Juzgarán a expolicía federal por delitos de lesa humanidad
El gobierno de Entre Ríos, a través del Registro Único de la Verdad, fue aceptado como amicus curiae en la causa que investiga la presunta responsabilidad del expolicía federal Emilio Romero por el encubrimiento de la desaparición de Victorio José Ramón Coco Erbetta, a los fines de colaborar en la búsqueda de la verdad y al juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad que allí se tratan.
El 16 de junio se dará comienzo al juicio con una audiencia preliminar. El hecho que se investiga ahora parcialmente ya fue investigado en la causa conocida como Área Paraná, de donde se derivó esta nueva causa. En su momento fue condenado el expolicía federal Cosme Ignacio Demonte por el caso de Erbetta.
A Emilio Romero, quien fuera Inspector de Policía Federal Argentina, destinado en la Delegación Paraná, se le imputa el encubrimiento del homicidio del militante paranaense. Para eso, el 24 de agosto de 1976 montó un simulacro de fuga en el que fueron sacados del Centro Clandestino de Detención y Tortura del Escuadrón de Comunicaciones, tres presos políticos con el propósito de ocultar las verdaderas causas y circunstancias de su muerte. Estos hechos ocurrieron en el marco del plan sistemático de represión ilegal que se desató en la Argentina durante la última dictadura cívico-militar.
La figura de amicus curiae permite que sujetos que en principio sean ajenos al proceso judicial en trámite -aún en etapa investigativa- pero que posean un interés legítimo en la cuestión que se investiga o juzga, puedan expresar sus opiniones al respecto con el fin de brindar aportes trascendentes para la dilucidación del caso, informó el Registro Único de la Verdad, que ya se intervino bajo la misma figura en ocasión de la causa conocida como Céparo II tramitada en 2019 con sentencia en diciembre del mismo año.
Los hechos
El 23 de agosto de 1976, durante la última dictadura, Erbetta fue retirado del calabozo donde lo alojaban. Varias personas con uniformes militares lo llevaban encapuchado. Cuando preguntó adónde lo trasladaban, le respondieron con insultos y golpes. Fue la última vez que lo vieron con vida.
Después de eso se llevó a cabo un simulacro de fuga de Erbetta -hecho por el que se imputa hoy a Emilio Romero- en un episodio en el que hicieron participar a otras personas que también estaban secuestradas en los cuarteles, utilizándolas así como testigos.
El 24 de agosto, cerca de las 21, tres detenidos fueron sacados de los calabozos con los ojos vendados y las manos atadas. Luis Alberto D’Elía e Hipólito Luis Muñoz fueron subidos en un furgón, mientras que a Julia Leones la obligaron a subir a lo que cree era un Ford Falcon, junto a otra persona cuya identidad nunca supo. A los pocos minutos de dar vueltas, esa persona cayó del vehículo: “Se escapa, se escapa “, les escuchó decir a sus verdugos, mientras disparaban sus armas.
Erbetta fue declarado prófugo a partir del 24 de agosto de 1976. Así consta en un informe de la Policía Federal firmado por el jefe de la delegación, José Faustino Fernández. Su familia, sin embargo, nunca recibió una comunicación oficial. Victorio José Ramón Erbetta continúa desaparecido.