Cada día que pasa, un establecimiento comercial del ramo hotelero y gastronómico cierra sus puertas, y detrás de ello trabajadores y familias afrontan una difícil y dura realidad social y económica.
Cerró otro hotel: Ya se perdieron decenas de empleos y 120 plazas
La pandemia del Covid-19 trae consecuencias devastadoras para un rubro que no puede volver a trabajar. Ayer, fue el turno del Hotel Residencia Don Marcos, establecimiento pyme situado en avenida Francisco Ramírez, a pocos metros de las Cinco Esquinas. Luego de 44 años de vida comercial, su propietario acordó con los trabajadores el pago de la indemnización correspondiente, y decidió cerrar sus puertas definitivamente.
Fundamentó en la imposibilidad de ejercer la actividad, paralizada hace ya 120 días. Y un incierto futuro.
El secretario general de la seccional local de la Unión Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) Hugo Permayú, confirmó a UNO que la medida afectó a cinco trabajadores, con la particularidad de que muchos de ellos poseían una importante antigüedad, más de 20 años. “Todas personas mayores, incluso la camarera estaba allí desde siempre”, mencionó acerca de trabajadores a los que les resultará difícil volver a insertarse.
El lugar contaba con 18 habitaciones y alrededor de 40 a 50 plazas.
“Estamos viviendo lo que veníamos advirtiendo, y esto se va agravando día a día. Como en el caso del Gran Hotel Paraná, se trata de establecimientos de mucha trayectoria, que cumplían con todos sus compromisos con los trabajadores, pero ante la imposibilidad de abrir sus puertas, no tuvieron otra alternativa que cerrar”, señaló.
Junto con el reciente caso del Hotel Plaza Jardín, con 18 trabajadores, que luego de 74 años también dispuso el cierre definitivo hace un mes, ya se perdieron más de 25 puestos de trabajos y la ciudad unas 120 plazas hoteleras.
“El sector además viene de una crisis con caída de los hoteles 9 de Julio y Alvear. Si esto no se recompone rápidamente, la realidad va arransando. El tiempo pasa, los ahorros de las empresas se acaban, y el Estado va a dejar de pagar los ATP (programa de Asistencia al Trabajo y la Producción). Es angustiante”, graficó.
A nivel nacional, las entidades del sector sostienen que por la pandemia se han perdido 46.400 puestos de trabajo y hay otros 600.000 que corren grave riesgo.
Por ello reclaman una ley nacional de emergencia.
Desde el sindicato se acompaña el pedido para la pronta rehabilitación de la actividad, y al mismo tiempo la sanción de una ley de emergencia. “En la provincia hay una normativa que falta redactar su implementación. Y a nivel nacional se está solicitando, y avanzando. Sucede que el tiempo pasa, y el día que pasa, es día perdido: hay nueve proyectos de emergencia a nivel nacional y no se pudo consensuar uno”, señaló.
Gastronomía
Por otro lado, el histórico dirigente sindical se refirió a la realidad gastronómica. Al respecto, mencionó que hay empresas que han cerrado, otras que anunciaron que recién volverán a abrir en enero. “Los trabajadores se están quedando sin su fuente laboral ante la incertidumbre. La gastronomía se va reinventando, cierran dos locales y abren otros tres, o uno. El problema son los trabajadores”, mencionó.
En ese sentido, hizo una mención a la situación que atraviesan los trabajadores gastronómicos dependientes de los casinos y bingos de la ciudad, también paralizados.
En la capital provincial, hasta antes de la pandemia había unos 1.600 trabajadores hoteleros y gastronómicos registrados.
La misma preocupación existe sobre la ciudad de Victoria.
En tanto que sobre la costa del río Uruguay el impacto de la falta de turismo en el mercado laboral es aún más grave en ciudades como Federación, Gualeguaychú, Colón, Concordia y Concepción.