Si bien la localidad de Colonia Avellaneda ha tenido un crecimiento poblacional exponencial en los últimos 10 años, la falta de resolución a los problemas y las nuevas demandas debe adjudicarse a la falta de planificación previa, o a la falta de reacción ante la emergencia de ese nuevo escenario. Claro que aspectos clave como agua, cloaca y tratamiento final de residuos, por citar algunos, son servicios que ante el fenómeno demográfico experimentado es responsabilidad no solo de la Municipalidad, sino también del Estado provincial que impulsó políticas habitacionales en esa zona cercana a la capital provincial.
Desde hace un tiempo los vecinos comenzaron a cuestionar el estado del basural de la ciudad. Y su situación constituye un serio riesgo sanitario, por su estado y su cercanía a las viviendas.
El lugar donde se depositan todos los residuos de Colonia Avellaneda se ubica sobre el final de calle Juan Bertoldi –nace desde la ruta 18 hacia el norte; hacia el otro lado nace avenida Guido Marizza de acceso a San Benito–, a dos kilómetros al norte de los barrios del IAPV. Es en la zona oeste del ejido urbano de esa localidad.
Lindante con ese predio cada vez más expandido está la comisión vecinal Los Zorzales. Su presidenta, Nancy Arrúa, testimonió a UNO sobre la grave situación que viven a partir de la presencia de basura a cielo abierto, sin tratamiento ni control de ningún tipo.
“Cuando la ciudad fue creciendo, se fue perdiendo el esquema de recolección de residuos, que consistía en el paso tres veces por semana, para recolectar los residuos domiciliarios, y dos para los denominados verdes –podas, ramas, etc–. Ahora pasan a la mañana, recolectan y tiran al basural, sin organización”, explicó la vecina.
Esto derivó en una expansión progresiva de los límites del basural, que hasta hace unos años estaba a cinco cuadras de la vecinal, y ahora solo quedó a una cuadra.
“Originalmente estaba en un terreno fiscal, pero como no alcanzaba, fue cubriendo y extendiéndose a los terrenos privados lindantes. Eso antes era un gran espacio verde”, relató.
La advertencia y el reclamo de los vecinos obedece a que se trata de un Volcadero donde se arrojan los residuos de todo tipo, y se forman montañas de basura. “No se hace relleno; antes se hacían fosas y se tapaban. Presumimos que no dan abasto, pero eso llevó a esta grave realidad sanitaria que vivimos”, consignó.
Ante esta situación, comentó que se reunieron con Medio Ambiente de la Provincia, se hicieron actas, pero no tuvieron respuestas. “La Municipalidad no cuenta con un área ambiental, todo depende de Obras Públicas; tampoco hay una regulación o marco legal para el tratamiento de los residuos”, explicó Arrúa.
Por esa razón, denunció que si bien “no se ve tanto como antes, llegaban hasta camiones de otros lugares, como Viale, San Benito y Paraná, fundamentalmente privados, pero también algunos públicos”.
Arrúa recordó que hubo algunas iniciativas en el Concejo Deliberante, como la construcción de una planta de tratamiento de basura, que fue vetada por el Ejecutivo municipal.
Finalmente, si algo faltaba, es que a ese riesgo sanitario se le sume la presencia lindante del depósito de la cloaca, es decir, una laguna en la que confluyen cañerías cloacales de la ciudad, a pocos metros, unos 20, del arroyo Las Tunas.
“Tampoco hay tratamiento alguno. Eso debería estar rodeado de árboles, cercado, pero no Si bien la localidad de Colonia Avellaneda ha tenido un crecimiento poblacional exponencial en los últimos 10 años, la falta de resolución a los problemas y las nuevas demandas debe adjudicarse a la falta de planificación previa, o a la falta de reacción ante la emergencia de ese nuevo escenario. Claro que aspectos clave como agua, cloaca y tratamiento final de residuos, por citar algunos, son servicios que ante el fenómeno demográfico experimentado es responsabilidad no solo de la Municipalidad, sino también del Estado provincial que impulsó políticas habitacionales en esa zona cercana a la capital provincial.
Desde hace un tiempo los vecinos comenzaron a cuestionar el estado del basural de la ciudad. Y su situación constituye un serio riesgo sanitario, por su estado y su cercanía a las viviendas.
El lugar donde se depositan todos los residuos de Colonia Avellaneda se ubica sobre el final de calle Juan Bertoldi –nace desde la ruta 18 hacia el norte; hacia el otro lado nace avenida Guido Marizza de acceso a San Benito–, a dos kilómetros al norte de los barrios del IAPV. Es en la zona oeste del ejido urbano de esa localidad.
Lindante con ese predio cada vez más expandido está la comisión vecinal Los Zorzales. Su presidenta, Nancy Arrúa, testimonió a UNO sobre la grave situación que viven a partir de la presencia de basura a cielo abierto, sin tratamiento ni control de ningún tipo.
“Cuando la ciudad fue creciendo, se fue perdiendo el esquema de recolección de residuos, que consistía en el paso tres veces por semana, para recolectar los residuos domiciliarios, y dos para los denominados verdes –podas, ramas, etc–. Ahora pasan a la mañana, recolectan y tiran al basural, sin organización”, explicó la vecina.
Esto derivó en una expansión progresiva de los límites del basural, que hasta hace unos años estaba a cinco cuadras de la vecinal, y ahora solo quedó a una cuadra.
“Originalmente estaba en un terreno fiscal, pero como no alcanzaba, fue cubriendo y extendiéndose a los terrenos privados lindantes. Eso antes era un gran espacio verde”, relató.
La advertencia y el reclamo de los vecinos obedece a que se trata de un Volcadero donde se arrojan los residuos de todo tipo, y se forman montañas de basura. “No se hace relleno; antes se hacían fosas y se tapaban. Presumimos que no dan abasto, pero eso llevó a esta grave realidad sanitaria que vivimos”, consignó.
Ante esta situación, comentó que se reunieron con Medio Ambiente de la Provincia, se hicieron actas, pero no tuvieron respuestas. “La Municipalidad no cuenta con un área ambiental, todo depende de Obras Públicas; tampoco hay una regulación o marco legal para el tratamiento de los residuos”, explicó Arrúa.
Por esa razón, denunció que si bien “no se ve tanto como antes, llegaban hasta camiones de otros lugares, como Viale, San Benito y Paraná, fundamentalmente privados, pero también algunos públicos”.
Arrúa recordó que hubo algunas iniciativas en el Concejo Deliberante, como la construcción de una planta de tratamiento de basura, que fue vetada por el Ejecutivo municipal.
Finalmente, si algo faltaba, es que a ese riesgo sanitario se le sume la presencia lindante del depósito de la cloaca, es decir, una laguna en la que confluyen cañerías cloacales de la ciudad, a pocos metros, unos 20, del arroyo Las Tunas.
“Tampoco hay tratamiento alguno. Eso debería estar rodeado de árboles, cercado, pero no hay nada de ello”, aportó Arrúa. hay nada de ello”, aportó Arrúa.
Alerta por la expansión y las quemas en el basural de Colonia Avellaneda
Con el crecimiento poblacional, el lugar para la disposición final de los residuos se amplía y se extiende a terrenos privados. Sin tratamiento ni relleno sanitario, ya linda con un barrio
11 de enero 2016 · 10:55hs