La presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a expresar el martes la necesidad de que egresen más ingenieros en el país. Lo hizo al encabezar un acto en el predio de Tecnópolis, donde presentó un programa de becas del Ministerio de Educación destinado a incrementar el número de egresados de las carreras de ingeniería.
El plan por más ingenieros reúne consenso pero requiere incentivos
En este marco, la provincia se destaca porque promueve gran cantidad de recursos humanos. En Paraná, la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) cuenta con tres ofertas en ingenierías: Civil, Electrónica y Electromecánica. La matrícula entre las tres carreras asciende a alrededor de 700 estudiantes, de los cuales por año egresan entre 30 y 40 profesionales. A esto se suman las opciones de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
“Todas las ingenierías tienen una gran inserción laboral. Incluso Electrónica, que no tiene gran cabida en Paraná, encuentra una demanda importante en otras provincias, tales como Buenos Aires o Santa Fe, y también en el exterior”, contó a UNO el ingeniero Rodrigo Fandiño, secretario de Extensión Universitaria de la UTN.
Fandiño opinó que la producción y las industrias han crecido y se requieren mas profesionales, incluso se nota un incremento en la salida laboral. “Las empresas que buscan mano de obra calificada piden más profesionales o alumnos avanzados en el Área de Graduados de la facultad”, aseguró.
Recibirse requiere, como mínimo, seis años. “A muchos les lleva un poco más; los alumnos que trabajan pueden extenderse a lo mejor dos años”, acotó.
Por su parte, el secretario del Colegio de Ingenieros Especializados de Entre Ríos, que concentra a varias ramas dentro de los profesionales, el bioingeniero Fernando Molina indicó que en la entidad “hay cerca de 550 matriculados, pero puede llegar a haber otros 500 con título que no están inscriptos acá, aunque sea obligatorio para ejercer”.
Molina señaló que la inserción laboral de alguna carrera afín “depende mucho de la capacidad de producción y su desarrollo. En este momento existe demanda en algunas áreas más que en otras. Esto influye al momento de elegir si se estudia o no determinada carrera”.
A modo de ejemplo, se refirió a la Bioingeniería como “una carrera en la que cayó la matrícula, ya que insume mucho tiempo de cursado, gran dedicación, y la inserción laboral es dificultosa. Lo mismo ocurre con la Ingeniería en Alimentos, que se estudia en la costa del Uruguay”.
“Formar profesionales en estas áreas no es algo sencillo. El cursado lleva varios años, después hay un período de especialización que alarga los tiempos. Por eso debe haber un incentivo para que se incremente la cantidad de profesionales y de jóvenes que elijan estas carreras”, enfatizó, a la vez que aseveró: “Necesitaríamos un proceso largo de desarrollo en la producción para que en 20 años se pueda contar con una mayor cantidad de ingenieros”.
En el caso del Colegio de Ingenieros Civiles, nuclea a 620 matriculados de diferentes especialidades y solo el 15% son mujeres. Su secretaria Técnica Legal, la ingeniera Edit Rougier, comentó que “en este momento hay una gran demanda de profesionales de la Ingeniería Civil. Y por esto es que se debe propiciar que los jóvenes sigan estudiando. Se trata de carreras largas y duras, y a veces no están tan bien remuneradas si se las compara con otras profesiones”.
En cuanto a los ingenieros agrónomos, que también forman parte de la mano de obra que se genera en la región, existen en promedio 900 profesionales que cubren distintas áreas de trabajo, relacionadas al sector productivo, a la educación, la alimentación, la industria, a políticas mediambientales, entre otras facetas. Héctor Tórtul, el presidente del Colegio que los aglomera, comentó a UNO que “las incumbencias laborales son amplias y existe una formación integral”.
“Con respecto a la remuneración, no resulta un incentivo, ya que a lo mejor hay técnicos que ganan trabajando lo mismo que un ingeniero que estudió una carrera de seis años; por lo menos esto ocurre en la fase inicial de sus carreras”.
Por último, el profesional manifestó que la década del 90 se caracterizó por “la gran desocupación que hubo en el sector y esto repercutió en la elección por esta profesión, pero esta situación repuntó entre el 2003 y el 2007. Ahora es constante el número de personas que se inscriben”.
“Hoy ingresan cerca de 150 alumnos por año y egresan alrededor de 35”, mencionó.
En este sentido, la mayoría de los consultados coincidió que en la década del 90 se registró un alto porcentaje de desocupación en el ámbito de las ingenierías. “Hoy por suerte esto se revirtió, pero en esa época hubo un gran desguace de las escuelas técnicas, que son la antesala de la elección de estas profesiones”, expresó Fernando Molina.
Con la intención de propiciar una sustitución de importaciones en la actualidad se abre una pauta para proyectar un incremento en la inserción laboral de los profesionales especializados. “De todas maneras hay que esperar, porque lo que suele ocurrir es que hay un lapso de tiempo en que se generan problemas a raíz de la faltante de productos y la gente se queja, pero por otro lado se abren nichos interesantes que cubren localmente la demanda de la actividad industrial”, afirmó por último el bioingeniero.
Cada sector de la ingeniería tiene distintas demandas
Con el auge de la construcción, la ingeniería Civil es una de las que más salida laboral tiene en la actualidad.
Los bioingenieros aseguran que sus áreas de incumbencia son muy específicos y esto dificulta la inserción laboral.
En Paraná hay poca demanda de ingenieros electrónicos, pero en otras provincias son muy requeridos.
En la provincia hay unos 6.000 médicos
En el marco de su discurso, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló: “En el siglo XX, los inmigrantes soñaban con ‘mi hijo el doctor’, que era una suerte de ascenso y movilidad social. Todos queríamos llegar al título de doctor para sentirnos reconocidos. El siglo XXI tiene que ser el de ‘mi hijo el ingeniero’. Necesitamos muchos ingenieros en muchas ramas para esta Argentina que estamos reindustrializando”.
Si se hace un cálculo de la cantidad de ingenieros de todas las especializaciones que hay en la provincia, se accede a que suman cerca de 2.000 profesionales. Si se lo compara con la cantidad de médicos, la cifra es bastante inferior: desde la Secretaría de Salud informaron que son cerca de 6.000 incluyendo a todas lasa especialidades.
En el caso de los ingenieros, la realidad por ahora dista de los anhelos de la Presidenta de que haya “un ingeniero cada 4.000 habitantes”. Y considerando la cantidad de egresados que culminan sus carreras, por ahora esto seguirá siendo un deseo.











