Tras siete años de cursado, Desireé Morkel egresó de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez, como técnica mecánica electricista. Fue la única mujer en un grupo de 15 estudiantes. En diálogo con UNO contó su historia, habló de su elección educativa, de sus tiempos divididos entre el deporte y el estudio, su desempeño como árbitro y planillera de vóley, el trabajo en la empresa familiar, su salud y el futuro próximo, cuando inicie en Santa Fe la carrera de Diseño Industrial.
Desireé Morkel: de luchar contra un síndrome a recibirse como mecánica electricista
En una promoción de 15 alumnos, Desireé Morkel fue la única mujer egresada de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez
Por Valeria Girard
En una promoción de 15 alumnos, Desireé Morkel fue la única mujer egresada de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez
En una promoción de 15 alumnos, Desireé Morkel fue la única mujer egresada de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez
En una promoción de 15 alumnos, Desireé Morkel fue la única mujer egresada de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez
En una promoción de 15 alumnos, Desireé Morkel fue la única mujer egresada de la escuela de educación técnica N° 114 Justo José de Urquiza, de General Ramírez
En su familia, Desirée es la hermana del medio. Su hermana mayor vive actualmente en Santa Fe y su hermano en General Ramírez. En la familia siempre eligieron la escuela técnica. "A veces se piensa que las escuelas técnicas no dejan espacio a los estudiantes de realizar otras actividades por la carga horaria, pero no es así", opina.
Presencia femenina
También habló del creciente interés de las mujeres por este tipo de instituciones educativas que, por los talleres y orientaciones, eran habitadas casi por completo por hombres. En su caso, si bien hasta tercer año tuvo compañeras, de ahí en adelante se convirtió en la única del curso. "Con el tiempo se experimentaron cambios significativos. Aunque antes tal vez se consideraba mal visto que una mujer eligiera este camino. Hoy, sobre todo desde la institución, se apoya la presencia femenina, abriendo el camino de la educación técnica a las mujeres. De hecho, están ingresando muchas más chicas. Los docentes valoran mucho nuestra participación y señalan que somos un poco más delicadas a la hora de trabajar, a la hora de los detalles, que es lo que se busca hoy en día", relató la entrevistada.
Compañerismo
Su relación con sus pares fue de igual a igual, con mucho respeto y compañerismo. Con la mayoría de sus compañeros se conoce desde el jardín de infantes. Pero hubo un momento que marcó particularmente su vida: "Tuve un momento de mi vida en que estuve enferma, padecí el Síndrome de Wolff-Parkinson-White (el WPW es una condición cardíaca congénita donde existe una vía eléctrica extra (accesoria) en el corazón, causando que los impulsos salten el nódulo AV normal y provoquen episodios de latidos muy rápidos), muy conocida como muerte súbita de deportistas. Quienes estuvieron ahí, llevándome y trayéndome de la escuela a mi casa fueron mis compañeros de curso. Me practicaron una cirugía y ellos antes y después de la operación continuaban llevándome y trayéndome para que no perdiese clases. Para ellos siempre fui una más, pero esos momentos siempre me trataron como una dama", relató con emoción.
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Independencia, diseño y multitareas
Desirée puso énfasis en que la decisión de estudiar en la escuela técnica se centró en la idea de formarse como mujer y alcanzar una mayor independencia. "El conocimiento técnico te prepara para trabajar y te permite no depender de terceros para arreglar cosas en tu casa", sostuvo. Su formación incluyó diversos talleres tales como metalurgia, electricidad, electrónica y también carpintería.
A pesar de la pesada carga horaria de la escuela técnica, Desireé demostró ser una alumna multidisciplinaria. Además de su título técnico, es árbitra y planillera de vóley a nivel local. También realizó un curso de programación y de ventas. "Tuve el orgullo de diseñar la marca y el logo del Centro Comercial, Industrial, Agropecuario y de Servicios de General Ramírez", contó. También participó en el Senado Juvenil, proponiendo diversos proyectos para la localidad que hoy día están realizados.
Legado familiar y el futuro en Santa Fe
La vocación por la técnica es una tradición familiar. Su hermana también egresó de la misma escuela, siendo una de las tres mujeres de su curso en aquel momento. Incluso, hoy vive sola y arregla cosas a sus compañeros. Su hermano menor sigue sus pasos, cursando actualmente cuarto año en la escuela técnica.
La familia Morkel, compuesta por cinco miembros, se apoya en su emprendimiento familiar llamado TiDeBa, en el cual colabora todos los integrantes, incluso su papá cuando está fuera de su horario laboral.
Tras cerrar esta etapa con "satisfacción y orgullo", Desireé se prepara para un "cambio brusco": se mudará a Santa Fe en enero para comenzar los trámites de ingreso a la carrera de Diseño Industrial. Consideró que esta carrera es "que tendrá muchas cuestiones similares" y le servirá como una extensión de lo que ya le brindó la escuela de General Ramírez.
La historia de Desireé, junto con otras chicas y chicos que salieron de la escuela técnica y que hoy día siguen estudiando y formándose, demuestra el valor duradero de la educación técnica.

















