Carolina Rupp es maestra jardinera y mamá de cuatro niñas de 4; 6; 10 y 14 años. Recibió su título docente en 2013 y desde ese momento realizo suplencias por períodos muy cortos de tiempo en su ciudad de origen, Bovril. En 2017 ganó una suplencia en la escuela pública de nivel primario Primera Junta Nº 2 en La Paz y desde ese momento recorre 240 kilómetros (120 de ida y la misma cantidad de vuelta) a diario para cumplir con su trabajo.
Maestra que recorre 240 kilómetros diarios a dedo, pide un cambio de horario
Con lluvia, sol asfixiante o en pleno invierno, la maestra de la salita de 4 hace "dedo" como tantos docentes entrerrianos. Son muchas las ocasiones en que la cantidad de horas que aguarda que algún camionero que vaya a Goya (Esquina) o algún comerciante la acerque hasta su casa se iguala a la cantidad de horas que pasa frente al pizarrón.
Le apasiona su trabajo pero asegura que el viaje "cansa mucho", la cantidad de horas fuera de su casa y alejada de sus hijas le pesa mucho más. Este 2019 se sumo un agravante: por decisión de las autoridades escolares, hubo rotación de turnos y a ella le adjudicaron el horario intermedio, es decir que da clases desde las 10 de la mañana hasta las 14, con lo cual sale de su casa a las 7 de la mañana y regresa, con suerte, a las 17.
En diálogo con UNO Carolina contó que hasta 2018 estaba a cargo del turno mañana. Se levantaba a las 4.30 de la madrugada para ir hasta la ruta a hacer dedo: "Al principio te cuesta. Después empezás a entablar amistades con quienes viajan como vos, coordinas con camioneros que realizan frecuentemente el mismo recorrido porque van, por ejemplo, a Goya", contó y aclaró que hay un colectivo desde Bovril hasta La Paz (distancia de 120 kilómetros), pero no le coinciden los horarios.
Con el cambio de horario sale a la ruta a las 7 de la mañana. "Al regresar, tomo un colectivo de línea que me lleva desde el centro de La Paz hasta el arco de ingreso y de ahí, sola, a esperar que alguien me lleve". Las rutas que recorre de lunes a viernes son la 127; 6 y la ruta nacional 12.
Carolina planteó su situación a las autoridades educativas pero, hasta el momento, no dieron curso a una solución posible. "Necesito un turno por la mañana, es lo ideal. Por la tarde tengo que esperar en la ruta sola, porque la mayoría de mis compañeras ya regresaron a sus hogares", detalló.
Sobrevivir
Carolina tiene junto a su marido una despensa. Como ella está muchas horas afuera y su compañero debe atender el negocio, es su papá quien lleva a las chicas a la escuela y a las diferentes actividades. "Sobrevivimos con el negocio y mi sueldo, que también me permite contar con mutual para mi y mis hijas", explicó.
Su situación da cuenta de las vivencias de muchos docentes entrerrianos y de distintos puntos del país, refleja el sacrificio para poder brindar educación y honrar la profesión. Pero Carolina tiene un pedido especial, un cambio de horario que le permitiría poder compartir más tiempo con sus hijas, una adolescente y la más pequeña de tan sólo cuatro años, no hace falta detallar la necesidad de contar con la presencia de su mamá.