En la tercera jornada del juicio por jurados contra los dos acusados del homicidio del contador Gonzalo Calleja, se escucharon la voces de los imputados, Exequiel Morato y Francisco Giménez. El primero abonó su versión de que intentó robarle a la víctima los dólares que le iba a comprar, y el segundo insistió en que es un albañil totalmente ajeno a lo sucedido. También declararon testigos, entre ellos el que hacía las veces de intermediario entre Morato y Calleja para la compra venta de dólares. Pero nadie dice para qué era la plata ni de qué era la deuda del primer imputado con el dueño del desarmadero, Matías Martínez.
Gonzalo Calleja, el juicio: Morato dijo que le robó porque le aumentó el dólar y que Giménez lo mató
Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
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Foto: UNO/Juan Manuel Hernández
Diego Arias
“Lo que dijo la Fiscalía casi todo es verdad. Lo que no es verdad es que haya sido un homicidio calificado”, dijo Morato al inicio de su declaración, y continuó relatando su versión de lo ocurrido aquella tarde del 14 de julio de 2021: “Estaba en mi barrio, estábamos en mi auto, cuando me dice cuánto estaba el precio del dólar, habíamos acordado otro precio, empezamos a discutir, yo le saco la mochila, empezamos a forcejear y ahí es Francisco lo toma por el cuello, y cuando veo que Gonzalo estaba poniendo los pies para el otro lado, con las manos en el cuello, en lo menos acordado quedó sin vida”.
En ese momento, dice Morato, le recriminó a Giménez: “¿Cómo vas a hacer eso? ¿Ahora qué vamos a hacer? No sabíamos qué hacer y decidimos llevarlo a calle Selva de Montiel, a metros de Juan Báez. Dejamos el cuerpo y bueno, luego fuimos a lo de Martínez, al desarmadero, a pagar una deuda que tenía con él. Después volvimos a mi casa, repartimos la plata y yo le pido a mi vecino Matías Mosqueda que lo lleve a su casa. Ahí no nos vimos más”.
“El 16 me allanan mi casa -continuó-, me presenté luego. Me llevaron a Antecedentes, me hicieron algunas preguntas, volví a mi casa y el lunes 19 me vuelven a allanar y desde ese día estoy preso en la cárcel hasta el día de hoy. Y acá estamos”.
Morato respondió las preguntas que le hicieron las partes, algunas de las cuales fueron las siguientes:
-¿Cómo estaban dispuestos dentro del habitáculo del auto?
-Yo estaba del lado del conductor, Gonzalo estaba del lado del acompañante y Francisco estaba detrás de él. Habrán sido cinco segundos el forcejeo.
-¿Le debía dinero a Giménez?
-No.
-¿Trabajó de albañil en su casa?
-Habrá sido antes de empezar el invierno y durante el invierno, hasta ese día estaba trabajando. Solía venir de mañana o iba a la tarde. Hizo el piso de afuera donde estaba el auto y estaba edificando arriba de mi casa donde yo vivía. Hoy en día quedó terminar de hacer el techo.
-¿Qué tenía que ver Giménez con el cambio de dólares?
-Estábamos juntos para cambiar la plata.
-Discute por el precio ¿por qué toma la mochila de Calleja?
-Decido sacarle los dólares.
-El reloj, el celular, la billetera, la llave del auto ¿dónde están?
-En el transcurso del camino lo fui tirando.
-¿Por qué se lo saca?
-Porque no me servían.
-Dice que salieron de su casa para hacer el cambio ¿Arrancan el auto usted manejando y Giménez atrás?
-Sí, como usted dice.
-¿Quedó vacía la butaca para que se sentara Gonzalo?
-Sí, desde que salimos porque él venía entrando.
-¿Usted con Giménez y Calleja habían hecho cambios?
-No, siempre éramos Gonzalo y yo. Era la primera vez, pero él ya sabía.
-¿Por qué fue ese día?
-Porque tenía una plata guardaba y la iba a cambiar por dólares, pero al momento Gonzalo me cambia el precio. Empezamos a discutir y dice ‘sacale la mochila con los dólares’.
-¿Giménez también iba a cambiar dólares?
-Sí
-¿Qué cantidad?
-Habrán sido 60/40. 6.000 de Giménez y 4.000 míos.
-¿De cuánto era la deuda que tenía con Martínez?
-Habrán sido unos 600.000 pesos. Ya me había atrasado en esa deuda, tenía que pagarla esa semana.
-O sea que con esa deuda ¿se le dió por comprar dólares?
-Si, para que se me haga más chico.
-¿Por qué en un hecho que usted es ajeno, en lugar de explicar lo que pasó desmantela sus bienes y hace toda la maniobra de ocultamiento?
-Porque tenía miedo de ir a la cárcel.
-Con qué frecuencia se juntaban con Giménez?
-Como mucho dos fines de semanas al mes.
-¿Cuántas veces le reclamó la deuda Matías Martínez?
-Una sola vez
-¿Cómo deciden dónde dejar el cuerpo de Gonzalo?
-Pensamos en una zona alejada de la ciudad.
“No sabría por qué fui preso”
Posteriormente declaró Giménez, mucho más breve y sin responder preguntas de la acusación.
“Lo conozco al señor Morato, le hice un trabajo, no sé por qué se empecina así conmigo si yo ese día fui a cobrarle una plata que él me debía y nada más. Me llevó a mi casa, no sé qué decir porque no entiendo por qué dice eso de mí, mucho más no tengo nada para decir. No sabría por qué fui preso si siempre le trabajé, siempre me pagó bien, encima dice que fui yo. En este momento la verdad que me deja medio en blanco, no sé qué decir. Eso nomás”, dijo. Luego, su defensor le preguntó:
-¿A qué hora fuiste a la casa de Morato?
-Como a las 8 de la noche, ya estaba medio oscuro cuando llegué caminando, andaba solo, y me retiré en seguida.
-¿Cómo te volviste?
-Le pregunté a Morato si tenía el número de un remís para llamar, no tenía plata, andaba con la plata que me había pagado.
-¿Cuándo lo veías a Morato?
-Cuando venía para acá (desde Aranguren), porque andaba haciendo trabajos con mi viejo en el barrio.
El intermediario
Uno de los aspectos importantes de este asesinato tan aberrante es el contexto en el cual muchas personas hablan de elevadas cifras de dinero, pero nadie rompe el silencio para saber quién es el pez gordo que estaba detrás de Morato.
Quien refirió la circunstancia del movimiento de pesos y dólares fue la persona que puso en contacto a Morato con Calleja. Se trata de José Luis Bailliard, a quien el contador tenía agendado como “amigo Bowling”. Ayer declaró como testigo y dijo. “Les hice el favor a los dos, supongo que cada uno ganaba su parte, que algún beneficio debían tener”.
Dijo que al principio era el enlace para los encuentros entre ambos, pero luego cambió: “Después yo le pasé el contacto a Gonzalo para abrirme un poco. Mientras se encontraron por mi intermedio, los encuentros entre ellos estaban bien, yo cuidaba que haya seguridad, que no haya peligro, cuidaba el detalle para que no pasara nada”, aseguró.
Bailliard sabía que Morato tenía una deuda con Matías Martínez y arrojó un numero muy superior al que mencionó el imputado: 1,9 millón de pesos.
Asimismo, complicó a Morato cuando dijo que este joven estaba enojado con Calleja porque le ponía un precio superior al dólar que a Bailliard: “Me dijo ‘después, a estos locos les pasa algo y lloran’”. Asimismo, expresó que se siente culpable por lo sucedido y le pidió disculpas a la familia de Calleja.