Los comportamientos humanos son muchas veces contradictorios y llenos de ambivalencias y que se alejan de una postura que es cada vez menos vista entre la dirigencia política: la coherencia. Los políticos en Argentina, salvo honrosas excepciones, tienen el pecado de no unir lo que dicen con lo que hacen. Tienen una doble moral.
La doble moral de nuestros líderes políticos
Hay numerosos ejemplos de severas contradicciones, como las del expresidente Mauricio Macri, que le interesaba favorecer a los sectores productivos, empresariales, pero empezando por sus amigos y familiares.
Otro que tuvo importantes tropiezos con sus dichos y las dificultades para mantenerlos fue el expresidente Alberto Fernández, que levantó el ‘dedito’ acusador y dispuso un decreto con restricciones y prohibiciones por la pandemia de Covid, pero que fue el primero en violarla con el festejo VIP en la propia Quinta de Olivos.
Obvio que Fernández tuvo otros desafortunados sucesos que le costaron caro en las últimas elecciones.
Lo que para algunos no fue llamativo, pero que permitió mostrarla de cuerpo entero, fue lo que ocurrió con la difusión de la noticia que daba cuenta que la exvicepresidenta Cristina Fernández Kirchner informó en su declaración jurada haber comprado acciones de 11 empresas e índices extranjeros por un total de 159.169 dólares, que equivale a unos 135.293.000 de pesos. Dentro de esas empresas figuran: Coca Cola, el índice Nasdaq de las tecnológicas de Estados Unidos, Microsoft, Apple, Visa, Vista Energy, Berkshire Hathaway, Donat Investments (empresa india), Bioceres Crop Solutions Corp y Mercado Libre.
Las únicas argentinas son las últimas dos: una de ellas se dedica al agro y la otra, hace años que es centro de críticas de parte de varios dirigentes del kirchnerismo. Es decir, que en algunos casos, apostó a una empresa petrolera, que no fue YPF. Raro.
El momento en el que Cristina Kirchner realizó la compra de las acciones fue en octubre pasado, mes de las elecciones generales en las que Sergio Massa, el candidato de su espacio salió triunfador, Javier Milei segundo y Patricia Bullrich tercera.
A lo largo de su carrera política, Cristina cimentó su “aparente” coherencia, justamente criticando el libre mercado, a las empresas multinacionales y en especial a las nacionales que operan con el solo fin de enfrentar al modelo progresista que ella encabezaba.
Lo que no se entiende, y aún no fue informado por Kirchner, es cómo aportó dólares a las empresas enemigas del “pueblo”, tal como gritaban en los palcos los principales referentes K.
Años de críticas a los Galperín, a los fondos buitres, con declaraciones y hasta denuncias judiciales, que derivan en que la dirigente política de Santa Cruz y que vive en el barrio más caro de Buenos Aires, hablara de la pobreza que generaban los movimientos económicos y financieros de los traidores que intentaban por todos los medios, voltear al gobierno popular.
La doble moral, vieja práctica de los políticos, quedó al descubierto, al menos en el caso de Cristina Kirchner, mostrándola tal cual es, una insaciable persona al obtener plata y más plata. De allí, en que no se le cayeran los anillos para reclamar el cobro -permitido por la ley-, de las pensiones por haber sido Presidenta, como el beneficio de su esposo fallecido, también exPresidente. En definitiva, se lleva todos los meses cerca de 10 millones de pesos, lo que sumado a sus “ahorros” de toda la vida y las inversiones legales, le dan un gran rendimiento de divisas en dólares que le permiten apoyar a las empresas enemigas.
Como a otros dirigentes que escriben con la izquierda y la juntan con la derecha, finamente el dato mata el relato. El castillo de naipes construido en base a la supuesta honestidad, cayó.
Capítulo aparte, si se habla de las causa judiciales, donde ya cuenta con una condena por hechos de corrupción, restando el resultado de al menos dos juicios más.
Habrá que entender que los enemigos del pueblo, pueden llegar a ser algunos empresarios inescrupulosos, corruptos y vende patrias, pero muchos de estos despreciables personajes, solo podrán ejecutar sus leoninos negocios a través del Estado y sus funcionarios.
La economía cerrada como en Venezuela, Irán o Cuba, va en dirección contraria al mundo. La Argentina va y viene con los modelos, pero lo que sucede es que muchos de los fracasos es a causa de las decisiones que toman nuestros políticos incoherentes.