La ciudad de La Paz y también la provincia vive un momento histórico: se realiza el primer juicio por jurados en la localidad. Para Entre Ríos es el tercero, pero es la primera vez que juzga un femicidio con esta nueva modalidad que democratiza las sentencias judiciales, y donde el acusado puede recibir la máxima pena de prisión perpetua. Se trata del asesinato de Romina Roda, ocurrido el 26 de abril pasado en el barrio Feria.
Femicidio: "Rivero prefirió que Romina no fuera más que una cruz en el cementerio"
Femicidio: "Rivero prefirió que Romina no fuera más que una cruz en el cementerio"
El fiscal Sobko afirmó que demostrará la culpa de Rivero y el defensor oficial Báez apunta a los vacíos en la investigación.
La Fiscalía sostiene que su esposo Jonathan Rivero, fue quien entró a su habitación y le quitó la vida a puñaladas, adelante de dos hijos. El lunes se desarrolló la audiencia donde se seleccionaron a los 12 ciudadanos paceños que deberán decidir si Rivero es culpable o no culpable. Ayer, los elegidos tras el sorteo previo, llegaron a la sede del Concejo Deliberante de La Paz, que se prestó debido a ser un espacio con las condiciones necesarias para mantener distanciamiento sanitario.
El juez técnico del juicio es el vocal de Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, Alejandro Grippo, quien inicialmente le tomó juramento a los jurados, y luego les dictó las instrucciones iniciales. Entre estas se destacan: “Jonathan Eduardo Rivero es acusado de femicidio y homicidio agravado por el vínculo”; “es vuestra solemne responsabilidad determinar si la Fiscalía ha probado sus acusaciones más allá de toda duda razonable”; “deben basarse únicamente en la prueba, en la existencia de prueba y en la ley. La acusación fiscal no es prueba”; “En todo juicio criminal hay dos jueces, yo soy uno y ustedes el otro. Yo soy juez del derecho y ustedes del hecho.
Deben determinar si Rivero es culpable o no culpable del delito”. Asimismo, Grippo les aclaró a los 12 jurados: “El caso debe ser juzgado por ustedes solo por la prueba presentada en el juicio. Los jurados no deben conducir ninguna investigación por cuenta propia, esto incluye leer diarios, mirar televisión, usar la computadora, un teléfono, internet o cualquier dispositivo electrónico u otro medo a fin de obtener información relacionada con este caso o con las personas y lugares descriptos”
“Un círculo de violencia” En los alegatos iniciales, el fiscal Oscar Sobko (que actúa junto a la fiscal Constanza Bessa), se paró, agarró un micrófono que no funcionaba y luego otro que sí pudo amplificar su voz.
Les dijo a los jurados: “Lo que se discute es la autoría, que el señor Rivero es autor o no de ese hecho. Y esta Fiscalía tiene entendido que el 26 de abril de 2020 aproximadamente a las 8, o un poco antes, Rivero salió desde su domicilio en el ejido sur, cercano a los excuarteles de la ciudad de La Paz, se dirigió unos 1.800 metros hacia el norte donde está el barrio Feria, hasta el domicilio de su cónyuge (ellos estaban casados), ingresó al domicilio de Romina Roda munido de un cuchillo de unos 13 centímetros de hoja con su mango de madera y de guampa, y le dio muerte a través de varias puñaladas en el cuello, en el pecho, en la espalda y, como lo explicará el médico forense, también en los antebrazos y en el brazo, que se llaman de defensa. Esto lo hizo en presencia de niños, de los hijos de Romina Roda, y de una de las hijas del señor Rivero”.
Luego, el fiscal contextualizó el hecho al describir que “sucedió a 30 días de lo que se había impuesto por la pandemia del Covid 19 y donde empezábamos a escuchar relatos de femicidios en Entre Ríos como en el resto del país, y se habló también de una pandemia de femicidios”. “Vamos a demostrar que desde un inicio de la relación de pareja de Rivero con Romina Roda, hubo violencia de género, y esto no es mínimo.
Hablamos que a Rivero no solamente se le imputa un hecho de homicidio calificado por el vínculo ya que eran esposos, sino también bajo violencia de género. Hacía apenas dos meses Romina había decidido la separación, y lo había hecho para tratar de salir de ese círculo de violencia de género”, agregó Sobko. Por esto, aseguró: “Vamos a dar por tierra con el principio de inocencia del señor Rivero y con lo que es una duda razonable en ustedes los jurados.
Es obligación de esta Fiscalía hacerlo y mostrarles lo que sucedió y una responsabilidad como jurado el dar un veredicto. Acreditaremos con grado de certeza que Rivero es responsable del delito”.
Al momento de adelantar lo que sucederá en el juicio, el fiscal le informó al jurado: “Todo ello se va a probar a través de testigos, muchos familiares, pero particularmente de uno de ellos, de 12 años, a través del relato en Cámara Gesell que nos advierte que no solamente Rivero estuvo allí sino que comete este hecho y raudamente se retira del lugar. Llegó al lugar con intenciones homicidas, logró su cometido y se alejó del mismo”.
Por esto, refirió un episodio específico que avala la teoría de la acusación: “Luego de que la familia (de Romina) llamó al 911, también hay una llamada de un vecino, porque Rivero caminó unos 300 metros y se entregó ante quien conoce como funcionario policial. Rivero golpea las manos de su casa y dice: ‘Policía, policía, me vengo a entregar’.
Y luego guardó silencio”. En este sentido, concluyó: “Lo tenemos a Rivero como un hombre que ha tomado la vida de una mujer porque la entendió suya. Y cuando entendió que la estaba perdiendo, prefirió que no fuera más nada que una cruz en el cementerio. Un hombre arrepentido ¿de matar? No. Está arrepentido de haberse entregado.
Y es tarea de todos, hoy, a La Paz y a esta familia doliente, traerle un poco de paz”. “Enormes vacíos” A su turno, el defensor oficial Fernando Báez dijo al jurado que “el principio de inocencia refiere que todos somos inocentes hasta que se pruebe que somos culpables”, y aseguró: “En el caso puntual del señor Rivero, probaremos que no estuvo ni es el responsable de la muerte de Romina Roda porque no estuvo en el lugar de los hechos. De acuerdo a las pruebas que ustedes podrán observar, no fue parte, no cometió el hecho que se le imputa, no fue él quien lo hizo, como tampoco existían causas o motivos, mucho menos relacionados con violencia de género entre Rivero y la señorita Roda que dieran lugar a un comportamiento como el que se lo acusa”.
Asimismo, cuestionó la investigación: “Existen enormes vacíos probatorios sobre la responsabilidad de mi defendido en los hechos que se investigan. Y es esa duda, ese vacío el que generará en ustedes aplicar el criterio de la duda razonable. Hay más signos de interrogación que certezas, que deben llevarlos a ustedes a determinar que Rivero no es culpable”.
El juicio continuó con las palabras de varios testigos, sobre todo familiares y vecinos de la víctima, quienes declararon bajo una fuerte emoción