Nadie sabe ni sabrá qué pasó por la cabeza de Brian Ballesteros la madrugada en que acompañaba a Florencia Anahí Páez, de 14 años, y su madre Rosa, de 32, al hospital de Villaguay, donde iban a sacar un turno. En el camino, sacó un cuchillo y asesinó a puñaladas a su exnovia y a la madre de la chica. El único móvil evidente es el odio de género. Por esto, ayer lo condenaron a prisión perpetua. El doble femicidio ocurrió alrededor de las 5 del 18 de julio de 2019.
Doble femicidio: pasará el resto de sus días en la cárcel por matar a madre e hija
El joven, hoy de 22 años, prefirió confesar y recibir la máxima pena en un juicio abreviado, antes de ir a un debate donde igualmente lo iban a sentenciar al encierro de por vida. El acuerdo fue presentado la semana pasada por la fiscal Nadia Benedetti, y la defensora oficial Luciana Parravicini. En esa audiencia, Ballesteros dijo que era el autor del crimen y que aceptaba la pena mencionada. Ayer por la mañana, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concepción del Uruguay integrado Mariano Martínez, María Evangelina Bruzzo y Fernando Martínez Uncal, homologó el mismo en una sentencia.
El doble femicidio ocurrió alrededor de las 5 del 18 de julio de 2019, en calles Tomás de Rocamora y Lavini, en la zona sur de Villaguay. Madre e hija iban rumbo al hospital Santa Rosa para sacar un turno. Las acompañaba Ballesteros. Una discusión en el trayecto desató la furia femicida: el joven, con un cuchillo en sus manos, asesinó a las dos mujeres a puñaladas.
Según se pudo reconstruir en la investigación, los gritos de las víctimas despertaron a algunos vecinos que salieron, pero no pudieron hacer nada para salvarlas. Sí lograron ver al agresor huyendo del lugar. Los datos que aportaron a la Policía fueron clave para poder detener al asesino unos minutos después en su casa de calles Ventavoli y Nogoyá.
En el allanamiento realizado a la mañana siguiente en la vivienda del acusado, se encontró el arma blanca utilizada por Ballesteros para apuñalar y matar, primero, a la madre, y luego a la hija.
La hipótesis de que la violencia de género fue el motivo de la agresión se apuntaló al saber que Ballesteros había sido pareja de la menor, y se consolidó al surgir un antecedente: un año antes, en 2018, estuvo involucrado en una causa por estupro.
A partir de una denuncia de la madre de la chica, la Policía efectuó un informe solicitado por la Justicia a partir de que el muchacho mayor de edad estaba conviviendo con la menor, de entonces solo 13 años.
Se trataba de un delito de instancia privada, y la denuncia fue desestimada luego de que la madre aceptara la relación entre ambos. Por esto no se activaron mecanismos judiciales para prevenir hechos de violencia, según se informó en ese momento. El Centro de Protección a Mujeres La Delfina, de la Municipalidad de Villaguay, había comunicado: “Ni las desafortunadas víctimas ni sus familiares, vecinos ni persona alguna pidió la intervención de nuestro organismo de protección, por lo que fue materialmente imposible activar el protocolo de protección al no haber recibido la denuncia de la situación de violencia o riesgo”.
Desde el Tribunal de Juicio de Concepción, se informó a UNO que el acuerdo se homologó y declararon a Ballesteros autor de los delitos de Homicidio calificado por el vínculo (relación de pareja) y por haberse cometido en un contexto de violencia de género, en relación a Florencia, en concurso real con Homicidio calificado por haberse cometido en un contexto de violencia de género, por el caso de Rosa.
El femicida está alojado en la Unidad Penal N° 1 de Paraná, donde pasará el resto de sus días