Los gimnasios de la capital entrerriana lucharon durante meses poder volver a abrir luego de las medidas debido al coronavirus. Ayer finalmente pudieron regresar al trabajo con los debidos protocolos habilitados para tener las correctas medidas sanitarias de prevención. Los dueños de los gimnasios se manifestaron en varias oportunidades para poder trabajar y también cerraron sus puertas más de 15 establecimientos por la crisis de no poder abrir y poder cobrar las cuotas a sus clientes.
Gimnasios, más de 140 días de espera
Ellos reclamaron una ayuda del estado y una Ley de Emergencia; por ahora no recibieron ninguna respuesta. Lo único positivo mirado por el sector es la apertura de sus gimnasios, pero avisando que las cuotas aumentarán por tener que disponer de menos personas dentro de la sala de musculación y también para comprar todos los insumos solicitados para poder trabajar con los protocolos dados por las autoridades sanitarias provinciales y locales.
El horario de apertura es de lunes a viernes de 7 a 21 (clases de 50 minutos por 10 minutos de desinfección). Se habilitó el ingreso a una hora determinada para que accedan los alumnos de ese turno (todos con tapaboca). En todos los salones hay cartelería informativa sobre prevención, cuidado y profilaxis del Covid-19, dejando en claro las medidas de seguridad. En algunos hay una zona delimitada de ingreso marcada en el piso con cinta o pintura contrastante por donde se debe ingresar al salón.
Los alumnos al ingresar caminan por una zona de desinfección de calzado (trapos de piso con agua/lavandina diluida y/o recipiente con agua/lavandina) para los que hacen actividad física descalzos, destinar un lugar para guardar el mismo luego de la desinfección. Cada persona sin excepción deberá desinfectar sus prendas con alcohol al 70%, luego pasar a lavarse las manos y dirigirse al sector que profesor a cargo le indique.
Las máquinas (o circuitos, bicicletas, camillas de pilates, estaciones de trabajo, o la modalidad de ejercicio que se practique) deben respetar la distancia de dos a tres metros entre personas. Y eso acota el lugar en cada gimnasio.
Otro punto que incrementa los costos es que cada vez que haya un cambio de lugar dentro de la rutina el espacio debe ser limpiado y desinfectado antes que otro alumno lo ocupe. Al retirarse, deberán lavarse las manos y, sin tocar nada, tomar sus pertenencias y retirarse por la zona delimitada. También se informó que todas las personas deberán asistir con la toalla, bebida y un tapaboca antes de ingresar y luego de retirarse. La higiene de manos, de manera frecuente, es la medida principal de prevención y control de la infección.
Se recomienda por parte de Salud provincial reducir la ocupación de salas, respetando la distancia mínima de los dos metros de separación entre personas. Para un riguroso cumplimiento de lo antedicho se estipula un ingreso limitado del público según los metros cuadrados de cada salón. Diseñar la circulación en el espacio para evitar aglomeraciones y mantener las distancias ideales entre las personas. Organizar el mobiliario de los espacios comunes de forma tal que exista al menos dos metros de distancia entre sillas, máquinas o cualquier otro dispositivo. Implementar un sistema de señalización demarcando espacios de atención que mantengan la distancia de dos metros entre personas. Poner a disposición de los clientes alcohol en gel en todos los espacios (se recomienda que sea cada 50 metros cuadrados) y garantizar la provisión de todos los elementos para un adecuado lavado de manos en sanitarios. Pueden incorporar dispenser con toallas de papel descartables en ambientes comunes para evitar el uso de la toalla de tela.
Estas medidas son las que se tienen en cuenta para poder abrir los más de 110 gimnasios que quedan en pie en la capital entrerriana. Lucharon más cuatro meses para poder trabajar y de esa manera seguir con su pasión, que es fomentar la salud con la práctica de un deporte.