El túnel subfluvial Raúl Uranga–Carlos Sylvestre Begnis cumplirá 53 años el 13 de diciembre. La obra, única en América Latina y una de las más importantes de su tipo en el mundo, por su complejidad, es desde hace más de medio siglo el enlace que logró unir definitivamente dos provincias e impulsar el desarrollo productivo en la región.
Túnel Subfluvial: el trabajo vital de quienes lo monitorean
Por Vanesa Erbes
Con el correr de los años sigue siendo admirado el trabajo de los ingenieros alemanes que idearon el viaducto que se comenzó a construir a principios de la década del 60, por el que transitan unos 12.500 vehículos por día en promedio, aunque esta cantidad suele intensificarse en jornadas en las que hay eventos especiales, o en horarios pico, situaciones que llevan a mayores controles, como ocurrió el fin de semana pasado por el desarrollo del Turismo Carretera (TC).
Que el Túnel siga cumpliendo su función garantizando semejante flujo vehicular de manera segura durante tantas décadas, debajo de un río que está en constante movimiento y expuesto a contingencias como crecidas y bajantes, se explica porque a diario existe un exhaustivo trabajo de técnicos y profesionales que son los que monitorean y evalúan cuáles son las tareas de mantenimiento que deben adicionarse a las que se hacen de manera rutinaria, y las reparaciones que debe llevarse a cabo para que ninguna eventualidad afecte su finalidad.
En este marco, hace un par de semanas se informaron tareas “de reparación de uno de los conductos de agua potable ubicado en el cielorraso del viaducto, que abastece la estación de peaje del lado Santa Fe” y desde la administración de la entidad explicaron que “este desperfecto ocasionó el ingreso de agua al interior del viaducto”.
Ante el interrogante de cómo se trabaja ante este tipo de situaciones y la gran incógnita sobre la extensa vida útil de esta magnífica obra, UNO dialogó con Augusto Cortés, director técnico del Túnel Subfluvial, quien comentó que “estas reparaciones se tienen previstas todos los años en los presupuestos anuales”, dejando en claro la labor minuciosa que llevan adelante para evitar contingencias que puedan comprometer la estructura del enlace.
Sobre este punto, explicó: “Todos los años se hace un recorrido, que en principio se comienza en marzo y después se repite periódicamente. Lo hacen técnicos e ingenieros para ver el comportamiento de las juntas de tubo a tubo. Después los directorios, con los presupuestos correspondientes, realizan los trabajos. En este caso en particular se hizo una licitación pública por 2,2 millones para este año, que contemplan 250 kilos de material a colocar en las juntas”.
“El trabajo se realiza verificando el estado de las juntas, si hay alguna que está humedecida, y en base a eso se procede al sellado de la junta entre tubo y tubo. Este procedimiento tiene su historia, que se remonta al inicio de construcción del túnel, cuando los ingenieros alemanes en ese momento decidieron colocar una sucesión de elementos para evitar el ingreso de agua por presiones adentro del conducto. Primero colocaron una goma similar a una de cubierta de bicicleta que se inflaba, y se le daba presión. Luego agregaron a esa protección un material que evitaba que el agua entrara y a eso le añadieron también arriba del río unos caños de acero que bajaban y vertían cemento fluido de alta resistencia y se metían en las juntas, pero por fuera del túnel, y después se terminaba de sellar con un material que se usaba en ese momento para darle la hermeticidad”, explicó, y señaló que desde que fue inaugurado el enlace, en 1969, se fueron verificando productos similares a los que se están colocando hoy y que hacen al sellado de las juntas permanentemente.
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“Todos los años se hacen estos trabajos, en mayor o menor medida. De acuerdo a la inspección que hacen los técnicos determinan la cantidad de kilos y se inyecta. En la última inspección que hicieron desde la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) también vieron que era correcto el sellar las juntas o mantenerlas lo más seca posible, a los fines de que el Túnel esté seco, evitando que no haya ningún tipo de humedad en los conductos, porque la humedad daña la estructura”, subrayó el especialista.
Durabilidad
Acerca de la admiración que sigue despertando en el mundo esta obra, cuya estructura tiene una longitud de 2.397 metros, Cortés señaló: “Para el pensamiento de aquel entonces ya era una obra muy de avanzada y hoy todavía sigue siéndolo. El cálculo teórico de las secciones del Túnel fue verificado en el último estudio que hicieron ahora las seccionales de Paraná y Santa Fe de la UTN determinando que el cálculo de la estructura fue correcto. Imaginémonos que el procedimiento de calculo que utilizaron en ese entonces y comparémoslo a los que podemos usar hoy”. Asimismo, destacó: “Con estas inspecciones que hicieron, dijeron que haciendo todos estos controles y estas verificaciones que estamos haciendo permanentemente tendríamos un Túnel para aproximadamente 75 años”.
