Sabrina Ameghino, originaria de Ensenada (Buenos Aires), se inició en el mundo del piragüismo a los 19 años, debutando en los Juegos Panamericanos de Winnipeg. Luego, tres años más tarde, comenzó demostrar todo su potencial en esta disciplina, ya que en los Juegos Sudamericanos de Brasil 2002 obtuvo cinco medallas de oro en las pruebas K4 200, K4 500, K2 200, K2 500 y K2 1000. Al año siguiente se quedó con dos preseas de bronce en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo (K2 500 y K4 500).
Sabrina Ameghino, una deportista récord
Por Gerónimo Flores
Por otra parte, en 2004 fue madre y decidió ponerle un paréntesis a su carrera deportiva durante algunos años. Se sumó nuevamente a su pasión para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y volvió a sumar medallas (plata y bronce en K2 500 y K2 1200). En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 obtuvo una plata y dos bronces (K2 500, K1 200 y K4 500) y en Lima 2019 llegó el tan ansiado oro (K1 200). Además, se quedó con el bronce en K4 500.
La emoción de Sabrina Ameghino en sus últimos Juegos Panamericanos
En otro orden de las cosas, no debemos dejar de recordar que también se destacó en los Juegos Sudamericanos de Santiago 2015 (dos oros) y clasificó a los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El torneo de este año tenía un sabor especial para Ameghino, ya que le puso la frutilla al postre a una carrera sacrificada y, a su vez, digna de un deportista de élite logrando su 10ª medalla en la prueba K4 500 y consagrándose como la más ganadora de la historia panamericana argentina. En Chile superó las marcas del ciclista Walter Pérez y los remeros Rodrigo Murillo y Ariel Suárez.
UNO charló con la piragüista de 43 años sobre el nuevo récord para nuestro deporte argentino.
Sabrina Ameghino disputó su sexto Juego Panamericano, desde su debut en 1999: “Es trayectoria y perseverancia. Personalmente fue un desafío poder llegar hasta acá. Así que, significados, varios. Trabajo en equipo, responsabilidad, disciplina, esfuerzo, dejar de lado un montón de cosas y disfrute”.
Este año fue elegida como una de las abanderadas de la delegación argentina, ante esto, dijo: “Si subir al podio, escuchar el Himno y ver subir la Bandera te hace poner la piel de pollo y latir el corazón más fuerte de lo normal, imaginate lo que representa llevar la Bandera. Además, con semejante compañero (Marcos Moneta)”.
Refiriéndose al entrenamiento que realizó para dicho torneo, la piragüista expresó: “La realidad es que la preparación para este torneo no fue la ideal, quedé fuera del equipo y no pude concentrar, viajar al exterior ni tener el roce que conlleva el trabajo con mis compañeras e incluso el roce con atletas del exterior. Trabajé sola en mi casa y, claramente, no pude cumplir con un entrenamiento de alto rendimiento. Fue un entrenamiento más parecido a un trabajo en un club. Me mandaban el plan del equipo nacional y con mi novio lo fuimos ordenando para que pudiera adaptarlo y cumplir dentro de lo posible con lo realizable. Así que no fue el entrenamiento ideal, por decirlo de alguna manera, pero por lo visto alcanzó y se lograron los objetivos”.
A continuación Sabrina brindó detalles del objetivo principal que se había planteado: “El objetivo principal de los juegos era no bajar del podio y se logró”.
Por otro lado, Ameghino logró su 10ª medalla en la disciplina y se convirtió en una deportista récord: “Para mí es un número. Entiendo que es algo increíble y deslumbrante. Pero te repito, para mí es un número y habla del esfuerzo, disciplina y de un montón de años de trayectoria deportiva sin bajar los brazos”.
La profesional ya tiene un largo y exitoso recorrido en el deporte, al respecto se la consultó sobre su futuro: “Por lo pronto voy a seguir entrenando. No sé lo que pasará en el selectivo de febrero, voy a ir paso a paso. Entiendo la responsabilidad y el trabajo duro que hay que hacer para estar en ciertas citas deportivas y la realidad es que no sé si ya estoy muy dispuesta para todo eso. Así que iré escuchando mi cuerpo y me iré prestando atención para ver qué es lo que quiero hacer de cara a un futuro cercano. Porque tampoco podemos hablar de un futuro muy lejano con 43 años. Paso a paso, iré viendo qué sucede y cómo me va en los controles. Mientras tanto, sigo con mi escuelita y siempre intenté aportar no solo desde el agua, sino desde la experiencia y lo vivido”.
Finalmente la atleta y voz autorizada para opinar sobre esta especialidad expresó su visión: “La disciplina ha crecido muchísimo. Pero hay que trabajar un poco más las bases. Hay que consolidarlas y entender que son chicos y hay que educarlos desde ese lado, que entiendan lo que significa la disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo y lo que cuestan las cosas. Hoy por hoy se basan en la inmediatez, ellos quieren todo ya, listo, servido, ganado, y esto no es así. A veces un resultado tarda más de 20 años en llegar, como es mi caso”.
Once plazas. Santiago 2023 fue el juego que, en la historia de esta competencia, más plazas entregó para una cita olímpica, en la que varios atletas y selecciones argentinas le sacaron provecho y consiguieron su cupo a París.