Se terminó el juicio más largo y con más procesados en la historia de la Justicia Federal entrerriana. Ayer culminaron las réplicas y dúplicas de los alegatos de los fiscales y los defensores luego de más de tres meses de debate por las causas narcoavioneta y narcomunicipio. Hoy a la mañana los 32 juzgados tendrán la oportunidad de decir la última palabra previo al veredicto, el lunes 30 de diciembre antes del mediodía.
Por la reyerta en la cárcel, Hernández y Viola estarán en su casa hasta la sentencia
Pero en la jornada de ayer se metió en la discusión la reyerta ocurrida en la noche del miércoles en la Unidad Penal N° 1 de Paraná. Es que dos de los imputados, el exconcejal Pablo Hernández y el inspector de Tránsito municipal Alan Viola fueron blanco de un ataque incendiario en su pabellón. Por esto, sus defensores solicitaron que les otorgue el arresto domiciliario hasta que se garantice su integridad en la cárcel. Los jueces, tras deliberar en un cuarto intermedio, hicieron lugar al planteo, y ambos permanecerán en sus hogares hasta el día de la sentencia.
Según se informó a UNO, el conflicto se inició cuando internos del pabellón N° 17 hicieron un boquete en la pared y pasaron al lindante N° 22. En este se encontraban alojados Hernández y Viola, quienes un par de horas antes habían regresado de la salida por 12 horas que les había otorgado, al igual que al resto de los procesados en el megajuicio, el Tribunal Oral Federal, para que pasaran Navidad en sus domicilios. Según plantearon sus abogados defensores, Emilio Fouces y Juan Pablo Temón, ambos fueron amenazados para que entreguen dinero, bajo la premisa de que habían regresado a la cárcel con dinero.
En ese momento ingresaron guardias penitenciarios y uno de ellos fue atacado con un cuchillo en la cara, por lo que sufrió un profundo corte. En medio del altercado, un preso arrojó una bomba Molotov y quemaron las pertenencias de Hernández y Viola. Por esto, ambos fueron a la audiencia de ayer “con lo puesto” y hasta con prendas prestadas, sin haber dormido en toda la noche.
Los defensores plantearon que se demostró que la seguridad de ambos no está garantizada. Si bien desde el Servicio Penitenciario informaron que les consiguieron otro sector donde estar alojados, esto no convenció a los imputados, por lo que se solicitó el arresto domiciliario, del que ya gozan varios de los procesados.
La Fiscalía se opuso al pedido, pero los jueces consideraron pertinente disponer la morigeración de la medida cautelar hasta el adelanto del veredicto (que podría ser el lunes, por especulaciones, ya que no se adelantó nada oficialmente).
Acerca del incidente en la Unidad Penal, desde el Servicio Penitenciario se emitió un comunicado en el cual se informó que “seis internos intentaron hacer un boquete de un pabellón a otro, lo que fue detectado por personal penitenciario, que, al intervenir en la situación, resultó herido en el rostro un agente y fue derivado al hospital San Martín para su mejor atención. No se registró ningún herido de gravedad”.
Además, negaron la versión de un amotinamiento o intento de fuga, indicaron que se activó el protocolo de actuación conjunto con la Policía y afirmaron que se dispondrá el traslado de los protagonistas de la gresca a otras cárceles de la provincia.