Que estos trabajos de monitoreo constante son vitales lo demuestran hechos que generaron preocupación en algún momento de su historia. Al respecto, el director técnico del Túnel Subfluvial recordó cuando se generó riesgo de flotabilidad del viaducto: “Entre 1982 y 1983 hubo una creciente que hizo que la tapada que tenía el Túnel entonces se perdiera y quedara vivo el hormigón a la altura del tubo 19. Después se recompuso esa arena, pero decidieron hacer un primer tramo de cubierta, comenzando por el tubo 25, que está del lado de Paraná: para tener una idea, el Túnel comienza en el tubo 1 del lado de Santa Fe y termina en el 37 en la capital entrerriana. En base a cemento y colocación de hierros de refuerzo se colocó una manta protectora que tiene 50 metros aguas abajo y 50 aguas arriba y que hace que el suelo se confine a tres metros de altura sobre el río”.
Pero ese no fue la única intervención sobre esta contención y comentó: “Después, con el devenir del tiempo, se vio que el punto más bajo del río se fue trasladando a la costa santafesina y fue llegando al borde de esa defensa, entonces se decidió en el año 1999 colocar otro pedazo más de cubierta protectora túnel, tal como la llamamos, que agrandó hoy 900 metros de longitud que van entre el tubo 25 al tubo 10, si lo miramos desde adentro. Esto hace que el suelo quede confinado y no tenga nunca más problemas de estabilidad”.
Con respecto a la malla protectora del Túnel, que quedó al descubierto en la superficie durante la bajante histórica de los últimos meses del río Paraná, aclaró que esto no causa inconvenientes a la estructura ni a la estabilidad del Túnel, aunque mencionó: “Hay un control permanente de parte nuestro, a través del Departamento de Control Hídrico, que hace inspecciones rutinarias cada 10 o 15 días, verificando a través de ecosondas el comportamiento de esta manta protectora respecto al confinamiento del suelo que tiene que tener el Túnel para evitar la flotabilidad”.
Por otra parte, contó cuáles son las tareas habituales que se hacen dentro del enlace que une Paraná y Santa Fe y manifestó: “Nosotros periódicamente hacemos la limpieza de los azulejos del interior del Túnel, que se realiza estimativamente cada 40 días, y es una tarea lleva dos días; después por supuesto hacemos la reposición de lámparas en su interior; también se pasa la barredora para evitar que queden piedras en la calzada o algún elemento que pueda romper un parabrisas; se limpian los albañales de las rampas, además de cortar el pasto del complejo y todo lo que son los controles eléctricos rutinarios”.
A su vez, “Este año tenemos prevista una licitación, que estimamos que saldrá pronto, para reemplazar un cable de media tensión que va desde la cabecera Santa Fe hasta el Peaje. Ya se cambió el del lado de Paraná”, comentó, enumerando además otra serie de trabajos de mantenimiento y mejoras para que el tránsito sea seguro y de manera óptima entre ambas provincias.
Destacan la renovación del complejo Social
Augusto Cortés, director técnico del Túnel Subfluvial subrayó que el año pasado se inauguró el Complejo Social y un Centro de Interpretación. “Invitamos a los santafesinos y a los entrerrianos a que los conozcan. El complejo social está modernizado tecnológicamente, y el Centro de Interpretación cuenta un poco cómo se construyó el túnel y demás”, comentó a UNO.
“Con el propósito de recuperar y potenciar el perfil social y turístico del Túnel Subfluvial, se renovó el complejo de alojamiento creado a principios de la década del 70’ en el predio del antiguo obrador para albergar a contingentes y visitantes que llegaban para apreciar la gran obra pública de Latinoamérica”, según se explica en el sitio tunelsubfluvial.gov.ar, donde se indica que “los trabajos fueron inaugurados en diciembre del año pasado, y además de la puesta en valor del emblemático espacio, se llevó adelante la construcción de un área temática denominado Centro de Interpretación, constituyéndose ambas como las mayores intervenciones arquitectónicas desde la inauguración del viaducto en 1969”.
El renovado Complejo Social cuenta en esta primera etapa con una capacidad de alojamiento de 60 plazas, edificios complementarios para la administración, servicio médico, servicios generales, salón comedor y aéreas recreativas.
Además, posee una sala de proyecciones donde se exhibe el video institucional que permite conocer las características del Túnel Subfluvial, su historia y los detalles del proceso constructivo, y que forma parte de una de las etapas de las visitas guiadas que se realizan desde el Ente.
La necesidad de crear un espacio alojamiento surgió para albergar a contingentes y visitantes que llegaban para apreciar la gran obra pública de Latinoamérica que, además, había sido concebida y ejecutada por dos provincias del interior.
Según las estadísticas, desde 1972, fecha en que se adecuó y habilito ese sector del complejo, pasaron por el lugar unos 2 millones de niños, adolescentes y adultos de diversos rincones del país y del mundo que llegaron a nuestra región a conocer el histórico viaducto.