La brutal agresión a los chicos del club Deportivo Strobel el sábado en cancha de Patronato sigue dejando cosas para analizar.
Mi declaración jurada
Por Edgardo Comar
En un primer momento pensé que algo podía cambiar, ya que los dirigentes del club mostraron su "entera disposición para contribuir al esclarecimiento de los hechos". Ante tamaña manifestación expresada a los medios se esperaba con mucha expectativa su declaración ante el fiscal Ignacio Aramberry. Y a decir verdad, no dejaron títere con cabeza. ¡Aleluya; se terminan los barras en el Grella! Equivocado querido lector. En las sucesivas reuniones mantenidas luego de los incidentes los directivos decidieron elaborar un discurso unísono, destinado a patear la pelota para afuera, encubrir a los vándalos y minimizar las sospechas de una supuesta convivencia entre algunos directivos con los inadaptados.
Vaya a saber qué los llevó a expresar ante las autoridades y también los medios que no saben cómo llegan las entradas a los violentos. Vaya a saber qué se les cruzó por la cabeza al elaborar la hipótesis de que puede ser que ingresan a la cancha con las entradas de protocolo que le ceden a empresarios, diarios, radios y programas de TV.
Con el fin de salvaguardar mi buen nombre y honor paso a detallar a quien cedí cinco entradas para que pudieran disfrutar del partido entre Patronato y Unión por la 10ª fecha de la Súperliga.
Las entradas (2) que gentilmente me cedió el Departamento de Prensa el club para el programa El Expreso de la Mañana que se emite diariamente por FM San Agustín fueron destinadas a Claudio Gómez (cuentapropista de 47 años) y su esposa Graciela (ama de casa, por una cuestión de cortesía a las mujeres no se les pregunta la edad). En tanto los boletos (3) correspondientes al programa televisivo Fútbol 11 que se emite los martes por Canal 11 fueron destinadas a Gustavo Paz (mecánico de motos de aproximadamente 50 años); David Díaz (empleado de comercio, veinteañero) y Alejandro Varela (51 años, trabajador del municipio).
Me quedaron dos sin entregar porque quienes las gestionaron tuvieron un imprevisto de último momento y no encontré reemplazantes que quisieran ir a ver gratis el encuentro entre el Santo y el Tatengue. Más allá de que acepto los conceptos de los miembros de la comisión ante Aramberry, no los comparto para nada. No pongo las manos en el fuego por nadie, pero no veo a miembros de prensa favoreciendo el ingreso de personajes agresivos a las tribunas. Después de los dichos de los directivos Rojinegros no estoy sorprendido, sí decepcionado.
Sus manifestaciones de querer erradicar la violencia de su casa suenan más que nunca a palabras vacías. Se ve que se rigen por el lema: "Dejar hacer, dejar pasar" o la más reciente perteneciente a Julio Grondona: "Todo Pasa". ¿Qué motivos los llevan a actuar así? ¿Son rehenes? ¿Pretenden encubrir a alguno de sus pares? No lo sé; casi ni me interesa. De lo que estoy seguro es que ayer los violentos celebraron un triunfo más y que tarde o temprano volverán a escena.