La mayoría de los medios de comunicación informaron días atrás, más precisamente el 20 de agosto que a partir de ese día los supermercados y grandes cadenas debían comenzar a exhibir los productos con sus respectivas etiquetas negras, advirtiendo al consumidor si el producto tiene exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, calorías y sodio.
Ley de Etiquetado Frontal: A paso lento
En algunos títulos se afirmaba que desde ese sábado el etiquetado frontal ya llegaría a las góndolas. Ahora bien si cualquier persona leía esa información, rápidamente y en pocas líneas, podía quizás interpretar que ya mismo se vería reflejado lo anunciado en las góndolas. En ese sentido, se podía tornar un poco confuso o ambiguo el anuncio porque la realidad es que si vamos hoy al supermercado, hablamos de Paraná, no encontramos productos con el hexágono.
Lo importante a destacar es que lo que ocurrió el 20 de agosto es que se cumplieron los nueve meses de la implementación de la ley. Por lo tanto, las empresas que no pidieron prorroga deberían a partir de dicha fecha empezar a envasar con el etiquetado. Es difícil que se lo empiece a ver ahora porque hay que tener en cuenta que lo que fue envasado hasta el 19 de agosto y que tenga dos años de vencimiento va a seguir estando vigente, es decir que va a transcurrir un tiempo donde se observarán productos con y sin etiqueta.
Por ejemplo de una misma marca o mismo producto el consumidor se encontrará con productos etiquetados y otros sin etiquetas porque depende de la fecha de envasado. Recién la etapa final sería a noviembre de 2023 tanto para empresas como para pymes donde todos los alimentos deberían tener los sellos.
Desde la Fundación SANAR se compartió en las últimas horas las primeras apariciones delo sellos en las góndolas. En ese sentido, mencionan el caso del agua tónica de Schweppes y de Aquarius (perteneciente a The Coca-Cola Company) que efectivamente cumplieron con el etiquetado donde se expresa en el frente del envase la frase “Exceso de Azúcares”.
Pero el problema se presenta cuando se remiten a la gaseosa Coca Cola que colocó el sello en el reverso del envase, y de esta manera incumple lo que establece la normativa. “Justamente una de las empresas que más lobby hizo en todo el proceso legislativo y durante la reglamentación, a la cual también se les dieron concesiones otorgándole prórrogas especiales a los envases litografiados”, expresan desde SANAR.
Como aspecto positivo, cabe indicar que en la información nutricional obligatoria las tres bebidas declaran la cantidad de azúcares totales y añadidos.
Será cuestión de tiempo nada más para que en la capital entrerriana se empiecen a ver estos productos y posibles irregularidades, y será aquí donde los entes reguladores deberán actuar para que no se vulneren los derechos de los consumidores.