Hay sectores particularmente afectados y tampoco es novedad que al tope de esa lista, estén las mujeres. En particular las mujeres jóvenes. Según el informe las mujeres presentan una desocupación del 10,2%, frente al 8,2% de los varones, pero el panorama se agrava para las mujeres jóvenes de hasta 29 años, donde el índice se duplica ascendiendo al 21,4%. Si bien las cifras publicadas por el organismo nacional también dan cuenta de un alto nivel de desempleo entre los varones jóvenes (15,4%), el dato desagregado de la falta de trabajo entre las mujeres jóvenes es significativo y obliga a analizar sus causas. Durante los últimos tres años, nuestro país perdió 13 posiciones en el ránking internacional de igualdad de género en el ámbito laboral del Foro Económico Mundial, esto muestra que, en medio de la "cuarta ola" de feminismo todavía falta mucho por hacer y que el camino hacia la igualdad es mucho más lento de lo que pensábamos.
El desempleo tiene cara de mujer
Por Paula Eder
24 de marzo 2019 · 09:20hs
Esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer las cifras de desocupación correspondientes al último trimestre de 2018. En un contexto de ajuste y recesión, el informe no hace más que confirmar lo que ya se sospechaba: en Argentina la desocupación crece a un ritmo preocupante, y la misma tendencia muestran los indicadores de subocupación, el empleo en negro y, en particular, se nota un aumento considerable en la población "demandante de empleo", que es el número que se obtiene de la suma de los desocupados más esos trabajadores a quienes el sueldo no les alcanza y se ven obligados a buscar otro trabajo.
La evidente falta de políticas efectivas para revertir estas cifras hace encender todas las alarmas. Hasta 2017, alrededor del 60% del total de los solicitantes del plan Progresar fueron mujeres. Las becas fueron congeladas en 2018, pese a una inflación que ese año cerró cercana al 47%. Algo similar ocurrió con la moratoria jubilatoria, de la cual se dedujo que la situación del trabajo en negro afectaba especialmente a las mujeres, al revelar las cifras de que casi el 70% de los que tramitaron este beneficio, fueron mujeres. Tanto fue así que la ley previsional fue rebautizada como la "jubilación de amas de casa". Más precarización laboral, una brecha salarial respecto de los hombres que tarda en achicarse, escasas oportunidades para acceder a puestos directivos y la falta de reconocimiento de la doble tarea que realizan en el trabajo y en la casa, son solo algunos de los factores que afectan a las mujeres. En el segundo trimestre de 2018 el Indec calculaba que el 58% de las mujeres ocupadas carecía de aportes jubilatorios, obra social, vacaciones pagas, aguinaldo, días por enfermedad y continuidad laboral; a este sesgo de género en la situación de las mujeres trabajadoras, lo llamamos Feminización de la pobreza. "Es una de las aristas de las desigualdades de género que conlleva la falta de autonomía económica de las mujeres. Un tipo de violencia que, en épocas de crisis económica como la que hoy atravesamos, golpea fuertemente a las mujeres de los sectores económicos más vulnerados", expresa Raquel Vivanco, referente de los movimientos feministas y presidenta del Observatorio de la Violencia contra las Mujeres de la ONG Mumala.
Sobre las cifras que se conocieron el jueves, en una entrevista radial la periodista Luciana Peker hizo referencia al "disciplinamiento" que supone alcanzar las dos cifras de desocupación "el miedo latente al desempleo produce que te quedes en laburos que no te quieras quedar, que soportes violencias, acoso, desigualdades y maltratos", explicó, y hace pensar en lo circular de la violencia y lo difícil que resulta escapar de ese espiral. La ausencia de políticas con perspectivas de género, y con el recorte de las pocas que se encontraban vigentes, hacen difícil tener una mirada optimista hacia el futuro. Esta vez son datos duros los que vienen a confirmar que, pese a las resistencias y los cuestionamientos de quienes no quieren dejar sus privilegios, todo lo que está mal en una sociedad siempre muestra su costado más cruel con las niñas y las mujeres.