Finalizó este viernes la segunda jornada del juicio por jurados a Jorge Julián Christe, quién se encuentra imputado del femicidio de su pareja, Julieta Riera, en abril de 2020, en Paraná.
Juicio a Christe: emotivas y contundentes declaraciones
En el balance de la audiencia, no fue menor el testimonio de la madre de la víctima, como la hermana, quiénes confirmaron la hipótesis del miedo que sufría Julieta por parte de Christe, por sus celos y hostigamientos, que buscaban aislarla "del mundo".
La mamá de la víctima, contó con lujos de detalles, cómo ella sentía que su hija no estaba bien en la relación que mantenía con Julián. En un momento de la información brindada a los fiscales Ignacio Aramberry y Patricia Yedro, se quebró emocionalmente, lo que obligó a suspender por un breve lapso la declaración.
En definitiva, la madre enfrentó a los defensores Franco Azziani y Ladislao Uzín Olleros, y en especial al primer letrado, que se mostró muy activo y propenso a ser "cruzado" por la querellante Corina Beisel o los fiscales, que plantearon numerosas veces, la improcedencia de la pregunta o hasta la terminología belicosa.
La madre y la hermana de Julieta Riera, quien en abril del año pasado fue golpeada y arrojada desde el octavo piso de un edificio del centro de la ciudad de Paraná y por cuyo femicidio está siendo juzgado su novio, aseguraron este viernes que días antes de su muerte, la joven les mostró moretones y les confesó que había sido agredida por su pareja.
Se trata de Ana Burgos y Florencia Riera, madre y hermana de la víctima, quienes declararon en la segunda audiencia del juicio por jurados que se le sigue en Paraná a Jorge Julián Christe (31) por el delito de "homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y mediando violencia de género".
En la audiencia de apertura, realizada el jueves, el fiscal del juicio Ignacio Aramberry calificó a Christe, quien es hijo de la exjueza en lo Civil y Comercial Ana María Stagnaro, como "un macho violento" que golpeó y luego arrojó a la víctima desde el octavo piso.
"Esta es la historia de un macho violento que atacó ferozmente a su novia tomándola del cuello, apretándoselo y la mató arrojándola por el balcón, y que lejos de interesarse por lo sucedido, fue a la casa de su madre y luego a la policía, donde informó falsamente que se había caído su suegra", relató el fiscal en su alegato de apertura.
Dolor de sus familiares
"El último día que la vimos (martes 28 de abril del 2020) la hermana le dice que se quede unos días en casa. Yo le dije traete un poco de ropa y te venís. Y no, no vino y no vino más", dijo Burgos.
Ante el juez técnico Elbio Garzón y los 12 jurados populares, la mujer recordó que si bien su hija "era muy reservada", en una oportunidad pudo verle "moretones y marcas", aunque en ese momento su hija le dijo que se los había provocado al caer de la moto.
También, contó que Julieta ese mismo día le comentó que Christe era "un tipo celoso" y que no le gustaba verla "con otras personas", y por eso pidió que el novio de la hermana no salga cuando él la busque porque "le tenía muchos celos".
"Estábamos buscando el barbijo -continuó- y la hermana le dice 'Juli por qué no te quedas unos días así terminas todos los trabajos y no tenés que ir y venir', pero se negó porque no quería que Julián quede solo".
Al salir, "le dije 'acomodate bien el barbijo y el casco', nos dimos un abrazo y fue la última vez que la vi. El miércoles no vino, entonces a la noche quise llamarla y no entró la llamada, y pensé que si al otro día no venía la llamo de nuevo, y no vino y me terminaron llamando de otro lado", se lamentó Burgos durante su testimonio.
La madre de Julieta precisó que tiempo antes de su muerte le había regalado a su hija un celular pero "se había roto", por lo que para comunicarse debía contactar a Christe, y para que la joven hable con sus amigos "usaba el mío, sólo cuando estaba en casa o conmigo".
Burgos recordó que su hija "era muy dulce y una gran persona con mucha luz, no era agresiva y pensaba que podía cambiar a las personas", pero que "desde que comenzó la relación con Christe estaba más callada" y la visitaba menos.
En tanto, Florencia Riera, hermana de Julieta, remarcó que el último día que la vio, la joven le contó que Christe "era muy celoso" y que se mostró "muy preocupada".
"Ella se sienta de la nada y me muestra en el hombro moretones y me dice que se los hizo él. Le dije que no tenía por qué tocarla pero se levantó asustada y me pidió con miedo que no le cuente a mi mamá", enfatizó Florencia y también señaló que anteriormente vio "otros moretones en las piernas pero no pregunté".
Además, ese día le pidió que se quede a dormir junto a ella en la casa de sus padres, porque tuvo "una intuición de que tenía que quedarse segura con nosotros en casa, pero dijo que él le decía que no quería quedarse solo y no quiso".
Violencia
En tanto, en la mañana declaró una testigo, que confirmó que Julieta le mostró hematomas y golpes provocados por el acusado.
Mirta Cornejo, una empleada doméstica que trabajaba en algunos departamentos del edificio del Seguro, contó que conoció a Julieta, por su relación con el portero del lugar, Eduardo Molina.
La mujer admitió que unos días antes de la muerte de Julieta, escuchó gritos y pedidos de auxilio de Julieta, en una clara acción violenta de parte de Julián. Allí fue que contundentemente dijo: "Juli le tenía mucho miedo a Julián”.
"Ella me contó que Julián la maltrataba, le cortaba el pelo y la ataba cuando tenía relaciones sexuales, y que muchas veces eran en contra de su voluntad", alertó la mujer para marcar: "Le dije que lo denunciara, y en otras ocasiones, me pidió para ir a vivir a casa, pero le advertí que tenía mis cuatro hijos y nietos en mi casa que es chica".
Finalmente la testigo, indicó que habló con su pareja para marcarle el problema que había en el departamento de Christe, y que lo conveniente era que interviniera el administrador del edificio.
Apostillas
En la segunda audiencia, hubo largos testimonios, en especial de las peritos oficiales de la Justicia que dieron el informe sicológico y siquiátrico del acusado.
Desde la dirección del Juicio, se solicitó a las partes, una vez finalizada la audiencia de este viernes, dialogar en privado, sobre aspectos del desarrollo del debate, en especial el vinculado con el ingreso de personas que tienen el derecho a asistir por ser familiares de la víctima o el imputado.
Cada tres horas, se programa a rajatablas la sanitización de la sala de audiencia para poder neutralizar cualquier episodio vinculado con el coronavirus.
El lunes y martes, podrían ser las jornadas claves del juicio, porque deberán declarar los médicos forenses que intervinieron en la autopsia. Darán información a las partes de cómo se produjo la muerte de Julieta, y en especial especificar la situación de violencia que se habría detectado.
También declararán los peritos policiales que participaron de la planimetría y pericias oficiales que podrían llegar a confirmar la posibilidad concreta que hubo una acción intencional del imputado en la muerte de Julieta.