El 11 de abril de 2011, se produjo en una vivienda del barrio Bajada Grande de Paraná, una tragedia que abrió una fuerte polémica sobre la tenencia de perros de gran porte. Susana Proni, de 53 años, murió destrozada por dos rottweiler, y los animales desde entonces permanecen alojados en jaulas de la Dirección de Zoonosis Municipal, pese a que un grupo de proteccionistas se comprometió a acondicionar un lugar propicio para alojarlos.
A tres años del ataque mortal de dos rottweiler, los perros siguen en Zoonosis
El sangriento hecho ocurrió alrededor de las 12.30, a unos 20 metros de la comisaría 11ª, sobre Estrada al 3500. La investigación del hecho se basó en el relato del dueño de la casa, Julio Gaitán, quien mantenía una relación afectiva pero no convivía con la víctima. El hombre relató que salió a comprar comida y dejó a la mujer sola en la casa, con los perros, con los que Proni aparentemente mantenía un buen trato. A la hora u hora y media Gaitán regresó y se encontró con el macabro escenario.
El entonces juez de Instrucción Ricardo Bonazzolla ordenó que los animales fueran alojados en Zoonosis, en lugar de ser sacrificados, para luego darle la tenencia a la asociación Canadian Voice for Animals Argentina, cuyas integrantes prometieron acondicionar un lugar propicio para que vivan. Sin embargo, hasta hoy los rottweilers permanecen en dos jaulas en República de Siria al 500.
Por otro lado, sin más pruebas, la causa se cerró y Gaitán no fue imputado por homicidio culposo ni imprudencia en la tenencia de los perros.