Del mismo modo que se puede observar el transitar de carros traccionados por animales en calles y avenidas de los barrios y también en el casco céntrico, resulta recurrente el secuestro de caballos en mal estado, en circunstancias límites, como caídas en la vía pública. Esta vez sucedió en la zona este de la capital provincial. La Policía dio cuenta de su accionar, al secuestrar un caballo que tenía múltiples heridas provocadas por golpes y por las consecuencias de la tracción a sangre, además de un alto grado de desnutrición y deshidratación.
Tracción a sangre: difícil y pendiente tarea de eliminarla
La intervención se produjo tras la denuncia de una persona del barrio Charrúa, que advirtió la presencia del animal caído sobre el asfalto, que no podía pararse ya que no tenía fuerzas. Era en plena siesta de domingo en Paraná, cuando el termómetro marcaba 33º de sensación térmica.
El animal fue hallado en la intersección de calle 1519 y avenida Almafuerte. De acuerdo con lo informado por la Dirección Prevención Delitos Rurales Brigada Paraná, es un caballo macho, de pelaje lobuno, de aproximadamente 7 años de edad.
Este tipo de episodios son bastante frecuentes en Paraná y suelen ser noticia las denuncias de vecinos que alertan por el maltrato que sufren los animales ocupados para el trabajo en las calles. Este mes, una mujer de barrio Mosconi III fue quien alertó por el estado de una yegua en esa situación.
La Policía dio aviso a la Fiscalía de Atención Primaria, que ordenó el secuestro del animal a los efectos de realizar las curaciones y atenciones pertinentes. Por infracción a la Ley Nº 14.346 de Maltrato Animal, se individualizó al poseedor del caballo, quien quedó supeditado a la causa.
La situación pone de manifiesto la pendiente tarea de eliminar la tracción a sangre, determinada en cumplimiento de los derechos animales y establecidas por sucesivas ordenanzas municipales y leyes de tránsito que nunca han podido ser acatadas en la capital provincial.
En la problemática convergen distintas aristas, en la que se destaca la realidad social: familias que se dedican al cirujeo o a la recolección o reciclaje de residuos, como modo de supervivencia.
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La última norma sancionada en la materia fue la Ordenanza Nº 9.537, que prohíbe en todo el ejido de la ciudad “la circulación de cualquier medio de transporte cuya tracción verse sobre la fuerza de un animal, sea para el transporte de cargas y/o personas”.
En otro articulado establecía que esa prohibición “de toda clase de medios de transporte de tracción a sangre animal será progresiva desde el microcentro hacia los barrios o zonas aledañas, hasta alcanzar toda la superficie del ejido urbano municipal y quedará prohibida a los 360 días de reglamentada” la norma, que fue en marzo de 2017.
Y en otro tramo de la norma se hace referencia a que “de manera concomitante del avance del programa de eliminación de la circulación de medios de transporte de tracción a sangre, el Departamento Ejecutivo Municipal continuará con el Programa de “cesión voluntaria” de los animales (Recuperadores de Derechos) a cambio de la entrega de un medio alternativo. El programa tiene como objetivos: a) mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores informales; b) asegurar condiciones de tránsito haciéndolas más seguras y equitativas; c) mejorar y resguardar la calidad de vida de los equinos y d) la preservación del ambiente”.
Ese programa se había puesto en marcha en 2013, durante la intendencia de Blanca Osuna (2011-2015), y fue señalado como modelo en el país. Durante la última gestión municipal el programa se discontinuó, con solo algunas entregas de motovehículos: en total se habrán cedido a los recuperadores de residuos, unos 230 vehículos.
En la actualidad no se conocieron avances o nuevas etapas de la entrega de unidades para sustituir la tracción a sangre. Lo último realizado en la materia por parte de la administración municipal fue la reciente firma de un convenio con la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) para que por intermedio de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales esté a disposición un predio de aproximadamente tres hectáreas en la Escuela Alberdi. Además de la situación de los caballos en guarda judicial y/o administrativa hasta su posterior adopción, el acuerdo suscripto la semana pasada pretende desarrollar actividades educativas y de concientización sobre la necesidad de la prohibición de la tracción a sangre, sus consecuencias actuales, su estrecho vínculo con la exclusión social y su relación con el trabajo infantil.
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