Este sábado la Bundesliga alemana consumó su regreso tras más de dos meses de inactividad por la pandemia de coronavirus con escenas de una nueva modalidad a la que deberá adaptarse el fútbol mundial: estadios con gradas vacías, barbijos para casi todos los protagonistas del espectáculo y festejos de gol con estricto cumplimiento del distanciamiento social.
Así se festejó el primer gol de la vuelta del fútbol alemán
Esas fueron algunas de las muchas medidas apreciadas en los cinco partidos que dieron inicio a la 26ta. jornada, cuyos resultados fueron: Borussia Dortmund 4-Schalke 04 0; Ausburgo 1-Wolfsburgo 2; Fortuna Dusseldorf 0-Paderborn 0; Leipzig 1-Friburgo 1; Hoffenheim 0-Hertha Berlín 3 y Frankfurt 1 y Borussia Moënchenglabach 3.
La expectativa sobre el torneo alemán revistía carácter planetario y así lo expresaba el hecho de que sus partidos fueran retransmitidos hoy en 211 países del mundo, un hecho inédito para la historia de la competencia.
El protocolo de seguridad sanitaria del fútbol germano, el primero en aplicarse luego de ser declarada la pandemia, se convirtió en un modelo para el resto del planeta, en especial para los países de las ligas más importantes que todavía no definieron el retorno a la actividad.
Las medidas preventivas se extendieron antes, durante y después de cada partido, ya desde la misma disposición de acceso a los estadios, que estuvo restringida para el personal esencial. Poco más de 200 personas fueron autorizadas a trabajar dentro de los recintos entre el césped y las tribunas, según informó la propia Bundesliga.
Casi 100 personas entre jugadores, cuerpos técnicos, árbitros, personal de seguridad, prensa y otros auxiliares quedaron habilitadas para ingresar a la cancha y poco más de otro centenar se distribuyó en distintos sectores para que los estadios estuvieran operativos.
Sumando el personal que cumplió funciones en las adyacencias, cada partido de la Bundesliga afectó a unos 322 trabajadores, todos con mascarillas a excepción de los jugadores y los técnicos.
Incluso los suplentes de cada equipo, cuyo número fue aumentado por la nueva disposición de realizar cinco cambios, llevaron barbijos y siguieron el partido separados por una butaca para cumplir con la nueva normativa, que además prohibió saludos y todo tipo de contacto físico.
Ello se notó con mucha curiosidad en el momento de los goles. La estrella noruega del Borussia Dortmund Erling Braut Haland fue el encargado de anotar el primer tanto en tiempos de pandemia y la celebración fue un tímido baile sobre una de las esquinas del campo con todos sus compañeros ciudadosamente distanciados.
Haland, que llegó a la Bundesliga en enero pasado y once goles en nueve juegos, asistió para el segundo tanto del portugués Raphael Guerreiro, que festejó con un toque de codos en medio del silencio de un Signal Iduna Park desinfectado como la propia pelota.
Terminado el partido, los jugadores se saludaron a la distancia y sólo hubo espacio para entrevistas relámpagos a cargo de la transmisión oficial, en la que apenas se desempeñaron seis periodistas. Todas las salas de prensa permanecieron cerradas como también las zonas mixtas.
Tres futbolistas argentinos participaron del regreso de la Bundesliga: el ex defensor de Independiente David Abraham, titular y capitán de Frankfurt en la caída con Borussia Moënchengladbach; el ex zaguero de Boca Juniors Leonardo Balerdi, que ingresó a los 22 minutos del segundo tiempo en la goleada del Dortmund y el ex mediocampista de Estudiantes de La Plata Santiago Ascacibar, presente los últimos nueve minutos en el 3-0 de Hertha Berlín en la casa del Hoffenheim.