Ahogada y azotada por la crisis económica, gran parte de la población griega ha visto caer en picada su nivel de vida en los últimos años y la miseria se ha apoderado de grandes zonas de las ciudades helenas. Y son precisamente los inmigrantes sin papeles los que más sufren el paro y los recortes sociales.
La xenofobia gana terreno en Grecia
Con 18 diputados en el Parlamento, el partido de extrema derecha Amanecer Dorado sigue acumulando fuerza en las calles gracias a los mensajes racistas, populistas y xenófobos que lanza a una sociedad cada vez más desesperada que culpa en parte a los refugiados por la falta de trabajo. Sus últimas iniciativas han consistido en repartir comida a los más necesitados en el centro de la plaza ateniense Sintagma, la misma que antes ocupaban sindicatos e indignados. Sin embargo, esa distribución se restringió sólo a aquellos que, documento en mano, demostraran que eran ciudadanos griegos. A la vez aregan a donar sangre sólo para los ciudadanos helenos. Todo esto sumado a una creciente ola de ataques contra extranjeros.
Con este peligroso caldo de cultivo en las calles y un descontento creciente contra los recortes, el gobierno de coalición presidido por el conservador Antonis Samaras decidió lanzarse a la caza de indocumentados en un intento de recuperar la credibilidad perdida con mensajes de defensa del orden público frente al crimen y la inmigración ilegal. Para eso, lanzó esta semana la operación Zeus Xenios, basada en redadas masivas en barrios populares para detener a ilegales y expulsarlos del país.
Poco hospitalario. Esta campaña, de incongruente nombre —Xenios, uno de los adjetivos de Zeus, significa "hospitalario, amigo del extranjero"— ya se cobró 6.000 detenidos. De ellos, unas 1.500 personas serán deportadas a su país de origen por entrada ilegal en Grecia y serán deportados a su país de origen. El propio ministro de Defensa Civil, Nikos Dendias, hizo referencia a una "invasión de inmigrantes" que según él supone una "bomba para los cimientos de la sociedad y el Estado".
Por otra parte, la fuerte crisis económica que sufre Grecia desde 2010 ha desatado un racismo hasta entonces inexistente en el país, según un informe de la ONG Human Rights Watch. "Con una aterradorafrecuencia ciertas «bandas de griegos» a veces armados con mazas, barras de hierro y botellas agreden en las calles, transportes públicos y en sus domicilios o lugares de trabajo a inmigrantes, demandantes de asilo y refugiados, incluso adolescentes y niños".
HRW entrevistó a 59 personas que sufrieron o escaparon de un incidente xenófobo, incluyendo 51 ataques graves, entre agosto de 2009 y mayo de 2012. Las víctimas de los ataques más serios incluyen a solicitantes de asilo de nueve nacionalidades y dos mujeres embarazadas.
Un vehículo policial que transportaba a un paquistaní sin papeles fue atacado ayer a pedradas por enardecidos vándalos. La policía no hizo nada para impedir el ataque y tampoco realizó detenciones. Organizaciones humanitarias hablan incluso de connivencia entre las fuerzas del orden y los agresores.
Fuente: La Capital