El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó la tercera edición del estudio que refleja las formas en que se expresa la discriminación en Argentina. A nivel país, el relevamiento dio cuenta de que siete de cada 10 personas sufrió situaciones de discriminación a lo largo de su vida (72%). En este marco, el racismo estructural es uno de los principales tipos de discriminación sufrida por los argentinos, que encontró al ámbito educativo y laboral como los espacios más reiterados donde se sufrieron estos hechos.
Sintió discriminación alguna vez el 83% de los entrerrianos
Por Vanesa Erbes
La discriminación tiene un impacto emocional muy alto.
En Entre Ríos esta cifra es más alta: ocho de cada 10 personas (83%) se sintieron discriminadas alguna vez, y se sitúa como la tercera provincia a nivel nacional con mayor tasa en cuanto a la percepción de discriminación, después de Tierra del Fuego y Salta.
Entre los principales causan, los entrerrianos consultados señalaron en primer lugar a cuestiones estéticas; luego, a la discriminación en cuanto a corporeidades, puntualmente hacia personas con sobrepeso o gordas; y también hacia personas en situación de pobreza. Luego se enumeran razones ideológicas, de género y de vestimenta.
Sobre estos datos, Melisa Albornoz, la delegada del INADI en la provincia, señaló a UNO: “Estos números se pueden interpelar de manera negativa pero también positiva, porque hablan de una desnaturalización de la discriminación y también del racismo, al haber mayor conciencia sobre el tema. Por ende, en este proceso hay políticas públicas que se han aplicado para este tema, que han logrado concientizar a gran parte de la población. No es que estas estadísticas reflejen que somos un provincia que en la que se discrimina constantemente”.
En un contexto en el que existen diversos estereotipos discriminatorios trasmitidos culturalmente, analizó: “Lo que se puede remarcar en este mapa, que se realizó con la colaboración en la provincia de la Universidad Nacional de Entre Ríos, es que todas estas estadísticas y números que se han presentado sirven para seguir trabajando en las políticas públicas que debemos tener en nuestra provincia para abordar esta temática”.
En el informe también pone de manifiesto cuáles son las medidas que los entrerrianos consideran más acertadas para prevenir o revertir actos de discriminación, y en primer término creen que el Estado debería incorporar el tema en los establecimientos educativos. Sobre este punto, Albornoz comentó: “Desde el INADI trabajamos a través de campañas, de charlas, de encuentros con las escuelas, con el ámbito privado y el sector público en general”.
En el marco de estas charlas y encuentros, aseguró: “Es un tema muy sensible el de la discriminación, y lo que se produce en estos encuentros es muy bueno, porque por ahí se generan disparadores que permiten trabajar la temática con mayor profundidad, y uno empieza a conocer cuáles son las diferentes formas de discriminar que hay en la sociedad. Y volvemos a esto de las formas que gran parte de la comunidad ha naturalizado y se abordan en estas charlas”.
“La discriminación es una cuestión social. Hemos sido atravesados por la discriminación desde el comienzo de nuestra historia hasta la actualidad. Entonces, creo que hay que generar espacios donde nos informamos, discutimos los problemas que nos atraviesan como sociedad. Y es fundamental generarlos en todos los ámbitos públicos y privados”, reflexionó.
En el estudio hecho por el INADI también hay un porcentaje de personas encuestadas en la provincia que considera que se deben realizar más campañas de difusión, y en tercer lugar, dictar nuevas leyes que penalicen la discriminación. Y si bien el organismo es el encargado de recibir a menudo consultas o denuncias sobre actos discriminatorios, acerca de esta cuestión Albornoz destacó: “Lo interesante es que un hecho puntual por el que se hace una denuncia, por lo general no queda en esa instancia, sino que genera que muchas instituciones, tanto del ámbito público como del privado se acercan para trabajar esta temática”.
Asimismo, aclaró: “Nosotros no tenemos injerencia en el poder judicial, sino que solamente podemos sugerir cuando alguna persona se dirige a hacer alguna denuncia en este ámbito. Es decir, no tenemos potestad para aplicar alguna sanción o intervenir penalmente”.
Ámbitos de discriminación
En cuanto a los lugares en los que más gente se sintió discriminada, el informe del INADI reveló que se destacan el ámbito educativo y el laboral, seguidos por el barrio y los locales nocturnos, como bares, boliches y demás.
“Cada ámbito posee actores y relaciones sociales diferentes que dan lugar a distintos tipos de discriminación”, señala el estudio, en el que se precisa: “Dentro del ámbito educativo las principales causas de discriminación fueron aquellas relativas a la dimensión de las corporalidades, mientras que en la vía pública se expresaron principalmente las situaciones relativas al racismo estructural. En el ámbito laboral la dimensión del género ocupó el primer lugar de las experiencias”.
“Dentro del imaginario social sobre los ámbitos donde se presenta la discriminación, crecieron notoriamente las menciones acerca de las redes sociales. Sin embargo, cabe aclarar que no muchas personas expresaron haber vivido esas situaciones en primera persona”, indica el análisis.
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Impacto emocional
Sufrir discriminación genera sin dudas algún impacto en quien es víctima. Sobre este punto, el psicólogo de Paraná Sebastián Sigal, especialista en diferentes tratamientos, consultor y capacitador, señaló a UNO: “Es un tema complicado el de la discriminación y el impacto emocional es alto en estos casos, sobre todo en los niños y adolescentes, que son edades críticas de la vida. Y obviamente eso perjudica a la persona en todos sus aspectos y quedan marcas para siempre, sobre todo cuando se trata de chicos”.
En este sentido, analizó: “Esto no significa que puedan superarlas, pero más allá de la superación habrá huellas que queden y tendrán un impacto. Más allá de que cada caso es particular, hay niños y adolescentes que tiene quizás más herramienta y pueden enfrentar mejor estas situaciones de discriminación, pero siempre de alguna forma los interpela. También hay adultos a los que esta cuestión, por su estilo de vida y las herramientas adquiridas, los afecta en mayor o menor proporción”.
“Cuando la discriminación es continua, muchas veces quien la sufre siente que algo está haciendo mal y también que por algo le pasa eso; se siente culpable”.
Acto seguido, explicó: “No siente que quien lo discrimina tiene una actitud nociva hacia él, sino que percibe que a la falta la comete él, más si son niños. El trabajo que se debe hacer en estos casos es poder mostrarle a la víctima esto, y trabajar para que entienda que no se debe a algo suyo, sino una cuestión de los otros. Porque la discriminación tiene mucho de manipulación también y en hacer creer que si yo te discrimino es porque sos culpable, por tu etnia, o porque tu color de piel es tal”.
“En realidad es un problema del otro, que no acepta una diferencia por determinadas cuestiones que son suyas y por su propio conflicto. Sabemos que es doloroso para quien lo vive, y la realidad es que es un problema del discriminador, no del discriminado”, concluyó.