Reincidente en una variedad de delitos, Nahuel Deharbe, a sus 27 años, ha sido protagonista de numerosos hechos de trascendencia pública. Cada vez que lograba una salida de la cárcel o un beneficio de prisión domiciliaria, volvía a perpetrar asaltos o estafas, siempre con armas de fuego de grueso calibre. Luego de la última detención por vender drogas mientras estaba con preventiva en su casa, el año pasado, llegó el momento del juicio abreviado, en el cual acordó con la Fiscalía cumplir la pena de cinco años de prisión efectiva. Como se le restará el tiempo que estuvo con domiciliaria, podría salir con libertad condicional en menos de dos años y medio, aunque le queda por terminar de cumplir otra condena por el violento robo a una escribana.
Asaltos, estafas, portación de arma y venta de drogas: cinco años de prisión
El raid delictivo comenzó a inicios de 2020 cuando se evadió de la Unidad Penal de Paraná mientras se encontraba alojado en la Casa de Pre Egreso, un lugar que tiene la puerta sin candado. Deharbe decidió escaparse una noche en que salió caminando como si nada porque se había enterado de que lo iban a imputar por participar de la banda que cometió diferentes asaltos en la ciudad en cada salida socio familiar. Residió en distintos lugares de la ciudad, protegido por varias personas, y junto a otros delincuentes cometió diversos robos.
Por un lado, le imputaron que “aproximadamente desde el 25 de enero hasta el 21 de abril de 2020”, integró la organización que lideraba Carlos Alberto Farías, Ramón “Lágrima” Venencio, Sandro Godoy y Jonathan Barbieri, “destinada a cometer delitos en la ciudad de Paraná y otras localidades de la provincia”.
Según lo demostrado en la investigación llevada adelante por la División Robos y Hurtos de la Policía y la fiscal Mercedes Nin, “han realizado las tareas de selección de los objetivos, vigilancia previa y diagramado la logística de la comisión de los hechos”.
De todos los asaltos, se probó que Deharbe participó en al menos dos. El primero, el 28 de febrero de 2020, junto a otros cómplices, todos armados, ingresaron al taller hidráulico de calle Luis Giménez de Azúa, maniataron al dueño y otros dos hombres que estaban en el lugar con precintos, cintas adhesivas y sogas, y les exigieron a punta de pistola el dinero que tenían en el lugar. También encañonaron a una mujer que estaba en la planta alta junto a sus tres hijos pequeños, para que entregara todo el dinero que tenía. Se fueron con unos 220.000 pesos, 200 dólares, una tablet, celulares y otros elementos.
El segundo ocurrió unos días después, el 11 de marzo de 2020, cuando Deharbe y Barbieri ingresaron a la estación de servicios Texon de Colonia Ensayo, por la ruta 11, vestidos con uniformes policiales y munidos de un arma de fuego calibre 9 milímetros. Apretaron al playero a quien le sacaron una billetera con 3.200 pesos, y a otro empleado, para sacar una caja fuerte empotrada en la pared que tenía aproximadamente 75.000 pesos.
Deharbe reapareció en una denuncia policial en septiembre de ese mismo año. La imputación incluía a otras personas: “Yamila Juliana Siegfried entabló comunicación con M.A.M. a través de la red social Facebook desde el perfil “Juli Julina Nahuel”, con el fin de simular la venta de una casa ubicada en calle Santa María de Oro y Zavalía de Paraná, continuando dicho diálogo a través de los teléfonos celulares de ambos, pautando un encuentro para firmar el contrato y hacer entrega del dinero 250.000 pesos”.
Al día siguiente, el comprador se hizo presente en el domicilio, le entregó a la mujer 1.400 dólares, firmaron un contrato de compra venta, y el hombre se retiró con el fin de adquirir una nueva cerradura. Al volver a la vivienda recientemente adquirida, salieron a su encuentro Deharbe y Martín Luciano Siegfried, quienes le dijeron: “Tomátela que esa casa es mía”, mientras le apuntaban con una pistola plateada similar a una calibre 45, al tiempo que le arrojaban piedras a M.A.M.
La denuncia derivó en que, dos días después, el 24 de septiembre, se realizara un procedimiento policial para detener a Deharbe, a cargo de funcionarios policiales de Robos y Hurtos de Paraná.
“Deharbe salió de la vivienda portando un arma de fuego tipo pistola, calibre 9x19 mm., con 11 cartuchos y uno en recámara (en condiciones de uso inmediato y sin contar con la autorización legal correspondiente), con la cuál apuntó en el pecho al agente Mauro Berta y lo amenazó diciendo que se retire de manera urgente o lo iba a matar”.
El operativo se denominó “Troya” porque los investigadores se hicieron pasar por clientes que también caerían en la estafa de la compra de la casa. En el encuentro en el barrio La Milagrosa lo apresaron en medio de un amplio despliegue de fuerzas policiales. En ese momento Deharbe blandió la pistola, pero efectivos del COE lo redujeron.
El hombre quedó preso, pero poco después recibió el beneficio de la prisión preventiva domiciliaria. Cabe recordar que era período de pandemia y se trataba de limitar el ingreso y egreso de los penales para no esparcir el virus en los ámbitos de encierro. Pero el delincuente aprovechó la oportunidad, esta vez, para vender drogas. En la noche del sábado 28 de mayo de 2022, la Policía Federal allanó su casa y lo detuvo con cocaína y marihuana en la vivienda.
La investigación por narcomenudeo fue instruida por la fiscal Mercedes Nin, y culminó con los allanamientos a dos domicilios: uno en calle Coronel Barrenechea y otra en Onésimo Leguizamón. En la primera estaba Deharbe. Luego de una larga espera, los efectivos de la Policía Federal pudieron ingresar. Tras un entredicho y algo de resistencia del acusado y sus familiares, avanzaron con el procedimiento. Hallaron 53 gramos de cocaína, distribuidas en dosis y en trozos, y algo de marihuana. También se secuestró 51.400 pesos y otros indicios de la venta de drogas. Fue enviado a la Alcaidía y lo imputaron por narcomenudeo.
La lista de delitos que figuran en el Código Penal que le endilgaron a Deharbe, fue larga: “Asociación ilícita, robo agravado por la utilización de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no ha podido tenerse por acreditada -dos hechos-, estafa y coacciones agravadas por el uso de arma de fuego, portación ilegítima de arma de guerra, comercio de estupefacientes”,
La semana pasada, finalmente, Deharbe, con su abogado defensor Augusto Lafferriere, compareció en los Tribunales donde confesó en el Juzgado de Garantías los delitos tal como había acordado con la Fiscalía. Tras ser interrogado, dijo que consentía cumplir la pena de cinco años de prisión efectiva por los mencionados delitos. Un acuerdo bastante beneficioso para él, teniendo en cuenta que fueron muchos hechos que tienen penas elevadas, que es múltiple reincidente y que cometió asaltos y venta de drogas mientras tenía beneficios que la Justicia le había otorgado, tanto en el marco del cumplimiento de la primera condena como durante las medidas cautelares más leves en em marco de los siguientes procesos judiciales.
Esta semana se conocerá si se homologa o no el acuerdo al que arribaron las partes y se convierte el mismo en una sentencia condenatoria. Fuentes judiciales informaron a UNO que Deharbe iría al penal donde le quedarían dos años y cinco meses para lograr la libertad condicional, mientras que en un año y dos meses podría obtener los beneficios de salidas socio laborales y familiares, si es que se lo permiten. Es que el tiempo que estuvo con prisión domiciliaria pasa a contar como parte de la eventual condena, ya cumplida.