Argentina marcó un antes y un después en el golf femenino juvenil. Por primera vez, un seleccionado nacional participó en el World Junior Girls Golf Championship, el certamen más importante de la categoría, que se disputó del 15 al 20 de septiembre en el Saint Catherines Golf & Country Club de Ontario, Canadá.
Mía Yaya fue parte de un debut histórico para el golf argentino
La golfista concordiense Mía Yaya integró el equipo argentino que participó por primera vez de un mundial juvenil de golf. Se disputó en Canadá.
Por Alan Barbosa
Mía Yaya fue parte de un debut histórico para el golf argentino.
El equipo argentino estuvo integrado por la concordiense Mía Yaya, Ana Giuliano y Clementina Castaño, acompañadas por el capitán Diego Antonini y el coach Martín Corba.
El campeonato reunió a 24 equipos de todo el mundo, con las potencias tradicionales entre las favoritas y dos formaciones locales por parte del país anfitrión. Corea del Sur se quedó con el título por equipos, mientras que la británica Charlotte Naughton ganó la competencia individual. Más allá de los resultados, el verdadero logro argentino fue haber estado allí.
Mía Yaya tiene apenas 16 años, pero su relato a UNO transmite la madurez de quien entiende el valor de un sueño cumplido. “Fue muy loco cómo me enteré”, contó. “Estaba entrenando en la Asociación Argentina en Pilar, y mi profe se acerca. Yo pensé que era para corregirme algo, y me dice: ‘tengo una noticia muy importante para vos’. Ahí me dice que había sido convocada para jugar un torneo en Canadá. Yo no lo podía creer. Cuando me dijo que era un mundial femenino fue una locura. No lo creía hasta que me mostró todo. Me puse súper contenta y empecé a prepararme a full para llegar lo mejor posible”.
Esa preparación incluyó semanas de entrenamiento físico y técnico, además de trabajo mental. La concordiense sabía que el desafío era grande. Pero también comprendía que se trataba de una oportunidad única para representar a su país y mostrar el talento juvenil que emerge desde Entre Ríos.
Mía Yaya fue parte de un debut histórico para el golf argentino
Experiencia inolvidable
Para Mía y sus compañeras, el viaje fue mucho más que una competencia. Fue un descubrimiento, un aprendizaje profundo y una vivencia que marcó un antes y un después.
“Fue la primera vez que Argentina participó y también nuestra primera vez jugando un torneo así. Más que nada fuimos a vivir la experiencia, a disfrutar, a ver cómo era todo allá. Si salía el resultado, buenísimo, pero fuimos a disfrutar y ver el mejor nivel de nuestro deporte en el mundo”, explicó.
El torneo se disputó durante cuatro jornadas exigentes, bajo condiciones climáticas distintas a las de Argentina. “Jugué bien el primer y segundo día, después el tercero y el cuarto la remé un poco más. Como equipo tampoco nos fue tan bien. Era una cancha a la que no estamos acostumbradas, muy larga, exigente. Acá las canchas son distintas”, contó.
A pesar de eso, hubo aspectos positivos: “Por suerte nosotras tres somos de las que más fuerte pegamos en Argentina, entonces se nos hizo un poco más fácil en ese sentido. Pero igual era más difícil por la extensión de la cancha y por cómo había que jugarla”.
Las potencias
Competir frente a las mejores del planeta le permitió a Mía Yaya observar de primera mano el nivel al que aspira. “Comparado con el mundo, nuestro nivel no está tan cerca todavía. Pero vi que la forma de pegarle a la pelota era parecida. Lo que cambia es la estrategia, el juego corto, la precisión cerca del hoyo. Eso hace una gran diferencia”, analizó.
También se sorprendió por el físico de las rivales: “Las chicas eran grandes, con mucho músculo. Eso no se ve tanto acá. Creo que eso también influye”.
Pese a los desafíos, la concordiense se quedó con lo más valioso: la motivación para seguir creciendo. “Ver el mejor nivel de nuestra categoría me motivó mucho. Me dieron más ganas de seguir aprendiendo y mejorar para volver la próxima y estar más arriba, más cerca de las mejores”.
Amistades y recuerdos
La competencia también dejó amistades y momentos inolvidables fuera del campo. “Nos hicimos muchas amigas de otros lugares. Fuimos todos juntos a las Cataratas del Niágara y también a Toronto. Hasta fuimos a jugar al bowling con chicas de otros países. Fue súper lindo, porque compartimos cosas fuera del torneo y eso también te hace crecer”, recordó.
La historia de Mía empezó en su ciudad natal. “Empecé a jugar a los ocho o nueve años en Concordia. Nadie en mi familia jugaba, pero me gustó mucho. Me dijeron que podía ser buena y seguí. Es un deporte que disfruto, me gusta mucho”, contó.
Durante años se formó con un profesor local, pero su crecimiento la llevó más lejos. “Después de un tiempo, mi profe se fue y yo quedé sola entrenando. Miraba videos, practicaba con ayuda de mis papás. Hasta que a los 13 años me llamaron de la Asociación Argentina en Pilar. Ahí empecé a ir y venir, entrenaba allá y volvía. Y este año decidí instalarme en Buenos Aires para dedicarme de lleno”, relató.
Esa decisión implicó un cambio profundo en su vida diaria. “Estoy haciendo el colegio online, así tengo más tiempo para entrenar. Vivo en Buenos Aires, aunque voy seguido a Concordia. Es mucho movimiento, pero vale la pena”.
Objetivos y sueños
El debut mundial no la detiene, la impulsa. “Mi objetivo es volver al torneo y estar entre las diez o veinte mejores del mundo. Sé que puedo hacerlo. Tengo todo para lograrlo. Ni bien terminó el torneo me lo propuse”, afirmó convencida.
También piensa en lo que viene dentro del país: “Ahora se vienen torneos de aficionadas y competencias en Buenos Aires y Santa Fe. Ya cerró el ranking argentino, pero quiero seguir sumando experiencia y prepararme para el año que viene”.
Para cerrar, la joven entrerriana dijo: “Es un deporte que requiere mucha paciencia y cabeza. Hay veces que perdés más de lo que ganás. Pero no hay que rendirse. Si te gusta, hay que luchar, porque en algún momento todo se acomoda”.