Se vivieron horas de tensión en medio de un campo del Departamento La Paz, en plena madrugada, cuando policías interceptaron a cazadores que no tenían los avales correspondientes para tal actividad. Luego de una extensa negociación, lograron que depongan su actitud.
Tensión entre policías y cazadores en un campo de La Paz
Se informó a UNO que personal de la Brigada Abigeatos del Departamento La Paz, en un operativo de control de rutina, advirtieron una situación irregular en un campo ubicado en el Distrito Feliciano. Fue alrededor de las 2 de la madrugada de este lunes, cuando el patrullero se dirigía por el camino vecinal de Escuela Nº 12. Allí lograron observar un vehículo que se hallaba en el interior de una chacra sembrada, con dos de sus ocupantes parados en la caja de la camioneta con un reflector, y otros dos hombres en el interior del rodado.
Por esto, detuvieron la marcha y procedieron a identificarlos. Se trataba de cuatro sujetos oriundos de la ciudad de Paraná, a quienes les informaron el procedimiento y control a realizar. Según informaron quienes actuaron en el operativo, se presentaron situaciones tensas ya que los cazadores portaban armas largas de grueso calibre y desenfundadas, mientras los policías realizaban control visual de lo que llevaban.
Le indicaron que se trataba de un procedimiento de control y les solicitaron la documentación requerida para realizar la actividad de caza mayor. Pero los hombres no contaban con ningún papel que los habilitara, es decir con el permiso del dueño del establecimiento rural donde se encontraban.
Por lo tanto, se encontraban infringiendo la reglamentación correspondiente en evidente “actitud de caza” que se encuentra prohibida y violando lo dispuesto por la resolución Nº 1492 ( protocolo del control de mamíferos invasores en Entre Ríos) que entre otras cuestiones prohíbe más de tres excursionistas por vehículo.
De este modo, los uniformados debían proceder al secuestro de las armas de fuego y es allí cuando los cazadores más se alteraron y se negaron a entregarlas.
Comenzó así un tenso entre cruce y discusiones. Los efectivos de Abigeato debieron solicitar apoyo a personal de la comisaría Primera de La Paz. Y también realizaron averiguaciones y consultas a los vecinos, quienes según los infractores habrían otorgado el permiso en forma verbal para cazar, pero los mismos lo desconocían.
Ante la resistencia y desobediencia a la que se aferraban, se solicitaron medidas a la Fiscalía en turno y posteriormente a las órdenes impartidas, luego de unas largas tres horas, se logró el convencimiento a los cazadores de que se debía proceder acorde a la Ley Provincial de Caza.
Finalmente se secuestraron dos armas de fuego: una carabina de repetición, tipo fusil, calibre 308, con mira telescópica, y un fusil calibre 300, con mira telescópica y cartuchería.
Excursión de caza ilegal
En otro procedimiento informado por la Brigada de Abigeato de La Paz, se interceptó a cordobeses que estaban cazando ilegalmente en inmediaciones de de un camino vecinal de Paraje Los Pinares, Colonia Saucecito. Fue al atardecer del sábado, cuando detuvieron la marcha de una camioneta Chevrolet S10 con cuatro ocupantes, con cuatro ocupantes de la provincia de Córdoba, excursionistas que disponían practicar la actividad de caza mayor.
Luego de identificarlos, se les informó el procedimiento y control visual de rutina y se constató que en la caja del rodado, cerrada con cúpula de toldo, transportaban perros de raza Dogo y se observó que llevaban armas de fuego, cartuchería, linternas y cortes de un animal de la fauna silvestre, especie Chancho Salvaje o Jabalí, en conservadoras, que recientemente habían cazado.
Les solicitaron el correspondiente permiso de caza y permiso del dueño del campo por escrito, tal como lo exige la Ley, pero no contaban con tal documentación. Además, al igual que en el caso anterior, estaban en infracción a la prohibición de ir más de tres personas en un vehículo para cazar.
Los cazadores dijeron que el peón del campo les dijo que tenían el aval del propietario del establecimiento rural para cazar, pero cuando los policías llamaron por teléfono al dueño, este hombre negó enfáticamente haber consentido la actividad. Se cree que habría un engaño por parte del encargado del campo a los cazadores o al menos una connivencia.
De este modo les secuestraron dos armas de fuego: una escopeta calibre 12 y una carabina de repetición, tipo fusil cliabre 30-06, con mira telescópica y cartuchería.
Respecto del animal faenado, se los entregaron a los mismos infractores en calidad de donación tras su comiso, para su aprovechamiento y consumo.