Se cumple hoy un mes del inicio de la cuarentena que estableció el presidente de la Nación, Alberto Fernández, a través de un Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) que estableció que toda la población debía someterse al aislamiento social preventivo y obligatorio para evitar la propagación del Covid-19.
Primer mes de cumplimiento de aislamiento obligatorio
La pandemia decretada por la OMS el 11 de marzo en principio había obligado a suspender las clases en Argentina a partir del 16 de ese mes, pero días después -justamente a partir del 20 de marzo-, la medida se extendió para todas las actividades y hasta hoy los argentinos siguen en stand by, a pesar de que se han realizado concesiones con varias actividades.
El 20 de marzo entró en vigencia el aislamiento social preventivo y obligatorio. Por entonces, Entre Ríos tenía tres casos de coronavirus confirmados (uno en Paraná y dos en Gualeguay), y 128 en el país.
Pero para llegar a este momento donde parcialmente comenzaron a habilitarse muy lentamente algunos rubros se transitaron las dos primeras semanas de aislamiento total. Con permiso únicamente para realizar compras de alimentos a negocios cercanos a la casa. Se paralizó la economía y el movimiento urbano; una viñeta nunca vista en la ciudad, el país y el mundo. Calles desiertas, plazas vacías, negocios cerrados, peatonales sin viandantes, veredas despejadas, bullicio sólo de pájaros y muy poca gente fuera de sus hogares.
Las imágenes de los primeros días hablan por sí solas, se pueden ver avenidas con sólo los semáforos como testigos del vacío ciudadano; Costanera sin deportistas ni caminantes; comercios con persianas bajas; ingresos a supermercados, controlados; extensas filas frente a los cajeros automáticos.
Mientras tanto, el sentimiento colectivo deambula entre la angustia, el temor, el aburrimiento, el extraño por los afectos. El distanciamiento social cambia los patrones de conducta y la realidad comienza a vivirse y transmitirse por las redes sociales o plataformas digitales.
Se vivió una Semana Santa atípica, con misas y bendiciones por facebook, televisión y radio. Los fieles ahora son seguidores, televidentes u oyentes y la comunión es espiritual. La fe se vive on line y demanda un gran esfuerzo de los pastores.
Todos los trabajadores de la salud son los nuevos héroes anónimos, mientras cada uno desde su casa hace su aporte para combatir el virus.
Los medios de comunicación se fortalecieron por la necesidad de la gente de informarse desde sus hogares.
La Policía se convirtió en reguladora de salidas, y los controles aumentaron provocando un cambio en la actitud de las personas, que tal vez en forma llamativa se ajustaron y respetaron las normas, en gran medida, más allá de excepciones y casos aislados.
En cada casa los entrerrianos viven la cuarentena a su manera; hay comidas en las terrazas, ejercicio en los balcones, lecturas en el patio y mucha imaginación para pasar el rato.
Los chicos, poco a poco, comenzaron a desarrollar las actividades escolares “a distancia”.
Los mayores seguramente son los más preocupados, y no sólo por el encierro y la falta de contacto con la familia a la que son tan apegados; sino también por el miedo a enfermarse, a estar solos. Y si a eso se le suma la rutina de cobro de jubilación, el pago de cuentas e impuestos se llega a las largas filas que se vivieron en los bancos promediando la cuarentena. La falta de previsión puso en riesgo la salud de miles de ancianos a los que hasta el cansancio se les pide no salir de sus casas, cuidarse y cuidarlos.
Comerciantes, industriales, pequeños empresarios, asalariados, cuentapropistas y trabajadores informales preocupados por su continuidad ante la extensión de la emergencia.
Permisos especiales para circular, todos con DNI en mano y muchos con barbijo; colectivos y taxis con separador plástico y asientos distanciados forman parte del paisaje ciudadano.
Los “tapaboca” pasaron de su rechazo inicial a su aliento, e incluso obligatoriedad en avance en cada vez más ámbitos y jurisdicciones.
Colectas de sangre en clubes, voluntarios que hacen mandados a gente mayor, campaña de vacunación antigripal, postales que UNO retrató a diario.
La cuarentena empieza a transitar su segundo mes en Argentina, se extiende en el mundo con distintas modalidades y restricciones. La incertidumbre se eterniza. Y por ahora nadie puede afirmar hasta cuándo y cómo seguirá.