La Unidad Penal de Mujeres de Paraná es la única prisión en Entre Ríos construida para alojar internas condenadas o procesadas por distintos delitos. El instituto que se encuentra frente a la cárcel de hombres hoy cuenta con nuevos espacios, talleres y sectores habilitados para ofrecer lo que ordena la ley: un proceso de resocialización.
Los desconocidos productos y servicios del penal de mujeres
Por Javier Aragón
UNO / Juan Ignacio Pereira
UNO / Juan Ignacio Pereira
En la teoría los medios están, en la letra fría de los presupuestos se gestionan las capacitaciones, estudios, formaciones y talleres para que las internas tengan la oferta de alternativas para acortar el plazo de tiempo de ocio dentro de los muros de la cárcel.
En la práctica el desafío del sistema y de las autoridades es que la mayor cantidad de presas aprendan un oficio o un estudio que les sea útil para cuando regresen a la sociedad luego de saldar la pena impuesta por el delito cometido.
Como siempre, este tipo de informes colisiona con las visiones más duras de los sectores de la comunidad que reclaman el mayor rigor con las personas que cometen un delito, y si es posible que paguen con la prisión efectiva por el daño cometido.
Cuando hablamos de una cárcel de mujeres se interpreta que no debería haber ni privilegios ni sensibilidades especiales para nadie por su condición de género. Como cualquier persona que debe cumplir una condena, lo debe hacer en un lugar sano y limpio, como lo manda la Constitución.
En la cárcel de mujeres de Paraná habitan 67 internas entre condenadas y procesadas. Un alto porcentaje de internas por delitos vinculados con el narcotráfico, otras por robos y asaltos, un porcentaje menor por homicidios, tal es el caso de Nahir Galarza, y por los datos aportados por las autoridades del penal creció el ingreso de femeninas penadas, procesadas o imputadas por delitos contra la integridad sexual.
Este último punto llamó la atención, porque son cerca de ocho las que en los últimos meses se encuentran privadas de la libertad por tener relación directa con abusos sexuales o ser integrantes de organizaciones de trata de personas y prostitución.
La cárcel por dentro
El Penal Nº 6 de la capital entrerriana, hoy se lo puede ver, pese a su antigua estructura con espacios, pabellones, salones y talleres, con un aceptable estado tanto en la mantención, remodelación y limpieza de los sectores.
Los lugares más tradicionales, como es el salón de visitas y los pabellones más longevos, se mantienen con buen estado de salud, pese al paso del tiempo.
Los que se encuentran llenos de vida, trabajo y mucho ruido son los talleres, y el pabellón de madres, que están autorizadas a estar con sus pequeños hijos.
Descubrimos una pequeña plazoleta interna, con algunos juegos donde los pequeños se entretienen. En la actualidad hay tres niños, uno de casi 4 años y dos en estado de lactancia.
El instituto penal, también conocido como UP 6 (Unidad Penal 6), hoy se jacta de no estar sobrecargado y de poder desarrollar sin mayores inconvenientes las tareas programadas para las internas.
Talleres y capacitación
En la cárcel de mujeres de Paraná muestran como un claro ejemplo de programa de resocialización los talleres que se desarrollan dentro de las instalaciones. Algunos de ellos, son: lavandería, rotisería con delivery y pastas, y el de corte y confección.
Numerosas personas de Paraná tal vez sepan de la existencia de estos lugares que crean, confeccionan, elaboran y producen distintos productos y servicios, pero otros seguramente se van a enterar. De allí la idea de romper los mitos y prejuicios para incentivar a conocerlos y consumirlos.
Hasta las juezas
Un grupo de capacitadoras en cocina, uniformadas del Servicio Penitenciario y de internas de la UP 6 están desplegando en un sector recuperado y refaccionado la rotisería, fábrica de pastas con servicio de delivery.
En esta parte de la cárcel se cocina y elaboran platos y viandas saludables y variadas que están teniendo una interesante aceptación en la comunidad.
Como muestra de la calidad, la sabrosa y económica propuesta gastronómica tiene buenas ventas de las viandas, que oscilan entre los 400 y 450 pesos. Esto llegó a oído de funcionarios provinciales y hasta jueces que adquieren los platos diarios.
Las consultas por este servicio gastronómico que se ofrece a la sociedad se pueden realizar en la propia cárcel, o bien al 343-4245945/ 343 4 671216.
Suavecito, suavecito
Otro sector recuperado y con un buen funcionamiento es el de lavandería. Varias personas de la ciudad aprovechan este servicio rápido, eficiente y más barato comparado con otros lavaderos de Paraná.
