Lorena Petersen vive en el sector 3 del barrio 200 Viviendas de Colonia Avellaneda, la más pequeña de sus tres hijos tiene dos años y padece una encelopatía denominada Síndrome de West o síndrome de los espasmos infantiles, por el cual sufre convulsiones. Una de las medidas máximas de prevención para que la beba tenga una buena calidad de vida es que se eviten infecciones que le generen fiebre.
En Colonia Avellaneda el agua es oscura y con olor a podrido
Hace cinco años la familia logró el sueño de la casa propia y llegó a Colonia Avellaneda, frente al depósito general del supermercado Día. En todo ese tiempo, nunca pudieron tomar agua de la canilla, como tantos otros vecinos pero hace tres días el agua ya directamente tiene color barro. En momentos en que se recalca la necesidad de prevenir el coronavirus con el lavado frecuente de manos, una vez más Colonia Avellaneda evidencia las carencias con la imposibilidad de consumir el vital elemento.
“Es prioritario que mi hija supere esta etapa, me indicaron que es fundamental que no tenga fiebre. ¿Cómo hace una mamá con una criatura con ese síndrome para ayudarla a tener una buena calidad de vida?, dijo a UNO.
El agua potable fue una de las promesas del actual intendente de Colonia Avellaneda, Ariel Weiss. “Se hicieron cosas no tan urgentes, aunque significan un beneficio para el pueblo, como la reactivación del predio del Prado Español, pero el agua, que nos pone directamente en situación de emergencia, no tiene ninguna solución”, manifestó la vecina.
También contó que comprar los bidones de agua en la zona es carísimo. “Los comerciantes se aprovechan de la situación. Así que nosotros directamente recolectamos 8 bidones y durante la semana nos vamos hasta Paraná, y los cargamos. Esa es el agua que consumimos”, contó.
Admitió además que: “Cada mañana para poder lavarnos los dientes debemos dejar correr el agua al menos unos 15 minutos, porque sale olor a huevo podrido. Entre las medidas indispensables para prevenir el contagio de dengue y coronavirus está el lavado de manos. Nosotros no podemos consumir el agua. Bañar a mis hijos con líquido que es casi barro con olor es exponerlos a una enfermedad”, lamentó agobiada por la situación.
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