A principios de febrero Aduana detectó en el Paso Internacional de Agua Negra, en plena Cordillera de los Andes, a un jubilado que conducía en el ingreso a Chile. Constataron que el vehículo venía cargado de piedras y una de ellas era nada menos que un meteorito, según confirmaron desde el Servicio Geológico y Minero Argentino (Segemar).
Aduana incautó un meteoritó que jubilado se llevó de Chile
Al advertir la gran cantidad de piedras en el asiento trasero, el personal aduanero indicó al conductor que debería descartar su ingreso a Argentina por razones fitosanitarias. El jubilado accedió, pero pidió una excepción: que le permitieran ingresar una piedra particular, de aspecto brillante. La roca en cuestión era de 12,5 kilos y 27 centímetros que llamó la atención de los trabajadores de la frontera. Por la aparente falta de correspondencia entre peso y tamaño, sospecharon que se trataba de un bien cultural o patrimonial y fue retenida para elevar un informe.
La piedra sospechosa fue trasladada a Buenos Aires para su análisis y Segemar confirmó que se trata de un meteorito. Según el informe, los científicos intervinientes constataron “la presencia de depresiones que “corresponden a los regmagliptos formados por la ablación cuando el meteorito penetra en la atmósfera terrestre” y explicaron a la Aduana que su composición tenía una proporción de hierro/níquel que no se encuentra en la Tierra. La Aduana se enmarcó así en la Resolución sobre el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales”, de la Organización Mundial de Aduanas.
Por otro lado, el reporte manifestó que la piedra tiene “rugosidad característica y capa superficial tratada mediante un barniz probablemente del tipo siliconado, para evitar eventuales alteraciones” y que “por su morfología Macroscópica y características físicas corresponde a un meteorito”, del que se destaca “su elevado peso y tenacidad” y “su forma irregular, caracterizada por la presencia de cavidades que le imprimen un aspecto onduloso”. Esas depresiones, explica el informe, “corresponden a los regmagliptos formados por la ablación cuando el meteorito penetra en la atmosfera terrestre”.
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En conclusión, dice el informe, “luego de la observación macroscópica y microscópica de las características superficiales, morfológicas, estructuras internas y también, por el análisis de los datos de elementos químicos, la muestra se clasifica como Siderito octaedrito “Meteorito”, compuesto de analito, hierro, níquel, silicio, calcio, fósforo y germanio.
El jubilado cordobés se quedó sin su chiche astronómico y resta definir la eventual devolución del meteorito a territorio trasandino, si así corresponde.