En 1987 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el Counseling como el método más apropiado de ayuda, de apoyo y de prevención de crisis.
El Counseling se afianza y buscan crear un colegio profesional
El counselor acompaña en momentos importantes
Creada a principios del siglo pasado por Carl Rogers, psicoanalista humanista estadounidense, esta disciplina se expandió a nivel mundial y llegó a la Argentina en la década del 80, de la mano de Manuel Francisco Artiles.
En Paraná se estudia de manera profesional hace 10 años. Ya hay alrededor de 100 egresados con el título de técnico superior en Orientación del Desarrollo Personal-Counseling, además de los recibidos en otras localidades, como Gualeguaychú, Colón y Concordia; y desde la Asociación Regional de Counseling Argentina (ARCA) están impulsando la creación de un colegio profesional que los nuclee y regule la actividad.
Marcela Martínez, presidenta de ARCA, contó a UNO: “Es una profesión relativamente nueva en la Argentina, pero se ejerce en el resto del mundo desde hace más de 50 años”. Y aclaró: “En ocasiones hay quienes se refieren al counseling como una práctica incipiente, sin sustento científico y carente de aval por parte de alguna institución. Pero en nuestro país el counseling fue introducido como carrera y profesión en 1986. En 1992 el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación aprobó por Resolución Ministerial N° 998/92 con carácter experimental los planes de estudio de la carrera de Consultor Psicológico (Counselor) y fue aprobada definitivamente por resolución de la Secretaría de Educación N° 212/98”.
Con respecto a la incumbencia profesional, explicó: “En la resolución inicial, los títulos de Consultor Psicológico (Counselor), y Consultor Psicológico con alguna especialización, habilitan para establecer relaciones de ayuda psicológicas interventivas y preventivas, en las que el consultor, sirviéndose de la comunicación lingüística y sobre la base de recursos provenientes de la Psicología Humanística, intenta en un lapso relativamente corto, promover en una persona o grupos normales, desorientados, sobrecargados, confundidos o en crisis, procesos de aprendizaje de autoayuda, su capacidad de autodirección, su competencia operativa y el desarrollo de sus potencialidades”.
Asimismo, acotó: “Literalmente traducido del inglés, el término en español más cercano a counselor sería consejero. Sin embargo, resulta más adecuado hablar de consultor. En particular, en Argentina el título profesional se denomina consultor psicológico. Otros términos que pueden aplicarse al consultor psicológico son orientador o facilitador”.
Según mencionó, es una tarea se puede realizar en forma independiente o en relación de dependencia, y de manera individual o con grupos. Otorga puntaje docente y muchos de los que eligen esta tecnicatura ya tienen alguna profesión y buscan complementar su formación con las herramientas que brinda.
A su vez, destacó la posibilidad de desempeñarse a través de un trabajo interdisciplinario, y manifestó: “Creo que hay espacio para todos en la ayuda a personas, en un tiempo tan complejo y caótico, en el que la competencia desmedida, el vacío existencial y de valores sociales en la vida cotidiana, requieren urgente de la complementariedad de distintas miradas y formas de abordar las situaciones, las dificultades o problemas y por sobre todo de una mirada y acción preventiva. Diversas formas de encuentro y colaboración deberían surgir de las necesidades de los seres humanos que buscan ayuda para lograr un pleno y sano desarrollo personal”.
En este marco, reflexionó: “Me parece sano y además un derecho que sea el consultante o cliente quien tome la decisión libremente sobre a quién consultar, siempre y cuando no exista una patología o enfermedad mental de base, para lo cual el counselor está obligado a derivar y capacitado para reconocer la necesidad de dicha derivación durante un proceso de Counseling”.
Por otra parte, refirió a las formas de trabajo que propone el Counseling: “Carl Rogers, desde la experiencia, construye un enfoque revolucionario en orientación, en el cual establece la ´no directividad´ como actitud fundamental y una concepción de la naturaleza humana muy diferente. Introdujo dos conceptos fundamentales que generaron mucha polémica en su época: uno se basa en la plena confianza en la persona del cliente, como el experto en solucionar sus propios problemas; y por lo tanto, no es un elemento pasivo sino activo. Y otro es el cambio del facilitador a una posición de horizontalidad con respecto al cliente, evitando colocarse como figura de autoridad”.
Colegio profesional
Con respecto al proyecto de crear un Colegio que regule la actividad en la provincia, Martínez comentó: “En nuestro Instituto ya hay alrededor de 100 egresados. Es una profesión con plena autonomía y caracterizada por su propio cuerpo de conocimiento y sabiduría, su código de ética y su asociación profesional. Tenemos competencia legal a nivel provincial y estamos trabajando para contar con la Colegiatura. Ya hemos presentado un proyecto de ley y estamos pidiendo audiencias para poder avanzar con esta iniciativa y concretar este proyecto”.
Mientras tanto ARCA, la asociación con Personería Jurídica Nº 105/2014, Matrícula 4196, es la que nuclea a los counselors y brega por su ejercicio profesional. “Nuestra Asociación nació en 2014 con el objetivo de nuclear a los profesionales counselors y velar por el ejercicio de la profesión, en el marco de un Código de Ética Profesional”, dijo Martínez, y aclaró: “Muchas personas pueden tener una comprensión limitada o errónea de lo que es el Counseling y de lo que los counselors o consultores psicológicos pueden y no pueden hacer en términos de práctica. Con respecto a este tema, el counseling es una práctica que en Argentina se encuentra en el terreno de la educación. Como profesionales de la ayuda, los counselors hacemos foco en la prevención, practicando y fomentando la psicoeducación, y acompañando a las personas en las crisis vitales esperables de tener en la vida. Es una disciplina que no actúa en campos donde ya existen otras profesiones que dispensan su atención a personas ´enfermas´, por lo tanto, los counselors no brindamos terapia; nos formamos para ofrecer un espacio de escucha donde acompañamos el proceso de desarrollo personal y crecimiento de nuestros consultantes”.
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También remarcó que el counseling es una tecnicatura de tres años y medio y no es un curso de corta duración, alertando sobre ofertas de formación sin aval de ARCA. “Los profesionales que nuclea la Asociación Regional de Counseling Argentina realizan la Jura del Código de Ética, un gesto claro de la responsabilidad con la que se asume esta profesión”, subrayó, y concluyó: “Si se constatara que alguna persona en nuestra provincia, haciendo un curso de pocos meses, ostente presentarse o ejercer como counselor, técnico superior en Counseling o en Orientación del Desarrollo Personal, ARCA denunciará y accionará de manera pertinente, a los efectos de evitar que se menoscabe, menosprecie y desprestigie a la comunidad de profesionales counselors; así como también cuidar y proteger a la sociedad entera para y por la cual trabajamos”.