El canasto con ropa de cama tiene un valor de 450 pesos. Contra todos los pronósticos deben trabajar con turnos frente a la alta demanda existente.
Las internas trabajan de mañana y tarde, con la coordinación de las encargadas del sector.
Costura
Otro taller que funciona para brindar productos a la propia cárcel y a la comunidad es el de costura, corte y confección. Hay varias máquinas de coser que les permite a las internas producir fundas, cobijas, capas, mochilas y ropa en general.
Estos servicios que ofrece la cárcel les permite a las privadas de la libertad obtener un dinero para sus gastos mínimos, y a la UP6 fondos que se destinan para nuevas inversiones para los talleres.
Cumbias y bachatas
La cocina principal de la cárcel es un espacio particular. Se mezclan los olores y fragancias para el desayuno, el almuerzo y la cena.
Las internas saben que si cumplen con las pautas laborales tendrán una mejor calificación que las acerque a las salidas transitorias y a un régimen interno de confianza que le den flexibilizaciones en su vida diaria.
La comida que tiene controles bromatológicos y nutricionales, es amenizada en su elaboración con equipos de música en la cual sobresalen las cumbias, bachatas y temas románticos.
¿Y Nahir?
Desde hace varias semanas Nahir Galarza dejó de ser noticia en los medios. Tal vez mal asesorada por su entorno o allegados, es que realizó denuncias y acusaciones sin sustento.
Este año inició los estudios terciarios de Psicología, Música y Portugués, además también participa del taller de costura, donde aprendió a coser y cortar.
Tal vez escuchar más a los profesionales del equipo interdisciplinario de la UP6, la llevó a madurar y tratar de aprovechar de mejor manera el tiempo para saldar su responsabilidad en el homicidio ocurrido en Gualeguaychú de su novio Fernando Pastorizzo.
Comunicadas
Si bien en la cárcel se mantienen las bases de los protocolos sanitarios por el Covid, finalizó el proceso que autorizaba a las internas a contar con celulares para poder contactarse con sus familiares.
Con el proceso de normalización, se activó el uso de los teléfonos oficiales que permiten los contactos permanentes entre las privadas de la libertad y el mundo exterior.
Por el régimen de confianza, varias internas logran salir a diario de la penitenciaría, ya sea para cumplir con las salidas familiares o laborales como para realizar tareas como limpieza o fajina dentro y fuera del penal.
Se valoró como un aspecto del control penitenciario y de reciprocidad de la confianza la ausencia en años de fugas o escapes de presas.
El nivel de reincidencia delictiva es el histórico y se mantiene entre el 5% al 6% de la población carcelaria. Se han repetido los ingresos de personas detenidas en la UP6 por robos, asaltos y causas vinculadas con el narcotráfico.
Este año se habilitó en la Granja Penal de Gualeguaychú un pabellón femenino que permite alojar a 12 internas.
Hoy en la UP 6 hay presas cumpliendo condenas en un lugar lleno de historias, mitos, prejuicios sociales y proyectos de resocialización que buscan hacerse realidad, ya que así lo establece la Constitución.
"Valoramos el reconocimiento de la población a nuestros talleres”
María del Carmen Muñoz está al frente de la UP 6, y valoró el apoyo del Servicio Penitenciario, como del Ministerio de Gobierno, para avanzar con el proyecto de ampliación de los talleres carcelarios.
La directora del penal admitió que hoy están más tranquilas con el número de internas, ya que hay bastante capacidad libre de alojamiento.
Con respecto al trabajo, valoró: “Nos sentimos muy reconfortados por el reconocimiento de la comunidad hacia nuestros talleres, y de allí que adquieran los productos de la rotisería con comidas dulces y saladas. Además de la entrega de cobijas, capas y atributos, mochilas, camisas para las unidades penales de toda la provincia”.
Muñoz dio a conocer: “Con el ingreso de dinero por los talleres hemos realizado obras y recupero de espacios para mejorar la situación de las internas”.
Otro punto que destacó la funcionaria es el trabajo conjunto con el resto de las profesionales que integran los equipos de seguimiento de la UP 6.
Recordó que el régimen de estudios terciarios de las internas se realizan en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, donde se concentran las jornadas educativas a cargo de los docentes.
La directora, que tiene 27 años de servicio, tiene la idea de ampliar los talleres y reformar lo ejecutado, por ello es que hay un monitoreo de nuevos servicios y talleres.
En la actualidad en la unidad penal femenina trabajan 120 personas entre uniformadas y profesionales.
“Pese a la opinión de algunas personas nuestro trabajo es tratar de cumplir con la resocialización de las personas privadas de la libertad, y nuestro compromiso apunta a mantener este precepto fijado por la normativa”, reseñó.