A lo largo de casi tres décadas, Hernán Rondán Grasso, reconocido y querido maestro rural y músico entrerriano, lleva entregadas más de 500 banderas a escuelas de campo de la provincia. Las lleva a caballo, y en medio de los festejos que suelen organizarse en torno a su llegada, comparte sus chamarritas con los alumnos, docentes, padres y vecinos que se acercan para disfrutar de su visita.
Día de la Bandera: la escuela rural N° 48 de Colonia Crespo se vestirá de celeste y blanco
Tendrán cinco banderas nuevas que les llevará a caballo Hernán Rondán Grasso, maestro y músico que hace 29 años cumple esta misión solidaria.
Por Vanesa Erbes
Este jueves 20 de junio, cuando se conmemora el Día de la Bandera, partirá alrededor de las 8 desde Colonia Celina y recorrerá la Ruta 12 hasta el Kilómetro 470, a poca distancia de Villa Urquiza, donde se sitúa Colonia Crespo. Estima que le demandará un par de horas completar todo el trayecto, y al arribar donará cinco banderas a la escuela rural N° 48 Ricardo Güiraldes.
Hace un par de semanas atrás, Rondán Grasso sufrió un robo en su Centro Tradicionalista “El Estribo”, en la zona de Sauce Montrull, que lo entristeció mucho, ya que además del daño material, muchos de los elementos sustraídos tienen un gran valor sentimental, y entre ellos había accesorios para los caballos. “Se llevaron tres juegos de cabezada, rienda, pretal. Cada uno de ellos tenía su historia de algunos viajes”, contó a UNO en esa oportunidad. Sin embargo, este mal trago no aplacó sus ganas de ser solidario con los establecimientos educativos rurales, llevando el emblema patrio, y con cosas prestadas ensillará a su animal para ir al trote a destino.
“Tengo empeñada la palabra, así que voy a cumplir con la gente a la que le había dicho que iba a llevar banderas para este 20 de junio”, remarcó, dejando en claro sus valores, y añadió: “Me prestan los elementos para el caballo. Es más o menos una hora lo que va a demandar llegar desde Colonia Celina, que es de donde vamos a salir. Se va a ir sumando gente en el camino, algunos en vehículo y otros también a caballo, y llegaremos a la escuela N° 48, donde va a ser el acto, al lado de una placita. Todos los protocolos de esta fecha se van a llevar a cabo: van a hacer la promesa a la bandera los chicos de 4° grado de las escuelas de la zona que están también invitadas para participar. Y durante la tarde, hasta las 17 aproximadamente, va a haber un evento folclórico”.
Mision cumplida llevando la bandera
En su muro de Facebook publicó que esta sería la última entrega de banderas llegando a caballo, luego de 29 años, y al respecto, aclaró: “Las primeras veces dije que iban a ser 100 banderas, después 200, y ya llegué a las 500 banderas entregadas, con una fiesta extraordinaria en Villa Urquiza, con un marco de gente muy buena, jinetes que vinieron de diferentes puntos de la provincia. Pero esto que mencioné ahora es porque ya a caballo se hace muy difícil, por varios motivos. Primero, las preparaciones y toda una logística que hay que hacer previamente; después, muchas veces hay peligros en la ruta, porque andan bastante rápido los vehículos; y ya nos ha pasado que se nos han asustado los caballos, y lo primordial es evitar también algún accidente. Ya la misión está cumplida, y si por ahí necesita alguna institución una bandera, llegaré en vehículo y con el mensaje en la canción, como siempre”.
A su vez, recordó que el viaje más largo que hizo para llevar la insignia patria fue desde Oro Verde a Concepción del Uruguay, junto a un grupo, y les llevó seis días.
Gran trayectoria en tres décadas
Con las cinco banderas que entregará mañana, llegará a las 510. Muchos chicos que después de que Hernán visitara sus escuelas las vieron flamear nuevas, reemplazando a otras que ya habían cumplido su ciclo, hoy son adolescentes o adultos. Numerosos cambios hubo en el devenir de estos años y sobre este punto, rememoró: “En general, ha cambiado la vida del ser humano. Hoy, por ejemplo, ya todas las escuelas rurales tienen su wifi, tienen energía eléctrica. Por supuesto hoy la movilidad es otra y los chicos ya casi no van a caballo, sino en bicicleta o en moto. La mayoría tiene sus teléfonos celulares, entonces pueden trabajar mejor; tienen la facilidad de la tecnología y de medios de movilidad. En raras ocasiones uno llega a ver alguna escuelita perdida en el monte que por ahí carece de todo esto”.
Entre las cosas que no cambian sustancialmente en la idiosincrasia de quienes participan de la vida activa de las escuelas de campo, se incluyen el compromiso de los docentes, la esencia de los chicos que estudian allí, y el acompañamiento de sus familias. “Sin dudas que la familia está permanentemente presente. Se manejan también otros valores, los chicos de campo tienen quizás más inocencia y, por supuesto, el respaldo de la familia. Y bueno, lógicamente los docentes rurales tienen esa vocación y el compromiso de llevar a cabo y adelante su profesión”, observó Rondán Grasso.
Legado imborrable
Por último, destacó: “Tengo muchos recuerdos de las visitas a caballo a las escuelas rurales para llevarles banderas. Son riquezas muy grandes para el corazón, para el espíritu. Recuerdo las caritas de alegría de algunos gurises, o sus bracitos cuando recibían la bandera. No hace mucho tiempo una nena de 1° grado tocaba el sol y decía emocionada ´es bien amarillo´. Esas frases, palabras o miradas, quedan grabadas para siempre. Y al transitar el tiempo, algunos gurises, ya hoy adolescentes o personas grandes, me saludan y me recuerdan que anduve por la escuela donde ellos estudiaron”.