Imaginar la salida del aislamiento nos sitúa en una inminente y profunda responsabilidad con respecto a los y las estudiantes y docentes. Para volver a la escuela debemos, primero, preguntarnos qué función cumple esta en la vuelta a las actividades de niños, niñas, adolescentes y docentes. y cuál será el motor que guíe la educación, al menos, en la primera etapa de incorporación.
Educación: buscando una alternativa
Para esto, precisamos de la reflexión acerca de lo que sucedió con los contenidos en casa, con las tareas y actividades enviadas virtualmente, con las dinámicas mediadas por las pantallas… ¿Cuánta obligación por cumplir con lo asignado y cuánto aprendizaje verdadero? ¿Qué motiva a los niños y niñas a ir a la escuela? Una estudiante de 8 años planteó del siguiente modo la cuestión: “antes, en la escuela, tenía el incentivo de ir al recreo a jugar con mi amigas para terminar la tarea... y ahora ¿qué?”
Observaciones hechas por diversos pedagogos como Francesco Tonucci –quien asesoró y estuvo en estrecho contacto con el Ministerio de Educación– apuntan a otorgarle protagonismo a quienes son educados. Este es el momento para confiar en ellos y ellas y dejar de desperdiciar energía en obligar a cumplir con tareas, muchas veces alejadas de sus intereses, y permitirles vivenciar el gusto de aprender.
Consideramos que la función principal de un espacio educativo es relacional –tanto con otros y otras, como con los objetos de aprendizaje– y como tal, nos parece fundamental que la escuela ponga énfasis en su función de generación y cuidado de vínculos amorosos y sanos, no solo para con los y las estudiantes, sino también con los docentes, directivos y toda la comunidad escolar, a quienes esta virtualidad los ha mal traído en sus funciones, horarios, emergencias y emociones. Es así que creemos que el comienzo debe ser paulatino, atento y con miras a recomponer dichas relaciones, y no con el mero objetivo de recuperar y evaluar la currícula. En este orden, consideramos sumamente importante incluir al alumnado en las decisiones de cuidado, creando acuerdos que contemplen las necesidades y realidades de todas y todos, poniendo énfasis en la autorregulación, la salubridad, la alegría y el encuentro social tan profundamente necesario.
Desde nuestra Asociación formamos parte a nivel regional de la Red de Educaciones Transformativas y a nivel Nacional de la Red de Redes. En ambas, nos agrupamos con comunidades educativas de pequeña escala, las cuales trabajamos de forma autogestiva y con diversidad de miradas pedagógicas y conceptos filosóficos acerca de la educación. En nuestra experiencia, donde la cercanía y el contacto físico solían ser de gran importancia, vemos que hemos podido adecuarnos a la virtualidad con facilidad, y creemos que esto ha de deberse a la existencia de vínculos profundos que persisten a pesar del distanciamiento físico y que han facilitado la comunicación. Además, entendiendo que los aprendizajes fundamentales son los que nos dan habilidades y herramientas para desempeñarnos en el mundo, permitiéndonos autonomía y plasticidad para adecuarnos amorosamente en el lugar y tiempo que nos toca vivir, y vaya si esta situación que estamos atravesando es uno de ellos.
Así, los espacios educativos no convencionales y sin fines de lucro, que hemos surgido de la sociedad civil organizada colectiva y cooperativamente, en toda nuestra diversidad, contribuimos a la transformación educativa y nos abrimos para aportar nuestras experiencias, que han venido operando como verdaderos “laboratorios de lo posible” en cada rincón del país. Desde Circularte y la Red de Educaciones Transformativas consideramos que la escuela debe ser pública, universal, abierta y gratuita, y creemos que es preciso contar con espacios educativos que respondan a las necesidades de la comunidad, así, nos presentamos como herramienta clave para sostener y ampliar el alcance de espacios educativos en la provincia.
En ese sentido, resulta necesario generar un nuevo reglamento de Educación de Gestión Social y Cooperativa, como lo establece la Ley 26206/06, artículos 13, 14 y 140, que sea co-creado entre los actores sociales interesados, en una mesa diversa, democrática, horizontal, reflexiva y amorosa; con miras a que esta nueva normativa atienda a las realidades de todas estas experiencias educativas, brindándonos facilidades para el accionar, eliminando las trabas para su desarrollo y ejecución. Por la experiencia, la proximidad y la diversidad podemos aportar y enriquecer desde adentro a un sistema educativo que nos reúna.
(*) Nota realizada por la Asociación Civil Circularte