Decenas de miles de aficionados del Real Madrid y del Atlético llenaron este sábado sus estadios,
como si fueran una extensión del Estadio Da Luz lisboeta donde los dos equipos se juegan la final de la Liga de Campeones.
Así siguieron los hinchas la final de la Champions desde Madrid
Ondeando banderas y bufandas blancas y al grito de "¡Real Madrid, Real Madrid, Real Madrid!", los aficionados prácticamente llenaron el Santiago Bernabéu, donde el club colocó un inmenso cubo en el centro del campo, con una pantalla gigante en cuatro de sus caras para ver el partido.
Los aficionados jalean las acciones de su equipo como si estuvieran en Lisboa y hasta ondearon sus banderas y bufandas en la sustitución en el minuto 9 de Diego Costa en el Atlético.
"Habría sido mejor poder estar en Lisboa, pero no pudimos conseguir entradas. De todos modos, aquí también hay un ambientazo", dice María López, de 40 años, que ha acudido acompañada de su pareja, Pedro López, de 42.
"El Atlético está muy fuerte este año. No va a ser tan fácil", dice Pedro, un farmacéutico, que luce una camiseta del Real Madrid con el logo de la Copa de Europa en el hombro y el número nueve, por las que tiene el equipo blanco.
Los alrededores del estadio blanco se poblaron con los puestos de bufandas, banderas y golosinas habituales de los días de partido, mientras cientos de aficionados hacían tiempo saltando al ritmo de lemas como "¡Indio (como se conoce a los atléticos) el que no bote es, es!" o "¡Esta noche nos vamos a Cibeles!".
"Esta noche me voy a llevar esta copa a Cibeles", dice Jesús Angosto, un administrativo de 27 años, que se pasea con una reproducción de la Copa de Europa hecha de papel de aluminio con la que todo el mundo quiere hacerse fotos.
"El Atlético lo ha hecho muy bien esta temporada, pero en el Madrid en Europa es mucho", añade, confiando en que el número 10 que lleva pintado en su copa se haga realidad y el Madrid consiga su ansiadad "Décima", que espera desde 2002.
Los aficionados blancos, que al igual que sus rivales rojiblancos han tomado las calles de la capital española desde la mañana, esperan una victoria para poder correr a la plaza de Cibeles, habitual lugar de celebración de los merengues, a sólo unos cientos de metros de la de Neptuno, territorio de los colchoneros, que también esperan ser ellos los que tengan que ir a saludar al dios del mar.
Las dos estatuas de ambos dioses ya han sido valladas en previsión de la fiesta que seguirá tras el encuentro.
A unos kilómetros al sur del Bernabéu, en el Vicente Calderón, los rojiblancos también han colocado pantallas en su estadio para sus aficionados, que espera redondear el título de Liga con su primera Copa de Europa.
"Llegar tan lejos ya es un sueño. Ganar sería increíble. Vamos a ganar. Este equipo se lo merece. Si ganamos voy a festejar todo el fin de semana", dice Alfonso Romero, camarero de 26 años, que viste la camiseta rojiblanca de los de Diego Pablo Simeone.
A su alrededor, miles de aficionados colchoneros cantan y beben confiando en una victoria ante los blancos en Lisboa.
"El ambiente es como un partido, estás rodeado de gente que están tan apasionados por el equipo como tú. Así sufrimos juntos", afirma Raúl Molina, un fontanero en paro de 31 años, que ha ido al Calderón acompañado de varios amigos.
Los estadios se han quedado pequeños y miles de aficionados se han conformado con seguir el encuentro desde bares acompañados de amigos y bebida.
"Mi mujer no quería que estuviese en casa, dice que hago demasiado ruido, entonces estoy aquí", dice en un bar Jesús Lozano, un funcionario de 54 años, que confía en que el "Atleti" se haga con su primera Copa de Europa.