepción del Uruguay desde el momento en que llegó hasta que se volvió a Paraná”.
Rastrillajes, entrevistas y búsqueda de datos
Los fiscales Alfieri y Mariano Budasoff continúan trabajando en la línea de investigación para esclarecer el homicidio de Calleja, cuyo cadáver había sido encontrado el jueves tras desaparecer el miércoles a la tarde cuando fue a vender dólares al barrio Consejo y 1° de Julio. UNO pudo conocer que la Policía realizó rastrillajes ayer en la zona donde fue localizado el cuerpo para ver si había algún otro elemento de la víctima. Personal de Homicidios continúa trabajando en diversas pericias telefónicas y de cámaras de seguridad, como así también en la toma de testimonios a vecinos y lugareños.
Los investigadores sospechan que el lugar del hallazgo del cadáver fue una escena secundaria, ya que creen que fue asesinado en otro lugar y que su cuerpo fue arrojado por otras personas entre la maleza, debajo de un árbol en un campo de trigo en calle Montiel. En la edición de ayer UNO informó que la autopsia al cuerpo de Calleja pudo establecer la ausencia de lesiones traumáticas en el cuerpo de la víctima, determinándose la asfixia como medio de muerte. En tanto, aún queda pendiente establecer “el mecanismo por el que se produjo” la asfixia, por lo que se esperan los resultados de los estudios de laboratorio y química forense, y los histopatológicos.
Durante los procedimientos se secuestraron más de 15 teléfonos celulares, 1.000 dólares (varios de ellos falsos), marihuana y una memoria de cámara, detallaron las fuentes. La principal pista de la investigación es que Calleja fue asesinado en el marco de un robo y no se descartaba que el crimen estuviera vinculado a la compra y venta de dólares, actividad que según su propia familia desarrollaba el contador, además de ser empleado administrativo en una empresa.
De hecho, en el auto de Callejas, encontrado el miércoles a la noche cerrado con llave y mal estacionado en el barrio 1º de Julio de Paraná, tenía 9.500 dólares en la guantera. Sin embargo, la sospecha es que el hombre llevaba 15.000 dólares, por lo que intentaban determinar con quién o quiénes se vio en las últimas horas con vida o con quién o quiénes realizó las transacciones de cambio de divisas.