Este mes se cumplió una década de la activación del ramal ferroviario que une Paraná con Colonia Avellaneda. Fue el 15 de marzo cuando el tren se puso en movimiento para unir ambas ciudades, en un contexto en el que la localidad de Paraná Campaña comenzaba a expandirse de la mano de los planes habitacionales del Instituto Autárquico Provincial de la Vivienda (IAPV), que con el correr de los años generaron que se quintuplicara su cantidad de habitantes, muchos de los cuales trabajan, estudian o realizan otras actividades en la capital entrerriana.
Tren que une Paraná y Colonia Avellaneda cumplió 10 años
Por Vanesa Erbes
Ya en junio del año anterior habían comenzado los viajes en tren entre Paraná y Concepción del Uruguay, con un servicio semanal que salía los viernes pasado el mediodía y retornaba los domingos de tarde, y que era utilizado sobre todo por los estudiantes universitarios de la costa oriental de la provincia, que durante la semana cursaban en alguna facultad de Paraná o de Oro Verde, y que también pasaba por las estaciones de varias localidades más.
Pronto se sumaría, además, el servicio entre Paraná y Oro Verde, suspendido en 2016 y extrañado por cuantiosos usuarios que valoran la unión de los pueblos a través de los rieles. Cabe recordar que la implementación de los viajes entre Paraná y Colonia Avellaneda fue anunciada en aquella época por Diario UNO, dando cuenta –entre otros detalles– de que el costo del viaje sería de dos pesos, el mismo importe que se paga una década después.
En su edición del 22 de febrero, se destacaban las expectativas que generaba la puesta en marcha en este trayecto, y se informaba que la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos (Uefer) tenía ya para ese año “la firme intención” de llegar a la estación de La Picada. “El sueño de todos los defensores de la vuelta del tren es que se reactive la vía hasta Federal. Esa estación es muy importante teniendo en cuenta que, según la vieja diagramación, se puede llegar hasta Concordia”, subrayaba la nota. Aunque aquel sueño sigue intacto, en la actualidad el único ramal que continúa operando es el que une Paraná con Colonia Avellaneda, en unos 25 minutos.
Grandes expectativas
La última formación de un tren con pasajeros había pasado en Entre Ríos en diciembre de 1992, en un contexto en el que la empresa Trenes Argentinos fue privatizada y se definió que dejara de operar, al menos con el servicio de pasajeros, con el posterior desguace del sistema ferroviario. Solo unos pocos ramales siguieron funcionando para trenes de carga, lejos de la capital provincial. En este contexto, la iniciativa de reactivar el tren fue muy importante para la región y generó grandes expectativas. Sergio Portela, el jefe de operaciones de la Uefer, rememoró: “El viaje de inauguración del ramal Paraná- Oro Verde fue el 9 de diciembre de 2010, y empezó a funcionar frecuentemente a mediados de marzo de 2011”. “Ya habíamos empezado los viajes a Concepción del Uruguay, hasta que la anterior gestión del gobierno nacional empezó a hacer un achicamiento en todas las áreas y nos tocó a nosotros en Paraná, junto con otras delegaciones donde también pasó lo mismo. Ahora, con esta nueva gestión, estamos tratando de aumentar servicios”, remarcó a UNO.
Sobre este punto, Portela subrayó que se volvió a poner en agenda el proyecto de que el tren salga de Paraná y llegue a Federal. Si bien la pandemia está demorando los planes, aseguró: “Se está reflotando esta iniciativa”. “La línea que va a llegar hasta Federal es la misma que va a pasar por La Picada. La idea es ir por parte. Queremos cumplir el objetivo de activar primero el tramo hasta La Picada y de ahí ir extendiéndonos de a poco”, explicó.
Acto seguido, manifestó: “Estamos trabajando con la Provincia, con los gobiernos de las distintas localidades. Se están haciendo convenios para trabajar un conjunto y los municipios nos están ayudando con los desmalezados y desmontes más que nada, porque hace 25 años que no pasa un tren por ahí y hay grandes árboles en este momento por donde pasan las vías”. Sobre la posibilidad de que se reactive esta ruta, opinó: “Es fundamental tener apoyo del gobierno, como se obtuvo en 2010. No fue fácil reactivar este medio de transporte, pero se fue logrando a un ritmo sostenido. Por ahí empiezan a cambiar gestiones y las ideas políticas y este proyecto se diluye.
Los ferrocarriles necesitan herramientas que las tienen Nación y provincia, y todo va a depender de cómo se plantee una política para proyectar a largo plazo la actividad ferroviaria”. Por otra parte, indicó: “Hay que seguir apostando al ferrocarril, porque es el único medio de transporte económico, seguro, que puede hacer grandes distancias a costos reducidos y llevar gran cantidad de gente”.
“A nosotros la reactivación hace una década atrás nos causó una alegría tremenda y esperamos que se pueda expandir, porque lo que el tren siempre hizo fue que la gente de los lugares más alejados pueda tener más calidad de vida al poder trasladarse a centros urbanos con mayor acceso a la salud, la educación y otras cuestiones”, dijo a modo de reflexión.
Servicio actual
Nelson Santini, quien ocupa uno de los 44 puestos de trabajo que se conservan en el tramo Paraná Colonia Avellaneda, cumpliendo el rol de guarda en el tren, comentó a UNO que hoy en día funcionan de lunes a sábado dos frecuencias, ya que la cantidad de pasajeros mermó fuertemente a partir de la pandemia.
Antes eran seis frecuencias, entre ida y vuelta. “Hoy se trabaja con los protocolos sanitarios vigentes y viene personal de la Policía Federal que le pide el permiso correspondiente y el documento de identidad a los pasajeros, que son dos cosas que se requieren para el viaje”, dijo, y agregó: “Se limitó la cantidad de gente a bordo del tren a unos 70 usuarios, pero solo vienen entre 40 y 50 personas, ya que al haber un solo horario y arribar el tren a Paraná a las 7,45 o 7,50 de la mañana, los empleados públicos dejaron de utilizar este medio de transporte, porque ingresan antes a su trabajo. Más el protocolo y las medidas de seguridad, no están viajando muchas personas, como pasaba antes”.
Al respecto, mencionó que previo a la pandemia se completaban los asientos e incluso a veces iba gente parada. La cantidad de pasajeros por día oscilaba entre los 130 y los 160. La rapidez, el buen estado y confort de las unidades, y sobre todo el módico valor del boleto, lo convirtieron en una opción muy conveniente para quienes pueden hacer coincidir el horario y están cerca de alguno de los apeaderos o las estaciones desde las que parte o arriba la formación