El río Paraná mantiene aguas muy bajas en el inicio de 2023 y preocupa tanto la bajante como la sequía prolongada. Al respecto, el ingeniero Juan Borus del Instituto Nacional del Agua (INA) explicó se está frente a la fase final de la bajante histórica del cauce, iniciada en marzo de 2020, aún así no es visible un horizonte de normalización. "Estamos en una etapa de bajante muy marcada del río Paraná. Se debe a que se disiparon completamente las lluvias en la región que, en su momento, produjeron una crecida en primavera. Todo el mundo quedó contento con ese crecimiento de la altura del río, en la ribera entrerriana paso de aguas bajas a medias. Pero, a partir de la segunda mitad de noviembre, comenzó a bajar", indicó el ingeniero Juan Borus del Instituto Nacional del Agua (INA) al programa La Mañana de la Red (88.7 La Red Paraná).
La bajante histórica del río Paraná está en su fase final
Foto: UNO/Juan Manuel Hernández
Foto: UNO/Juan Manuel Hernández
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" En estos momentos estamos viendo la etapa final de ese descenso. Ayer se terminó de definir el piso de la bajante en Corrientes, en Paraná se notará en 10 días que se estabiliza. De la lectura actual de 29 centímetros sobre 0 de escala, vamos a tener una profundización en un orden que llegará muy cerca del 0 de escala y desde ese momento comenzará a subir, moderadamente. Es la etapa final de largo período de bajante que se inició en marzo de 2020, aunque lamentablemente no tenemos un horizonte de normalización", sostuvo
Borus también habló, entre otras cuestiones, de las embarcaciones y la necesidad de extremar cuidados: "En una situación de persistencia de aguas bajas, el fondo fluvial de toda la región cercana a los embarcaderos se ha visto modificada. Una recuperación final hará creer a la gente que todo esta normal, pero es sólo en la superficie, entonces los cuidados que se deben tener son mayores. El nivel de agua actual hace que el perfil se vaya corriendo y se vayan formando nuevas islas, si hay un aumento del caudal puede hacer creer que todo se normaliza, pero es sólo la superficie", insistió el consultado.
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Preocupante
El presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Carlos Bertoni, también se pronunció respecto de la situación actual en el río Paraná y aseguró que “es preocupante” por el bajo nivel de caudal existente, aunque aseguró que es “sensiblemente mejor” que en los dos últimos años, aún cuando persiste la sequía y el faltante de lluvias en la región.
“En los últimos meses del año pasado tuvimos una cierta recuperación por algunas lluvias puntuales que se produjeron sobre la cuenca del río Iguazú, algo que se nota mucho en las cataratas, pero dura pocos días”, explicó el ingeniero.
Sin embargo, aseguró: “En términos generales continúa la bajante que comenzó en marzo de 2020, ya que el volumen de agua es poco y eso no hace que la situación en el Paraná cambie”.
“Lo que está pasando ahora, desde fines de diciembre y en lo que estamos transitando de enero, son lluvias muy débiles, algunas se producen en Brasil, pero muy pocas”, describió el titular del INA. Asimismo, agregó que persiste “una tendencia de sequía” que, por algunas semanas, mantendrá “un nivel en bajante en el río Paraná”.
En cuanto a un supuesto vínculo entre la bajante del río e incendios en la zona, Bertoni sostuvo que “se podría pensar” que la situación de bajante producida por la sequía, las altas temperaturas y los vientos “contribuyen a la generación y la propagación de incendios”.
Sin embargo, aseveró que “son pocos” los incendios que se inician por causas naturales y que “normalmente los incendios se inician por acciones del ser humano”.
Sobre los efectos de la sostenida bajante del Paraná, el funcionario manifestó que “cuando empezó se produjeron a lo largo de la provincia de Misiones y en algunos lugares de las provincias litoraleñas problemas de extracción de agua porque las bombas de extracción quedaron en vacío”.
“Pero hubo una inversión muy importante del gobierno nacional para adecuar los sistemas de captación de agua a la nueva realidad, eso prácticamente ya se superó”, agregó el ingeniero. Y concluyó: “Hoy en día puede ocurrir que cuando bajan los niveles aumenta un poco la turbiedad del agua y hay algún problema mayor para potabilizar el agua, la salinidad del agua”.