El 25 de junio de 1994, Argentina le ganó 2-1 a Nigeria en el Mundial de Estados Unidos. Fue una victoria clave para la clasificación a octavos de final, pero en el corazón de los hinchas quedó otro recuerdo: ese fue el último partido oficial de Diego Maradona con la camiseta de la Selección Argentina.
A 31 años del adiós de Diego Maradona: la enfermera, el doping y el final que nadie olvidará
El 25 de junio de 1994, Diego Maradona jugó por última vez con Argentina. La imagen de la enfermera y el doping marcaron su adiós más triste.
A 31 años del adiós de Diego Maradona: la enfermera, el doping y el final que nadie olvidará.
La imagen que selló aquel día no fue un gol ni una gambeta. Fue la foto de Diego tomado de la mano de una enfermera rubia, caminando rumbo al control antidoping. Una escena casi cinematográfica que, con el tiempo, se transformó en símbolo de su despedida de los mundiales y del fútbol de elite.
Diego Maradona y su adiós a Argentina: 31 años del día que lo sacaron del Mundial
Dos días después, el mundo se sacudió: la FIFA anunció que Maradona había dado positivo por efedrina, una sustancia prohibida. El 10 fue inmediatamente suspendido del torneo. La Selección, golpeada anímicamente, quedaría eliminada en octavos de final frente a Rumania. Pero lo más fuerte fue el mensaje que Diego dio en vivo: "Me cortaron las piernas", dijo entre lágrimas.
Esa frase, directa, cruda y desgarradora, quedó en la memoria del pueblo argentino. Ya no hablaba solo un futbolista, hablaba un ídolo herido, un símbolo nacional, un hombre que había vuelto con todo y que, en cuestión de horas, se veía fuera del Mundial.
La mujer que acompañó a Maradona al control antidoping se llamaba Sue Carpenter, y en ese momento era voluntaria en la organización del torneo. Su aparición fue casi casual: entró a buscar a Diego al campo, lo tomó de la mano y lo condujo hacia los vestuarios.
La escena fue tan impactante que rápidamente se convirtió en una de las postales más recordadas del fútbol mundial. La sonrisa de Diego, el gesto inocente de la enfermera, el contraste entre lo que parecía una escena amable y lo que estaba por venir: la suspensión, el escándalo, el final.
Durante años, Maradona sostuvo que fue víctima de una conspiración. Que el suplemento que tomaba contenía efedrina sin que él lo supiera. Que lo sacaron del Mundial a propósito. Lo cierto es que nunca más volvió a vestir la celeste y blanca.
Aquel 25 de junio de 1994, con su talento intacto y su espíritu combativo, Diego había asistido a Caniggia en uno de los goles del triunfo sobre Nigeria. Era su partido número 91 con la Selección Argentina. Después de eso, no hubo más.
Lo que vino luego fue el silencio, la frustración, la exclusión. Maradona seguiría jugando en Boca Juniors hasta 1997, pero la historia con la Selección Argentina había terminado en Estados Unidos, tomada de la mano de una enfermera, bajo el sol de Boston y ante los ojos del mundo entero.
A 31 años de ese día, la imagen sigue viva. Y también la emoción. Porque Diego no se fue con una ovación ni con un título, pero se fue siendo eterno.