Después de siete meses organizaron una competencia de surf en Argentina.
Volvió el surf con un torneo virtual
El despertador suena en la casa de los Ruggiero. Aún es de noche, son las 5 de la mañana... Papá Germán, neonatólogo y pediatra, se encuentra de guardia en la Clínica 25 de Mayo de Mar del Plata y el que primero salta de la cama es Juan Cruz, el hijo mayor (18 años). Despierta a Ignacio (16) y Facundo (9), hermanos, amigos y compañeros de deporte. Todos están emocionados porque vuelve la competencia de surf a sus vidas. Preparan todo lo necesario para un día largo y dejan listo el desayuno para cuando se levante su madre, Damiana, quien por largas horas no ocupará su rol habitual de médica fisiatra. Tendrá la sacrificada y valiosa tarea de ser la filmer, la que grabará las olas de sus tres hijos. Pero no será por placer, como otras veces. Deberá hacerlo muy bien porque con esos videos sus pichones competirán en la cuarta fecha del circuito argentino junior que, por esta vez, será virtual y tendrá un formato novedoso. Con todo el amor de madre y pasión por el agua (es bodysurfer), ella lo hará el primer día y al siguiente, cuando le toque trabajar será reemplazada por el papá, surfista amateur que ama que sus hijos sigan su camino, aunque a un nivel superior.
“Estoy muy contento que nuestros padres nos hayan ayudado, que hayamos pasado esos días en familia, haciendo lo que tanto nos gusta, juntos. Mamá, la verdad, se puso la 10. Hace unos años no podía agarrar una ola pero fue mejorando y esta vez filmó muy bien”, contó Juan Cruz, joya del surf nacional que se impuso en su categoría (Menores de 18 años) y logró la puntuación más alta (17.57, de los 20 posibles) de este torneo organizado por la ASA y presentado por Quiksilver y Roxy. Resultado que lo ratificó como puntero del circuito con 3.730 puntos. Facundo, en tanto, ganó en dos categorías (en M10 con 7 puntos y en M12 con 10.75), mientras que Ignacio finalizó tercero en M16 (con 11.10). En total, hubo nueve divisiones, cinco de chicos (de M10 a M18) y cuatro de chicas (M12 a M18), con 54 participantes de todo el país, incluyendo de MdP, Pinamar, Villa Gesell, Miramar, Necochea, Quequén y Buenos Aires. La otra gran ganadora, como casi siempre, fue Cocó Cianciarulo, la hija del famoso músico Sr Flavio, quien se impuso en M16 (con 12.75) y M18 (con 14.75) para ser la líder del torneo en ambas con puntaje ideal (ganó las cuatro fechas).
Pero, claro, lo importante es que el surf volvió un día. Luego de meses en el que los surfistas pasaron por vaivenes físicos y, en especial, anímicos al no poder entrar al agua o competir. “Es una sensación de felicidad para todos. Estamos volviendo de a poco, este fue el primer paso, ojalá en poco tiempo se retome el circuito estable, de forma presencial”, opinó JC Ruggiero, figura del Team Quiksilver que el año pasado arrasó, ganando casi todas las categorías, y ahora pretende repetir. “Regresar fue una gran motivación, porque veníamos de meses de confinamiento y sin actividad competitiva. Agradezco, dadas las circunstancias, la iniciativa del campeonato virtual, pero la verdad es que no veo la hora de poder volver a competir normalmente y que esta etapa que nos toca vivir, termine pronto para todos”, sumó Cocó, rider estrella de Roxy Argentina.
Martín Passeri, seis veces campeón argentino -incluido el último-, opinó desde su experiencia aunque también como coach. “Se encontró la mejor opción posible. El sistema es perfectible, sin dudas, aunque lo importante era volver a la actividad, a la adrenalina de la competencia, al prepararse, a la presión y a que nosotros podamos ver cómo están ellos”, opinó quien, en este caso, hizo las veces de entrenador de varios chicos, como por ejemplo de Ruggiero, Cianciarulo y hasta de su hijo Thiago, quien fue segundo en M12 y tercero en M14. Pedro Ghilini, DT de la Selección nacional junior, sólo le vio el lado positivo. “Para nosotros, como cuerpo técnico, es importantísimo este tipo de torneos porque nos da la posibilidad de ver a chicos que no pueden venir a los torneos presenciales y de esta forma podemos detectar otros talentos con proyección que, de otra forma, quizá no conoceríamos”, cerró.
La Asociación de Surf Argentino decidió avanzar en este formato a partir de un reglamento virtual diseñado por la Federación Catarinense en Brasil. Básicamente, cada surfista tuvo dos días para elegir las playas donde había mejores olas (con la complejidad que había surfistas amateurs o eran playas difíciles para grabar) para luego presentar –con un reglamento exigente- los videos que iba a ser juzgados por cinco jueces, a través de Zoom. Antes de cada grabación, cada competidor debía aclarar dónde estaba (playa) y con qué traje y tabla se metería para hacerlo más transparente. “El balance es positivo, aprendimos muchas cosas que antes nunca habíamos hecho. Aunque la idea es volver, desde la próxima fecha en noviembre, a los campeonatos presenciales. Ya solicitamos los permisos con el protocolo que diseñamos para la práctica del surf y otro para los torneos”, explicó Freddy Tortora, el presidente de la ASA.
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“Está bueno probar cosas nuevas para ver si funcionan, pero está claro que no es lo mismo. Las sensaciones y presiones son distintas. Yo, por caso, me sentí muy relajado en el agua. En un torneo presencial, hay horarios que cumplir y en los 20 minutos que dura una serie debés hacer las cosas bien o te quedás afuera. Acá tenías varias horas para grabar las mejores olas, te daba revancha”, explicó Ruggiero, actual campeón en M18. “
Hubo que tener en cuenta todo: el agarrar olas buenas, por supuesto, pero sobre todo elegir el lugar adecuado y, lo más complejo, que esas olas estuvieran bien grabadas. No fue tarea fácil para nadie. Es muy diferente a correr una batería entre cuatro personas, con diferentes estrategias. Agradezco la iniciativa para poder regresar, pero es importante volver a competir en condiciones normales porque el campeonato virtual puede resultar injusto para algun@s surfistas, porque la logística no se sencilla”, opinó Cocó, vigente campeona en M16 y M18.
Lo importante, en este caso, era volver, dar un primer paso, luego de más de siete meses sin torneos. Y qué mejor que hacerlo con los pibes, el semillero, el presente pero sobre todo el futuro de nuestro deporte en el país.